Si los pronósticos científicos se cumplen, en el 2010 sucederá algo que sumirá a muchos teólogos, filósofos, poetas y soñadores varios, en una profunda depresión existencial: la producción de la primera forma de vida artificial. Un buen día, se anunciará el nacimiento de Synthia (Mycoplasma laboratorium), un organismo unicelular de 381 genes creado en un laboratorio. En realidad, estamos hablando de los primeros pasos en biología sintética para crear vida artificial, y Synthia contendrá maquinaria molecular y un entorno químico transplantados de otro organismo, Mycoplasma genitalium, que tiene el genoma natural más pequeño conocido (521 genes) capaz de ser cultivado en un laboratorio. Todo esto forma parte de una iniciativa llamada el Minimal Genome Project, un estudio concebido e implementado hace años por Craig Venter para crear el genoma más pequeño capaz de mantener a un organismo (una bacteria) vivo. El resultado será un organismo parcialmente artificial capaz de alimentarse y propagarse. Para Venter, se trata de pasar de ser capaces de «leer» códigos genéticos (genomas), a poder «escribirlos». Venter, un personaje visionario y controvertido …