Si echo un vistazo a tu cerebro, ¿puedo saber si eres un criminal? En su libro, The anatomy of violence (La anatomía de la violencia), Adrian Raine apuesta por ello, ofreciéndonos un trocito más grande de aquí y otro más pequeño de allí. A esto es a lo que se refiere la anatomía de su título.
Mi último post (Cerebros criminales y genes criminales) descrubió una serie de problemas que cuestionaban la idea de Raine de que podemos identificar ya “genes criminales”. Ahora miremos más de cerca sus afirmaciones para identificar cerebros criminales.
Tengamos en cuenta lo que los escáneres cerebrales supuestamente revelan sobre nuestras tendencias criminales. Raine hace dos afirmaciones diferentes. El primer resultado apunta al tamaño de estructuras específicas. Comparados con los ciudadanos corrientes y obedientes de la ley, aquellos predispuestos al crimen poseen un striatum (luego aclararemos que demonios es esto) [II] más grande. La segunda idea es que los escáneres de los psicópatas muestran niveles inferiores de actividad en las regiones prefrontales del cerebro. Con escáneres cerebrales puedo ver ambos rasgos, de modo que puedo averiguar si eres una manzana podrida.
¿Qué quieren decir realmente las diferencias en tamaño de estructuras cerebrales? Tal vez nada. La variabilidad apreciable a simple vista entre cerebros identificados como “controles normales” es un hecho de la vida biológica. Existe variabilidad en el tamaño total de los cerebros, y en el tamaño de estructuras particulares tales como el corpus callosum que conecta la corteza con los dos hemisferios. Existe también algo de variabilidad en pliegues menores de la corteza y en el tamaño de estructuras subcorticales tales como el striatum así como regiones tal que la corteza visual primaria.
Podrías suponer que alguien con un cerebro mayor que el tuyo es más inteligente que tú. De eso nada. O que tiene una vida mental más equilibrada si su corpus callosum es más grueso que el tuyo. De eso nada. Por ejemplo, tipos normales de la misma edad muestran una impresionante variabilidad en el grosor callosal: tan grande como 9 y tan pequeña como 5 milímetros [III]. Todo bastante normal y corriente. Hay sujetos con ventrículos enormemente alargados (las cavidades normales por las que circulan los fluídos en el cerebro) cuya función cognitiva se encuentra dentro del rango normal. Hay tipos a los que se les ha eliminado todo un hemisferio en la infancia, y nunca lo averiguarías a partir de su conducta. En muchos casos, la variabilidad natural de la macroestructura no predice nada sobre la función del cerebro (quiero decir, en oposición a las causas de un disparo, por ejemplo). Todavía es más interesante que la variabilidad estructural a menudo no prediga nada sobre microestructura, que es dónde se encuentra la acción. O como lo diría un mercenario político: Es el cableado, estúpido. ¿Los escáneres cerebrales pueden apreciar el microcableado? No.
Antes de que nos fijemos en la observación de Raine sobre tamaños del striatum, hagamos un brindis por la variabilidad, la adaptabilidad y el cableado del cerebro. Y mientras fluye el Chardonnay, celebremos todo lo que sabemos sobre el cerebro.
De vuelta al escaneo cerebral para criminales. Si tienes una muestra de tamaño pequeño, podrías estar tentado de afirmar un enlace causal a un rasgo conductual. Tomemos una muestra ridículamente pequeña, sólos tú y yo. Yo soy ahorrativa, tú eres gastador. Yo tengo un claustrum mayor que el tuyo (esta es una larga y delgada estructura subcortical cuya función es esencialmente desconocida). Asi que concluímos que un claustrum mayor predice la frugalidad. Ahora miro al cerebro de Bob, que tristemente tiene un claustrum menor que el mío. Eh, Bob debe ser un gastador. Bob, te hemos pillado.
Todos sabemos que esta conclusión es realmente estúpida. Por todo lo que sabemos hasta ahora, incluyendo nuestra muestra, digamos de 25000 personas, un claustrum de algún modo mayor en unos pocos tipos no prediciría nada en absoluto sobre la frugalidad. Se trata de variabilidad corriente no relacionada con ser frugal. ¿Cómo de grande tiene que ser la muestra para establecer una conexión causal entre el tamaño del claustrum y la frugalidad? Bastante enorme, debido a la variabilidad anatómica dentro del rango conductual normal. Y no sabemos cuánta variabilidad en el tamaño del striatum está dentro del rango normal. Dejenme repetirlo. No lo sabemos.
Raine se refiere a una muestra cuyo tamaño es de 22 psicópatas y 22 normales de control. ¿Cada uno de los psicópatas posee un striatum mayor que el mayor de los normales? En absoluto. Según mis cuentas a partir de sus datos, dos individuos normales poseen un striatum izquierdo mayor que 20 psicópatas y 12 individuos normales poseen un striatum mayor que 2 psicópatas. Cuatro individuos normales poseen un striatum mayor que 18 psicópatas. ¿Qué conclusiones podemos sacar aquí? Raine concluye que como grupo los psicópatas poseen un striatum mayor. A esto se le suele llamar amablemente un efecto de agrupamiento. Esto es, como media, el striatum era mayor en los psicópatas.
Un momento. Si me das dos escáneres al azar, uno que revele un striatum ligeramente mayor que el otro, podría muy bien equivocarme si pensara que pertenece a un psicópata. Podría ser un tipo perfectamente normal con un striatum ligeramente agrandado.
Supongamos que podemos escanear dos hijos, y un posee un striatum algo mayor que el otro. ¿Deberíamos concluir que probablemente es un psicópata? Caray, ¿qué ocurre si en realidad está dentro del rango normal de variabilidad? Una bonita carga para el muchacho, y para tí, a acarrear el resto de la vida. Si posees realmente un tamaño de muestra grande, la ley de los grandes números nos dice que la muestra media debería ser muy similar a la población media. No es necesario ser un estadístico, o incluso ser amigo de uno, para ver que 22 psicópatas es una muestra pequeña, dada la variabilidad corriente del cerebro y el hecho de que algunos tipos normales poseen un striatum más grande que algunos de los psicópatas en los propios datos de Raine. Su muestra es extremadamente pequeña para sacar alguna conclusión sobre el tratamiento, como “atrapemos a este tipo antes de que se convierta en un criminal real”.
Incidentalmente, basándose en una muestra de 15 psicópatas y en 25 controles, Raine también afirma que un corpus callosum más grande está asociado con los psicópatas [IV]. ¿He hablado ya de variabilidad normal y tamaños pequeños de muestras dando lugar a conclusiones dudosas?
¿Qué demonios es el striatum? Es un conjunto conectado de estructuras bajo la corteza. Se trata de un complejo enormemente complicado. Está compuesto realmente de tres componentes diferentes, el globus pallidus, el putamen y el caudate, cada uno de los cuales posee sus propios subcomponentes (Ver figura a continuación). Estas estructuras son mucho más antiguas en la historia evolutiva que la corteza, que parece ser única de los mamíferos y las aves. Las diversas funciones de estas viejas estructuras no están bien comprendidas, pero se sabe que desempeñan algún papel en el reforzamiento del aprendizaje, algún papel en el control motor, y algún papel en la integración de la información. Esta es una caracterización de funciones penosamente vaga, pero eventualmente llegarán caracterizaciones más precisas a medida que se investigue más. ¿Tenemos alguna razón para pensar que algún aspecto del striatum, si es mayor, podría contribuir al fenómeno que llamamos “psicopatía”?. Los datos que lo confirman son escasos.
Recuerden, la otra afirmación hecha por Raine es que los psicópatas tienen niveles inferiores de actividad en la corteza preftontal CPF. ¿Tenemos una buena razón para creer que hay una conexión entre un striatum grande y niveles bajos de actividad en la corteza prefrontal? Para nada.
La variabilidad, que conduce a la evolución, de nuevo disuade de respuestas sencillas [V]. Si te haces un escáner hoy, y otro mañana, puede que haya diferencias substanciales en la actividad de tu CPF entre ambos escáneres. Podrían intervenir muchos factores: has bebido mucho café esta mañana, y poco ayer. Tuviste malas noticias ayer, pero buenas noticias hoy. Y así. Adicionalmente, tu cerebro y el mío muy bien podrian situarse en el rango normal, pero podríamos exhibir algunas diferencias en los niveles de actividad de la CPF en cualquier día dado.
La parte de la CPF en la historia de Raine parece que se tambalea por muchas de las mismas razones por las que se tambalea la historia del striatum. Entender el control de los impulsos actualmente es un tema de investigación, con muchas estrategias diferentes que convergen en el modo en que funciona, en cómo puede ser dañado, y en el efecto de los neuroquímicos y sus receptores en las diferencias de conducta. Generalmente se cree que la corteza preftontal (ella misma una area grande) es importante en el control de los impulsos. Cómo lo hace de forma precisa no es conocido.
¿En serio que la falta de control para los impulsos tipifica en general a los criminales? Aunque un pobre control de los impulsos podría caracterizar a los tipos que se pelean en los bares, no es probable que se aplique a los artistas o incluso a los futboleros que sólo disfrutan de la gresca. Raine lo sabe. Tal como reconoce, criminales como el intrigante Bernie Madoff o el comerciante de información privilegiada Raj Rajaratnum parecen bien dotados para controlar sus impulsos, y probablemente tienen cerebros con actividad en la CPF para dar y tomar. ¿También es un psicópata? No tengo ni la más ligera idea. Sí sé que ambos son presidiarios.
Necesitamos desarrollar técnicas que nos ayuden a conseguir mayor precisión con respecto al cableado y la comunicación del cerebro en el nivel micro, el nivel de la neurona individual. Los escáneres cerebrales son una tecnología muy útil si se emplea apropiadamente, pero no pueden acceder a neuronas individuales y sus funciones. Lo que necesitamos son métodos que nos permitan aprovecharnos de la microestructura a gran escala, junto con los procedimientos informáticos para analizar los datos.
¿Encontraremos una marca del cerebro criminal con estos métodos? Lo dudo mucho. Porque los modos de ser criminal son demasiado diversos. Abarcan desde aquellos que roban pan para mantener viva a su familia hasta falsificadores, extorsionadores, cuatreros, plagriarios y evadores de impuestos, los que se rebelan contra un dictador salvaje, ejecutan un esquema Ponzi, difunden pornografía o cometen adulterio en un estado muy estricto con las leyes. Más aún, lo que cuenta como violación de la ley varía en función de las leyes.
[I] Raine, A. The Anatomy of Violence. (2013)
[II] Glenn et al. Biological Psychiatry 2012
[III] Herron, Kang, and Woods, Frontiers in Neuroinformatics (2012)
[IV] Raine, A. et al. Archives of General Psychiatry (2003)
[V] Sobre variabilidad en actividad dentro de un individuo a lo largo de sesiones de escaneado, ver el soberbio artículo de David McGonigle en NeuroImage (2012) and by Van Horn et al. Brain Imaging and Behavior (2008).
De lo dicho por la Churdland se podría concluir que la imposibilidad de detectar un cerebro criminal no es un problema metodológico sino ontológico. No es el cerebro. Ni siquiera su (micro)cableado. Es la variabilidad, estúpido.
No dice que sea «ontologicamente» imposible, sino que no parece una conclusion a nuestro alcance por ahora.