Ciencia cognitiva, Ciencia y sociedad, Psicología evolucionista
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Racionalidad motivada. Por qué es tan difícil cambiar de creencias o ideología

“Ciencia” y “creencias” no suelen ir parejas. Ambas se contradicen a menudo y, en ocasiones, el conflicto puede ser difícil de resolver, como explica Michael Shermer, una de las luminarias americanas del “movimiento escéptico”. Shermer confiesa en Scientific American cómo su ideología libertaria presuntamente nubló su propia capacidad para analizar la realidad del cambio climático provocado por el hombre y presenta uno de los términos más interesantes de la última ciencia cognitiva: la racionalidad motivada.

Naturalmente, Shermer no está sólo en esto. Casi todas las personas somos razonadores motivados.

feynmanQuienes trabajan en este campo, en especial desde el proyecto Cultural Cognition de la escuela de negocios en la universidad de Yale, definen la racionalidad motivada como “la tendencia inconsciente de los individuos a procesar información de manera que se ajuste algún fin u objetivo externo a la formación de creencias adecuadas”, y que por lo visto se extiende a todas las modalidades del espectro ideológico. La “izquierda” y la “derecha”, el marxismo, el liberalismo, y quizás también el catolicismo o cualquier otra forma de pensamiento religioso, en la medida en que apelan a la racionalidad natural, son modalidades de racionalidad motivada.

Desde esta perspectiva, no sólo estamos limitados “racionalmente” por sesgos cognitivos de la mente individual, del tipo de los estudiados por Daniel Kahneman y sus compañeros, sino por presiones aún peores procedentes de nuestro grupo de pertenencia e identidad. Nuestra cognición estaría mediada a menudo por el deseo de poner a salvo nuestras identidades preferidas, técnicamente hablando: “cognición protectora de la identidad”. Se trata de una especie de “sesgo de confirmación” identitario que pone sistemáticamente bajo sospecha cualquier proposición que cuestione la competencia de los grupos de pertenencia o que contradiga los compromisos compartidos: “Los individuos tienen más probabilidades de buscar información favorable que buscar información que desafíe las posiciones asociadas con su grupo de identidad (búsqueda sesgada). También tenderán a dar crédito selectivo o despreciar formas de evidencias o argumentos en función de la congenialidad hacia su identidad (asimilación sesgada). Y tenderán a conceder mayores conocimientos y mayor confianza, y por tanto a dar más crédito a los individuos de su propio grupo con respecto a los de fuera”.

Por supuesto, estos grupos de referencia pueden ser de muchos tipos: ideológicos, religiosos, deportivos, nacionales, etc. En un artículo publicado este mes en Claves de razón práctica, Teresa Giménez Barbat y yo intentamos aplicar este enfoque a las creencias de algunos científicos políticos catalanes que, en los últimos tiempos, intentan presentar la independencia de Cataluña como si fuera un resultado inevitable de razonar correctamente.

Desde luego, que la ideología “motiva” nuestra forma de razonar no es un descubrimiento inaudito, pero otros resultados experimentales llevados a término por los científicos cognitivos no son tan previsibles e intuitivos. Pudiera pensarse, por ejemplo, que los individuos más “racionales”, que están más en contacto con la ciencia y poseen una mayor educación están también más dispuestos a variar sus creencias delante de nuevos hechos. Pero no es el caso. A la vista de recientes estudios, esta concepción de la racionalidad humana es muy ingenua y necesita una dolorosa actualización con implicaciones en la comprensión pública de la ciencia.

En realidad, la educación científica, los conocimientos matemáticos y la educación, habitualmente relacionados con lo que Kahneman llama “Sistema 2”, están asociados con más división política y más racionalidad motivada. Las personas que puntúan más alto en los test de Reflexión Cognitiva no emplean sus habilidades rutinariamente para derribar sus creencias erróneas, sino que emplean sus fabulosas habilidades de razonamiento para reforzar sus posiciones ideológicas y salvaguardar a sus grupos de referencia.

En un estudio reciente (Kahan et al, 2012) a un grupo formado por “progresistas” y “conservadores” se presentaron estadísticas ficticias sobre la eficacia de un tratamiento médico, y el mismo tipo de estadísticas sobre el efecto de la regulación de la posesión de armas en el crimen. Los sujetos tenían que responder si el tratamiento era eficaz o si las leyes reducian el crimen. Previsibilemente, los sujetos con mayores habilidades matemáticas respondieron más correctamente en el primer caso, pero no tan previsiblemente, al menos desde presupuestos de racionalidad ingenua, las personas con mayores habilidades matemáticas sólo respondieron más correctamente en el segundo caso (regulación de armas y crimen) cuando la respuesta correcta estaba de acuerdo con sus convicciones políticas.

Esto quizás no sorprenda demasiado a alguien que esté habituado a usar un enfoque biológico de la conducta humana. Al fin y al cabo somos favoritistas naturales, y las nuevas “identidades” y grupos de amigos ideológicos que nos dividen en cuestiones política o moralmente tan cruciales bien pudieran representar una extensión relativamente previsible de los favoritismos grupales que evolucionaron en el contexto ancestral, premiando el etnocentrismo entre otras cosas desagradables, tal y como propone la oscura “teoría de la similitud genética”.

En otras palabras, abandonar una posición ideológica a menudo es complicado porque no se trata sólo de derribar las propias creencias erróneas, sino quizás “traicionar” a nuestra familia, nuestros amigos, nuestra tribu. En cierto modo, Shermer puede permitirse cambiar de opinión en un tema como el cambio climático teniendo en cuenta que su grupo principal de referencia no es el partido libertario sino, tal vez, el “movimiento escéptico”.

 

27 Comentarios

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  2. Lorenzo says

    Me es fácil entender que todo el mundo tenga «racionalidad motivada» o simplemente «ideología» y que el sesgo afecte a personas con más C.I. y a personas con menos C.I. Sin embargo, no me queda claro si se estable como hipótesis o incluso como tesis que la causa de «puntuar más alto en los test de Reflexión Cognitiva» es «más división política y más racionalidad motivada» al leer este párrafo.
    «Los conocimientos matemáticos y la educación, habitualmente relacionados con lo que Kahneman llama “Sistema 2”, están asociados con más división política y más racionalidad motivada»

    Gracias y felicidades por la publicación en Claves.

  3. Eduardo says

    Imagino que la asociación se mantendría si se controlara el CI, pero lo que han medido aquí es en concreto este test de «reflexión cognitiva». No era una hipótesis de partida que la gente con más habilidades matemáticas y de cognición reflexiva practicara más la racionalidad motivada, al revés, más bien se partía de la hipótesis contraria, esta asociación fue más bien el resultado del estudio.

  4. Hic Nuntio says

    Excelente escrito. Ahora entiendo cómo los Koch Brothers y sus billones han controlado las masas conservativas en Estados Unidos. Gracias.

  5. Rawandi says

    Por lo visto, a Michael Shermer su ideología esquizoide ‘reaccionaria-progresista’ le ha jugado una ‘doble’ mala pasada. Primero sus convicciones reaccionarias le llevaron a negar el calentamiento antrópico ocurrido durante el último siglo, algo equiparable en irracionalidad a, por ejemplo, negar el hecho evolutivo. Resulta increíble que alguien capaz de semejante necedad pueda ser considerado una «luminaria del movimiento escéptico».

    Y después en la mente de Shermer cobraron fuerza sus ideas progresistas, que le han llevado a tragarse la patraña del IPCC según la cual el calentamiento antrópico va a tener resultados catastróficos. Sin embargo, ya llevamos quince años de pausa en el calentamiento, es decir, quince años de temperatura media global estable. ¿Cuánto tiempo más necesitan los crédulos como Shermer para darse cuenta de que los modelos que maneja el IPCC son una chapuza?

  6. El gato de Schrödinger says

    Rawandi: Reaccionario no, libertario. Son posturas muy, pero que muy diferentes.

    Murray Rothbard es un libertario. Nicolás Gómez Dávila es un reaccionario. Se parecen como un huevo a una… bicicleta.

    Otra cuestión es que la racionalidad motivada la practicamos todos, aunque, al igual que la hipocresía, solo la vemos en los demás.

  7. Rawandi says

    Gato, yo me atengo a la definición expuesta por el propio Shermer en su página, según la cual un libertario es «socially liberal and fiscally conservative», o sea, progresista en lo social y conservador en economía. Deduzco que Shermer está a la derecha del Partido Popular español en cuestión de economía pero a la izquierda del PP en cuestiones como el aborto. Por eso digo que la ideología «libertaria» de Shermer me parece una mezcla esquizoide de progreso y reacción.

  8. Eduardo says

    Qué suerte tenéis los que profesáis ideologías no esquizoides.

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  10. Rawandi says

    Eduardo, los partidos con ideología claramente esquizoide (como por ejemplo los peronistas, en los que convivían la ultraizquierda y la ultraderecha) no son nada recomendables. Un partido difícilmente puede hacer propuestas sensatas a menos que posea una ideología con suficiente coherencia interna, es decir, una ideología no esquizoide.

    Uno de los problemas que ha tenido UPyD es que en él entraron inicialmente muchos derechistas atolondrados que no se dieron cuenta de que la «P» de UPyD significaba «Progreso».

  11. Eduardo says

    Puede que los partidos políticos se beneficien de la coherencia. No es asunto mío realmente. Pero yo me considero un «spinozista de derechas» asi que no veo con antipatía los equilibrios de Shermer. Me parecen algo natural en cualquier persona que piense y no sea muy unidimensional. Pero tranquilos que yo no pienso hacer «propuestas» políticas de ningún tipo. De hecho me enerva mucho cuando mezclan filosofía, o «escepticismo», con política.

  12. Eduardo says

    Con una agenda política, me refiero, porque «política» es casi todo.

  13. Rawandi says

    ¿“Spinozista de derechas”? No le veo sentido. Spinoza era un pensador radicalmente progresista. El pensamiento de derechas y el spinozismo son como el agua y el aceite.

  14. Eduardo says

    A mi se me ocurrió leyendo a Jonathan Israel y ahí está la clave. Probablemente la razón por la que no está acuñada la expresión «spinozismo de derechas» pero si «derecha hegeliana», o incluso «darwinismo conservador» es que no se ha reconocido tradicionalmente a Spinoza como líder del movimiento ilustrado.

  15. Rawandi says

    Por lo que leo en la wiki, Jonathan Israel sostiene que Spinoza es «el más famoso representante de la Ilustración radical», lo cual corrobora mi afirmación de que el célebre filósofo holandés era radicalmente progresista. Colijo que a Israel el «spinozismo de derechas» le parecerá tan oximorónico como a mí.

    Hegel era un defensor del militarismo prusiano, de modo que la expresión «derecha hegeliana» no deja de ser un pleonasmo.

    En cuanto a la expresión «darwinismo conservador», carece de sentido en el ámbito político. Me temo que la estás confundiendo con el «darwinismo social», que sí es una tradición política reaccionaria.

  16. Eduardo says

    Lo que quería decir es que los grandes líderes intelectuales suelen ser ideológicamente ambivalentes. Por eso hay darwinistas de derechas y de izquierdas. Hoy existen corrientes más o menos subrepticias de la ilustración. Lo que llaman «dark enlightenment» o Hacking llamaba «naturalismo ogro» lo llamo medio en broma medio en serio spinozismo de derechas. No es un meme extendido pero, por lo que a mi respecta, es muy descriptivo.

  17. Eduardo says

    Y por la misma regla de tres habría que declarar imposible la expresión «hegelianos de izquierdas». Pero existía.

  18. Rawandi says

    Spinoza no era políticamente «ambivalente»: era claramente progresista. Por eso el «spinozismo de derechas» constituye una etiqueta política como mínimo chocante.

    Lo mismo ocurriría con los «hegelianos de izquierdas». Dicha expresión solo tiene sentido si, entendiéndola en un sentido extrapolítico, la traducimos por algo así como ‘izquierdistas que habían asumido básicamente la parte no política de la filosofía hegeliana’.

    El «darwinismo» es la teoría evolutiva moderna (también llamada neodarwinismo o síntesis evolutiva). Se trata de un vocablo que no pertenece al ámbito político sino al científico.

  19. Eduardo says

    Pero bueno, de qué estamos hablando aquí. «Izquierda hegeliana» es un término histórico sobradamente conocido que se enseña en el primer curso de la carrera de filosofía y en algunos cursos de bachillerato (no los de hoy en día), y que identificaba a los «jóvenes hegelianos», es decir, a Marx y Cia.

    Podemos pensar que Spinoza era «progresista» en los términos del siglo XVII, pero si resucitara hoy y viera en qué se han convertido las expresiones «progresismo» e «ilustración» al menos mi opinión es que regresaría de inmediato a la tumba y al descanso eterno.

  20. Rawandi says

    Estamos discutiendo sobre la posible interpretación de las expresiones «derecha spinozista» e «izquierda hegeliana». Yo sostengo que ambas expresiones son autocontradictorias ‘a menos’ que se refieran a un spinozismo extrapolítico y a un hegelianismo extrapolítico. Porque resulta que ‘políticamente’ la filosofía de Spinoza era claramente progresista y la de Hegel claramente reaccionaria.

    Por ejemplo, el joven Marx pasó por una fase ‘hegeliana’ en el sentido de que asumió el ‘idealismo ontológico’ de Hegel, pero seguramente no en el sentido de que entonces abrazara el nacionalismo prusiano de Hegel.

    Si Spinoza resucitara y viniera a España se sentiría sin duda asqueado ante partidos como el PSOE e IU, que están acomplejados por los nacionalismos periféricos. La única formación con la que simpatizaría sería UPyD, ya que este partido es el único que permanece fiel a los valores ilustrados (la defensa de las libertades individuales y del sistema demoliberal contra las supersticiones clericales y tribales).

  21. Eduardo says

    Vamos a ver, si la filosofía de Hegel fuera «claramente reaccionaria» no hubiera sido posible que Marx construyera su sistema precisamente inspirándose en ella, aunque fuera «dándole la vuelta del revés». Del hecho a lo posible vale la inferencia.

    La filosofía política de Spinoza se presta a interpretaciones y hay ideas en ella que hoy se considerarían incluso «conservadoras», en particular la idea de que las religiones, aunque falsas, sirven para inculcar obediencia y principios éticos en el pueblo. Yo creo que todavía hoy se podría etiquetar como spinozista cualquiera que secunde dos tesis muy concretas que históricamente estaban asociadas a Spinoza y su círculo: la exigencia de libertad irrestricta de expresión e investigación, y la unidad de la substancia. En lo demás hay bastante margen para la interpretación. A mi, por ejemplo, no me convence el «dogma» de la unidad de la naturaleza humana y otras cosas que se han ido pegando al pensamiento de «izquierdas», pero siguiendo trayectorias que el propio Spinoza no podía ni sospechar.

  22. Rawandi says

    «si la filosofía de Hegel fuera “claramente reaccionaria” no hubiera sido posible que Marx construyera su sistema precisamente inspirándose en ella, aunque fuera “dándole la vuelta del revés”.»

    No, hombre. Precisamente, si «vuelves del revés» una agenda política de derechas obtienes una agenda política de izquierdas.

    «las religiones, aunque falsas, sirven para inculcar obediencia y principios éticos en el pueblo»

    Esa afirmación no es conservadora ni progresista. Simplemente es verdadera.

  23. Eduardo says

    Me parece que esta discusión empieza a ser bizantina. El caso es que había «hegelianos de izquierda». Pero sobre la derecha spinozista no se preocupe, que sólo somos cuatro (contados).

    Esa afirmación de Spinoza le parecerá cierta a usted, o a mi, pero no pocos desde la izquierda anticlerical han mantenido la posición de que la religión, en realidad, corrompe el espíritu humano e inculca normas inmorales.

  24. Rawandi says

    «sobre la derecha spinozista no se preocupe, que sólo somos cuatro (contados).»

    Dado lo incoherente de la etiqueta, no me extraña que seáis tan pocos…

    «la religión, en realidad, corrompe el espíritu humano e inculca normas inmorales.»

    Es que eso no contradice la otra afirmación. Ambas son ciertas. El catolicismo, por ejemplo, inculcaba el principio ético de que no se debía mentir ni robar, pero al mismo tiempo inculcaba la norma inmoral de que los herejes relapsos debían ser ejecutados.

    Las religiones inculcan al pueblo algunos principios éticos sensatos pero por desgracia también le inculcan otros muchos principios inmorales y embrutecedores.

  25. Eduardo says

    Su noción de «coherencia» es suya. A la izquierda hegeliana la ha calificado aquí sin ir más lejos también como «autocontradictoria».

  26. Rawandi says

    «A la izquierda hegeliana la ha calificado aquí sin ir más lejos también como “autocontradictoria”.»

    No. Lo que he dicho es que la etiqueta «izquierda hegeliana» es autocontradictoria ‘si’ entendemos que en ella el vocablo ‘hegeliano’ se refiere principalmente a la ideología política de Hegel. En cambio, si entendemos que dicho vocablo se refiere, por ejemplo, al idealismo ontológico de Hegel, entonces la etiqueta no sería autocontradictoria.

    Sospecho que el «hegelianismo» del joven Marx radicaba en su aceptación del idealismo ontológico hegeliano, pero en absoluto implicaba que Marx asumiera también entonces el nacionalismo prusiano de Hegel.

  27. Chepu says

    La religión no impone nada, es una proyección de conductas humanas transmutadas en memes. El hombre se impone acorde a lo que es. Decir que la religión impone, es un pensamiento religioso, místico…como si se hablase de un demiurgo.

    Gómez Dávila es reaccionario y no se aleja mucho de Rothbard como libertario. El problema es que Dávila no imponía sus principios al entendimiento de la historia, Rothbard sí.

    Un saludo

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