Ciencia y sociedad, Tercera Cultura
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Darwin y la ciencia económica

Las relaciones entre la ciencia de la evolución y la ciencia de la economía siempre han sido, desde luego, muy estrechas. El mismo Darwin empleó conscientemente el lenguaje de la economía política para dar cuenta de la “economía de la naturaleza”, expresión que emplea varias veces en El origen de las especies, junto con varios términos que parecen sacados de los textos de Smith, Malthus o Ricardo: “competencia por la supervivencia”, “división del trabajo”, “especializadión de funciones”. De hecho, en tiempos de Darwin la “evolución cultural” era un concepto ya conocido en lo que llamaríamos ciencias humanas (desde dos diferentes perspectivas, ver Friedrich Hayek, La fatal arrogancia o Marvin Harris, El desarrollo de la teoría antropológica). Lo que hizo Darwin fue extender esta visión desde el mundo humano al mundo natural, introduciendo el concepto de “selección natural” como fuerza capaz de estabilizar el crecimiento de las poblaciones naturales en un mundo de recursos escasos.

Captura de pantalla 2013-07-06 a las 14.19.26Según David Sloan Wilson, profesor de antropología y ciencias biológicas en la universidad de Binghamton hoy estamos ante una nueva “oleada” de pensamiento evolucionista que volverá a vincular la evolución con los asuntos humanos, la economía, y las políticas, esta vez superando el escepticismo inicial sobre la capacidad del pensamiento evolucionista para explicar “toda nuestra rica diversidad cultural y conductual”. Este escepticismo en parte se fundamentaba en los estrechos vínculos que desarrollaron los primeros evolucionistas entre su ciencia y posiciones ideológicas específicas, como el liberalismo extremo de Herbert Spencer, o en visiones supuestamente “supremacistas” que afirmaban la superioridad de los “civilizados” sobre los “salvajes”. Cabe recordar que hoy en día la psicología evolucionista, disciplina que intenta comprender la mente humana en el marco de la evolución, todavía recibe críticas similares basadas en supuestas conclusiones morales o ideológicas.

¿Podemos entender realmente los asuntos que nos afectan más directamente en el marco de la evolución biológica? ¿Puede ayudarnos la evolución incluso a tomar mejores decisiones políticas? Wilson piensa que sí, y que el estudio moderno de la coevolución biocultural y de la genética humana permitirá superar los “fracasos del pasado”. Dentro de la nueva “oleada” la evolución podría “desempeñar la función de marco teórico general para la economía y para las políticas públicas, del mismo modo que la ciencia biológica”. Más en concreto, Wilson propone volver a aplicar las “cuatro cuestiones” de Niko Tinbergen, tal y como aparecían en el clásico artículo de 1963 “Los métodos y propósitos de la etología”: “En su tiempo, la idea de que un rasgo conductual como la agresión podría estudiarse del mismo modo que la cornamenta del ciervo no era aceptada ampliamente. Tinbergen mostró las cuatro cuestiones que necesitaban ser planteadas para explicar completamente cualquier producto de la evolución: su función, historia, mecanismos y desarrollo.”

Esta propuesta está ampliamante explicada en un número especial de la revista Economic Behavior and Organization editadoa por David Sloan Wilson y sus compañeros, y está disponible líbremente en la página de The Evolution Institute.

 

 

5 Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con el artículo; junto a la psicología evolucionista, las neurociencias jugarán un papel esencial para entender la naturaleza humana.

  2. Aloe says

    (…)introduciendo el concepto de “selección natural” como fuerza capaz de estabilizar el crecimiento de las poblaciones naturales en un mundo de recursos escasos.

    Espero que esto sea un lapsus, porque es una burrada del siete.

  3. Eduardo says

    No es ningún lapsus, y tampoco se sabe por qué la parece a usted una burrada.

  4. Aloe says

    Bueno, pues porque la selección natural no es la que estabiliza la población: eso lo hacen los recursos escasos.
    La selección natural lo que hace es variar, generación, tras generación, la frecuencia relativa de los alelos de determinados genes, debido a que estos contribuyen a los fenotipos y los fenotipos distintos tienen un éxito diferencial en el número de descendientes.
    Es decir, y simplificando mucho: los recursos escasos hacen que una población determinada oscile alrededor de los 100 individuos de una especie (por ejemplo), y la selección natural sobre lo que opera es sobre la frecuencia sobre 100 de determinados alelos que «compiten» entre sí.

    Por supuesto, a largo plazo no hay nada estable: ni los 100 individuos, ni los recursos, ni nada, pero el esquema vale igualmente aunque se complique.

  5. Aloe says

    Dicho de otra manera: las mutaciones aleatorias y los recursos escasos son la materia prima sobre la que opera la selección. Si los recursos fueran ilimitados, el único efecto de la selección natural sería la eliminación de las mutaciones mortales o que causan esterilidad completa, y a duras penas se podría llamar a eso selección natural. Con recursos ilimitados, no habría competencia y, eventualmente, todos los alelos procedentes de todas la mutaciones (con esas excepciones dichas) estarían representados cada vez más, pues la población se expandiría indefinidamente.

    Darwin, desde luego, no pretendía explicar la continuidad, o la limitación, o la estabilidad: pretendía explicar el cambio, pretendía ofrecer un mecanismo que hiciera plausible y explicara el hecho de la evolución. Bueno, él veía la evolución como un hecho, pero eso era muy controvertido y gran parte del Origen está dedicado a documentar ese hecho de manera convincente y acumular evidencia a su favor. La selección natural es el mecanismo que él postula para explicar cómo puede suceder la evolución, o sea, el cambio, para convertir la evolución en una teoría sólida, y de la selección natural él solo pudo ofrecer deduccióno razonamiento, y apenas evidencia muy indirecta.

    Por eso me ha llamado la atención tanto ese párrafo: la «estabilidad» no era algo que requiriera explicación para sus contemporáneos: era como pensaban que era el mundo sin plantearse siquiera alternativas. Y la selección natural solo para nosotros es (también) un factor estabilizador, además de un factor dinámico (eliminando mutaciones perjudiciales). No para Darwin y su tiempo, que no tenía ni idea de genética.

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