Divulgación Científica, Tercera Cultura
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Creencias religiosas y creencias factuales. ¿Se contradicen?

Las “creencias” no constituyen un fenómeno mental homogéneo, según la descripción de los científicos cognitivos. No se trata sólo de que creemos cosas distintas sino que creemos de forma diferente en diferentes dominios de la experiencia humana. A Neil Van Leeuwen le interesa en particular la distinción entre creencias factuales y creencias religiosas, y el resultado de su trabajo se ha publicado en el último volumen de la revista Cognition.

Para Van Leeuwen las creencias factuales y religiosas son claramente distinguibles. Las primeras a) tienen una dimensión práctica, es decir, suelen servir para hacer cosas, b) sirven como base hacer inferencias sobre otras actitudes cognitivas y c) son vulnerables a la experiencia. Por contra, las creencias religiosas a) tienen una dimensión normativa, es decir, sirven para orientar la vida b) pueden ser elaboradas con relativa libertad, es decir, que cada uno las entiende “como Dios le da a entender” y c) son vulnerables a la autoridad.

Aparentemente, se trata de dos tipos de creencias diferentes y contradictorias entre sí. Pero, según el resumen de Tania Lombrozo, distintos hallazgos mostrarían que “las creencias religiosas gobiernan el modo en que actuamos y pensamos de forma apropiada en contextos religiosos, pero no necesariamente más allá de ellos”. Por ejemplo, según un estudio los miembros de la tribu Vezo de Madagascar son capaces de creer en la vida después de la muerte sólo en contextos rituales, pero no en contextos naturalistas. Otros estudios mostrarían que incluso la gente que afirma creer en un Dios omnipotente en realidad “no creen literalmente en Dios en esos términos”. Asombroso, pero cito literalmente a Lombrozo.

Para la epistemología clásica las creencias apelan a la verdad y las evidencias. Pero las creencias religiosas, para este grupo de científicos cognitivos, apelan más bien a la “ficción imaginativa”. Esto es sorprendente. Se pregunta Van Leeuwen: “¿Cómo puede algo tan serio como la religión estar enraizado en la misma capacidad que sostiene algo tan frívolo como la ficción?”

Parece que nos acercamos al meollo del asunto. Van Leeuwen cita a Scott Atran, al recordar que las creencias religiosas, a diferencia de las factuales, tratan con “los problemas emocionalmente urgentes de la existencia humana, tales como el nacimiento, el envejecimiento, la muerte, calamidades imprevista y el amor”.

En resumen, mientras que las creencias factuales tratan sobre cuestiones prácticas y son sensibles a la experiencia, es decir, tratan sobre el “ser” de las cosas, las creencias religiosas tratan sobre temas ficticios y son poco sensibles a la experiencia, pero están relacionadas con el “deber ser” de nuestras vidas. No hace falta ser ningún lince para ver que estas conclusiones, con su barniz de sofisticación intelectual y de empirismo, favorecen la distinción de Stephen Jay Gould entre ciencia y religión como “magisterios no superpuestos”. Una idea que ni siquiera deja satisfechos a muchos creyentes o teólogos, por cierto, al menos de las religiones históricas, al equiparar sus dogmas más preciados nada menos que con ideaciones ficticias: “y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe” (1: Corintios 15:14).

¿Pero realmente no se superponen las creencias religiosas y factuales? Los antropólogos creen haber encontrado distintos contextos en los que así es:

Legare y Gelman (2008) describen la coexistencia de explicaciones brujeriles y explicaciones biológicas sobre el SIDA en partes de África que hablan en Sesotho, donde las explicaciones basadas en la brujería corresponden con las creencias religiosas tradicionales (…) Escriben: «No es el caso que los participantes apelen a la brujería porque no aprecien las explicaciones biológicas. Más bien, las explicaciones biológicas y brujeriles coexisten dentro de los individuos».

El inconveniente es que, en otros muchos casos, esta coexistencia pacífica y falta de superposición brillan por su ausencia. Y las consecuencias son dramáticas. Por ejemplo, para el Dr. Frank Glober, que trabaja en el epicentro de la epidemia africana de ébola, uno de los principales problemas que explican la extensión de la enfermedad es que los africanos de las zonas afectadas “no creen en la teoría microbiana de la enfermedad”, y no lo hacen precisamente porque “no tiene sentido dentro de su visión del mundo”. Es decir, no tiene sentido dentro de su visión del mundo animista.

Otro problema con este planteamiento es que la descripción de Van Leeuwen sobre las “creencias religiosas” no parece preocuparse por incluir ninguno de los elementos que normalmente asociamos con la religión, como dioses, espíritus o agentes sobrenaturales. Hay muchas creencias que también son sensibles a la autoridad, también guían nuestra conducta y también son de carácter ficticio pero que no son necesariamente religiosas.

10 Comentarios

  1. Clavius says

    Creo que hay un error en la última frase, que debería quedar así:

    «Hay muchas creencias que también son sensibles a la autoridad, también guían nuestra conducta y también son de carácter ficticio pero que no son necesariamente religiosas.»

  2. Eduardo says

    Si, es un error, gracias. Como siempre digo lo corregiré cuando este en un dispositivo «amigable».

  3. Rawandi says

    La ciencia y la religión chocan frontalmente en cuestiones empíricas como las siguientes:
    -¿Jesús era Dios? ¿Resucitó? ¿Nació de una virgen?
    -¿Fue trasladado al cielo el cuerpo de María? (dogma católico)
    -¿Oyó Mahoma al arcángel Gabriel? ¿Viajó Mahoma una noche miles de kilómetros montado en un caballo volador?
    -¿Puede existir alguna mente (divina, humana, angelical, etc.) sin un sustrato material?
    -¿Es la humanidad un subproducto casual de la evolución?

    La ciencia responde ‘sí’ a la última de esas preguntas y ‘no’ a las demás. Por eso ciencia y religión son enemigas inconciliables.

  4. Eduardo says

    Yo lo que quiero subrayar es que, al margen del conflicto entre ciencia y religión, no es cierto que las creencias religiosas no sean factuales. Por lo menos las creencias principales de las religiones históricas «judeocristianas» no tienen un estatuto ficticio. Son factuales. La creencia en la resurrección de Cristo es factual, la creencia en los milagros de Jesús, sean de naturaleza o sanacion, es factual. Son cosas que han ocurrido o pretenden haber ocurrido. Si los creyentes no creen que estas creencias son factuales, es que no son creyentes. Por lo menos no creen en lo que dice la Iglesia.

  5. Vellana says

    Rawandi, tienes un cacao mental en lo que a «la ciencia» se refiere que me dejas patidifuso.
    En concreto, coge cualquier pregunta de esas que planteas y ¿qué ciencia o ciencias le contestan que no? ¿en qué publicación? ¿cuándo se ha publicado? Los conceptos básicos que aparecen en tus preguntas son acientíficos (Jesús, Dios, cielo, Virgen María, arcángel Gabriel) y la ciencia, ninguna ciencia que se precie, dice nada de ellos.
    Por último, estaría bien que dejaras de proyectar tu mundo de odios al exterior: la ciencia no es enemiga de nada; otra cosa serán los científicos, cuando no ejercen de tales; pero el día que veas en una publicación científica una declaración de amor a los hadrones o de odio a la religión, nos avisas.

    En otro orden de cosas, habéis resuelto muy bien lo de Sosa Wagner; ni más ni menos que dándole la razón. Enhorabuena. Está claro que el espíritu sectario que te anima es el mismo que anima la organización que simpatizas.
    Un cordial saludo y ve con Dios.

  6. Rawandi says

    «la creencia en los milagros de Jesús, sean de naturaleza o sanación, es factual. Son cosas que han ocurrido o pretenden haber ocurrido. Si los creyentes no creen que estas creencias son factuales, es que no son creyentes.»

    Tienes razón, Eduardo. Precisamente por eso la idea gouldiana de los «magisterios no superpuestos» es un completo dislate. Gould presuponía, en contra de toda la evidencia antropológica, que todas las creencias religiosas pertenecían exclusivamente al ámbito ético y por tanto ninguna de ellas podía ser factual.

  7. Rawandi says

    Vellana, te dejo una cita muy instructiva del biólogo E. O. Wilson:

    “El gran enigma de la condición humana no puede resolverse recurriendo a los fundamentos míticos de la religión (…) La selección natural, y no el diseño, fue la fuerza mediante la cual nuestro linaje se abrió camino a través del laberinto evolutivo (…) Las personas no son desechables, pero las concepciones del mundo sí. (…) La esencia de las religiones organizadas tradicionales son sus mitos creacionistas (…) Entonces, ¿por qué razón es prudente poner abiertamente en tela de juicio los mitos y los dioses de las religiones organizadas? Porque son idiotizantes y divisivos (…) El conflicto entre el saber científico y las enseñanzas de las religiones organizadas es irreconciliable” Edward O. Wilson, ‘La conquista social de la Tierra’ (2012), páginas 21, 70, 297, 302, 339, y 342.

  8. Rawandi says

    Ah, Eduardo, otra cosa. No sólo hay creencias factuales en las religiones abrahámicas sino de hecho en todas las religiones. Por ejemplo, cuando los Maring, miembros de una tribu iletrada de Nueva Guinea, invocaban a los espíritus, realmente creían que estos últimos intervendrían para prestarles ayuda.

  9. Lector says

    Me gustaría que Rawandi respondiera como la ciencia responde ‘sí’ a la pregunta -¿Es la humanidad un subproducto casual de la evolución? podría indicarme donde encuentro el ensayo experimental que lo demuestra por favor. y frente a las religiones concuerdo que son creencias y dogmas establecidos pero, ¿porque los hombres históricamente han buscado tener una conexión con un ser divino? parece ser que para un materialista el hombre busca respuestas en las religiones, pero la gente religiosa busca conexión con el «creador» del universo, no respuestas… y la evidencia está a la vista, por que creen cosas disparatadas desde el punto de vista científico y nos las cuestionan… finalmente a la pregunta -¿Jesús era Dios? respondo con otra pregunta ¿si no fue Dios… quién fue?

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