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El coste afectivo y moral de la no-España

Publicado en Claves enero 2015 por Teresa Gnez. Barbat

El coste de la secesión de Cataluña sería, ante todo, afectivo y moral; significaría la destrucción de un rico sistema ecológico de personas, costumbres, sentimientos y tradiciones.

El adoctrinamiento consiste en convencer a otras personas para que efectúen inversiones costosas con la mirada puesta en unos objetivos que ni han formulado ellos mismos ni probablemente les beneficien. Esto es algo extraordinario que investigadores de todos los campos se esfuerzan en analizar. El caso de Cataluña, donde el ciudadano dispone de abundante información que, de actuar en forma pragmática y sensata, habría de disuadirles del empeño en la independencia, es paradigmático.

SECESIONISTAS ENTUSIASTAS 

El 9 de noviembre de 2014, el gobierno de la Generalidad de Cataluña materializó el anunciado “simulacro de referéndum de autodeterminación”, a pesar de que el Tribunal Constitucional lo había suspendido con antelación. Aunque fue, en sentido estricto, un fraude (se llamó a votar a los ciudadanos a partir de los 16 años, a extranjeros e inmigrantes con residencia reciente y se alargó la votación hasta 15 días después), en una sociedad a la que se le ha repetido hasta la saciedad que ni las leyes ni las constituciones van con ellos por el hecho de ser “españolas”, es decir, ajenas, no fue para los participantes nada parecido a un “simulacro”. Para la gran mayoría de votantes fue un acontecimiento cargado de “legitimidad”, que en lenguaje nacionalista significa que acarreaba una fuerza moral muy superior a cualquier legalidad previa: la de la voluntad de un “pueblo libre, demócrata y soberano”. El cómputo oficial definitivo, una vez cerrada la post-votación que se alargó hasta el 25-11-2014, dio una cifra de 1.897. 244 votos favorables a la independencia (el 80,9% del total de participantes: 2.344.828 ciudadanos, rondando así el 38% del censo estimado de concurrencia posible). Cerca de dos millones de secesionistas ilusionados y deseosos de asumir el coste de la no-España es un aluvión de gente. Las cifras fueron consideradas como un éxito sin paliativos y como un aval indiscutible para acelerar el camino hacia la independencia. Si las almas pacientes y algo perplejas del resto de España, sean de izquierdas o de derechas, pensaban que ése era el final, se equivocan de lleno. Ese ensayo ha servido para dar munición duradera a algo que hace tiempo dejó de ser sensible al diálogo o la comprensión.

LA NO-ESPAÑA: COSTES AFECTIVOS Y MORALES

La secesión de Cataluña comportaría costes incalculables para los catalanes y para todos los españoles. De los que más se suele hablar es de los económicos, sociales o políticos. Pero, desde mi punto de vista, los más importantes son de índole afectiva y moral. Los independentistas señalan, como ejemplo “normalizador”, a algunos países europeos. Un día nos hablan de Chequia y otro de Eslovenia. Un día de Kosovo y otro se remontan a la independencia de Groenlandia. Es posible que muchos de estos países no hayan experimentado graves conflictos sociales o económicos después de su separación. Pero, se mire como se mire, incluso estas escisiones son producto de un fracaso: la fractura de la cualidad más encomiable de las sociedades avanzadas, a saber, la saludable propensión a crear unidades de integración política cada vez más amplias.

LO QUE NOS HIZO “HUMANITARIOS”

Muchos son los elementos que en mayor o menor grado se consideran decisivos en el camino de nuestra humanización. La adquisición del lenguaje, la ampliación del cerebro y de las habilidades cognitivas y tecnológicas… Pero todos tuvieron que ser reclutados para superar los riesgos que la lucha por los recursos y las arbitrariedades del azar imponían en un momento u otro a cualquier individuo. Sobrevivir resultó ser algo que se hacía mejor si se contaba con la implicación moral del mayor número de personas posible. Y lo hicimos convirtiéndonos en “humanitarios”.

La progresión hacia unidades más vastas de integración es la consecuencia de tres rasgos que se asentaron en nuestro pasado cazador-recolector, que hunden sus raíces en el ayer homínido y que han sido pilares para el desarrollo de sistemas de relaciones humanas cada vez más inclusivos2. Son la clave de su asombroso desarrollo y progreso. Me refiero a la antiquísima “Regla de Oro”, a la expansión del llamado “Círculo Moral” y a la superación de los juegos de “Suma Cero”. Sin ellos, en muchos momentos y lugares del pasado y, por desgracia, en muchos momentos y lugares de la actualidad, nuestra vida es “solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. Su supresión o minusvaloración pone peligro nuestra seguridad pero, también, en un mundo interconectado, la de todos los seres humanos del planeta.

Esta tendencia a la solidaridad se ha ido imponiendo a pesar de la “guerra de armamentos” ancestral contra quienes han querido aprovecharse egoístamente de la benevolencia o la generosidad ajena. El alpha abusador o el sempiterno free rider (aprovechado) son los inveterados enemigos que ponen en peligro el delicado equilibrio de la cooperación. Son eternos compañeros de viaje.

EL MAYOR ENIGMA DE LA NATURALEZA HUMANA

Que los padres favorezcan a los hijos no tiene nada de misterioso. Compartimos con ellos el 50% de nuestra carga genética. Destinarles recursos es propiciar la única forma de inmortalidad que un biólogo puede entender. También es comprensible la solidaridad con los parientes cercanos y con los miembros del grupo más próximo. Lo que ya no es inmediatamente entendible es la solidaridad o el altruismo con los extraños.

Las pesquisas dedicadas a dilucidar la cooperación humana se centran tradicionalmente en entender ese “misterio”. Para la llamada “hipótesis del gran malentendido” (Big Mistake Hypothesis), la cooperación entre extraños es posible porque conservamos los mecanismos cognitivos que evolucionaron en el contexto de pequeños grupos, y que ahora podemos extender a situaciones imprevistas. En cambio, para los partidarios de la selección de grupo, la cooperación es más bien el resultado de la competencia entre grupos que propiciaron la aparición de normas culturales específicas. Sea como fuere, en un momento del pasado lejano los seres humanos descubrieron que colaborar con los extraños resultaba necesario para la supervivencia y la procreación. Nos hicimos más solidarios a medida que nos convertimos en más interdependientes.

REGLA DE ORO

La Regla de Oro, o “ética de la reciprocidad”, es una regla intuitiva que va poco más allá del reconocimiento de agencia y de habilidad empática. Es una forma simple de teoría de juegos. No tiene categoría moral, pero es un paso indispensable en esa dirección. Se resume en la idea: “Haz a los demás lo que deseas para ti” (que también se expresa en forma inversa “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran”) y puede encontrarse en el subsuelo de las tradiciones éticas de todas las culturas y lugares, en sus códigos morales, en su instrumentación legal y sus sistemas de justicia. Se subsume y sofistica más adelante en los procesos de expansión del círculo moral.

CÍRCULO MORAL

La expansión del Círculo Moral es una consecuencia de la ancestral y paradójica tendencia humana a admitir dentro del perímetro de protección y solidaridad a personas ajenas a sus inmediatos lazos de sangre. Pasó de sus primeros albores como expresión prudente de una Regla de Oro de conveniencia a dotarse de una carga creciente de razonamiento, experiencia, o de reflexión filosófica o religiosa. A formar parte, en una palabra, de los cimientos de los sistemas éticos más complejos. Esta progresión ha llegado a hacerse tan amplia que hoy en día existen pensadores que exhortan a admitir dentro del círculo solidario y fraternal a los animales más cercanos, sobre todo a los primates. El interés por el planeta y por la ecología deriva de esa inclinación cada vez más abarcadora. Este marco moral tiene consecuencias importantísimas en los juicios, opciones y decisiones.

RELACIONES DE SUMA CERO

Una situación de Suma Cero es aquella en la que las ganancias y las pérdidas agregadas de los individuos o los grupos que interactúan se acerca a cero. Lo que unos ganan, los demás lo pierden. Para muchos investigadores y pensadores, la complejísima red de proyectos comunes y de cooperación que ha conseguido imponerse sobre inclinaciones más oscuras durante nuestra evolución constituye la sola esperanza para optimizar la humanidad. La visión más optimista dice que nos estamos volviendo más cooperadores, más tendentes a juegos win-win (gana-gana) en gran parte por habernos vuelto más sabios y en parte porque las guerras y las crisis severas nos han forzado a decantarnos por lo único que parece que funciona.

LA TENDENCIA DE LAS ÚLTIMAS CENTURIAS HACIA LAS UNIDADES DE INTEGRACIÓN CADA VEZ MÁS AMPLIAS

Estamos viviendo una tendencia a la integración en organizaciones supranacionales. Pero antes hemos asistido a una progresiva y drástica disminución de las unidades políticas: organizaciones tribales, naciones o Estados. Los motivos que empujaron a esa reducción en el devenir de los últimos mil años fueron básicamente el expansionismo, el poder o la codicia. Pero el desenlace ha sido una reducción de Estados soberanos que se dio felizmente a la vez que iban surgiendo potencias comerciales que tendieron a favorecer el comercio de suma positiva sobre la conquista de suma cero. También corrieron parejas las ideas humanistas, universalistas, científicas e ilustradas.

No fue una progresión lineal. Los distintos intereses y las antiguas rivalidades condujeron a guerras devastadoras. Pero la reducción del número de Estados tuvo efectos positivos. Estudiosos como Steven Pinker sugieren que tiene relación con el declive en el número de guerras. Según él, como parece ser que hay menos guerras intra-Estados que entre Estados, hay más posibilidades para la paz.

EL CASO DE EUROPA

Durante la guerra de los 30 años había alrededor de 500 unidades políticas en Europa que, en los años 1950, se habían reducido a menos de 30. Recordemos que el Sacro Imperio romano germánico era un enorme conglomerado de más de 400 Estados que ocupaba la mayor parte de Europa central, la mayoría de los cuales finalmente se unirían a Alemania5. Después de ambas guerras mundiales, el mapa político osciló en el número de Estados, que se vieron incrementados sobre todo a partir de la desintegración de la Unión Soviética y de las desestabilizaciones de los países del Pacto de Varsovia.

El siglo XX vivió dos guerras espantosas causadas, entre otros motivos, por el ímpetu expansionista de los Estados más potentes de Europa. La voluntad de no volver a sufrir las desgracias de la guerra está en la base del origen de la Unión Europea, no solo la economía. El proyecto de integración europea, con la creación de un auténtico supra-Estado con la incorporación confederada de todas las actuales naciones, es la culminación de este proyecto ilustrado e internacionalista de voluntad de entendimiento en lo común que lleva siglos progresando a pesar de las dificultades.

EL LADO OSCURO DE LA NATURALEZA HUMANA

Durante centurias, pensadores, científicos y humanistas han pregonado el universalismo. Los escritores populares empezaron a discutir cuestiones como las del honor, la gloria y otras pasiones atávicas y a tomar en cuenta los puntos de vista de los demás. Empezó a tener carta de naturaleza el cultivo de virtudes como la tolerancia y la comprensión del distinto. Pero la tendencia a la generalización del Círculo Moral coexiste con el lado más oscuro de nuestra naturaleza.

Compartimos el 100% de nuestros genes con nosotros mismos. Nuestro razonamiento genético nos empuja al egoísmo. Cuantos más genes compartimos con otro, mayor será la tendencia instintiva a favorecerlo por encima de los demás. La familia, la tribu, la etnia geográfico-cultural sigue estando presente planteando un conflicto con profundas raíces bioculturales. Los políticos corruptos siguen practicando el nepotismo “enchufando” a hijos y cónyuges. En caso de crisis económica se empieza a mirar con hostilidad al diferente llegado de fuera. El adoctrinamiento en causas quizá cruentas tiene éxito porque muchas personas se sienten perdidas y necesitan identificarse con “los suyos”.

En efecto, existe una lógica terrible que nos dice que el cosmopolitismo librará una eterna lucha contra el etnicismo porque nunca podrá contrarrestar las ventajas inmediatas y tangibles de favorecernos o de favorecer a quienes se parecen más a nosotros. No hay que olvidarlo jamás y debería formar parte inexcusable de la educación de los jóvenes.

LA PULSIÓN SEPARATISTA: QUÉ DESTRUYE

El separatismo en democracia se alimenta de la subversión de los pilares indispensables para la consolidación de organizaciones viables. Actúa en dirección contraria al progreso integrador de unos agregados que van transformándose en el devenir de los milenios desde las familias, las tribus, los pueblos-nación o los Estados históricos hacia unidades más abiertas, más mestizas, que se fusionan de manera creativa, que exaltan menos los particularismos y potencian más lo común e inclusivo.

CATALUÑA Y SU DERIVA ANTI-HISTÓRICA

Hay una sangrante paradoja en el hecho de que una región perteneciente a un país europeo fuerce su independencia para luego seguir formando parte de la misma Europa. ¿Cómo solicitar la admisión en un club de miembros muy distintos cuando se acaba de abandonar otro de muy iguales? ¿Cómo explicarlo cuando las virtudes que se requieren son exactamente las mismas en las que se ha fracasado? El coste de la no-España es el descalabro de la propensión moderna en la búsqueda de lo que nos une. No detener las pulsiones secesionistas es favorecer el hundimiento del proyecto de integración supranacional. Es el fracaso de la misma Europa.

EL COSTE AFECTIVO Y MORAL DE LA NO-ESPAÑA

El coste de la no-España es afectivo por la demolición de una red de afectos y complicidades, muy costosas de conseguir, que han requerido centurias para establecerse. Es la destrucción de un rico sistema ecológico de personas, costumbres, sentimientos y tradiciones que no queda incólume.

En cuanto a su coste moral, significa la reducción del círculo apelando a la insolidaridad y al egoísmo de grupo, consiguiendo el antihistórico resultado de que se plantee un escenario cercano en el que la ciudadanía de un país democrático, respetuoso con las diversas lenguas y tradiciones, pueda pasar de formar parte de una unidad de integración de 45 millones de personas a una de siete.

El coste de la no-España es volver a la suma cero o menos de cero, donde se desentierran o se mistifican pasadas rencillas (catálogos de agravios históricos que todas las sociedades del mundo tienen disponibles). Es volver a la suma cero que minimiza u oculta todas aquellas empresas positivas en las que han participado tanto catalanes como españoles. Es la suma cero de negarse a favorecer ni a participar en cualquier proyecto común o de beneficio general.

Los postulados del nacionalismo corroen los mismos cimientos de cualquier empresa conjunta, ya que arrasan la misma y muy primaria Regla de Oro. El “no quieras a los demás lo que no quieras para ti” se compadece poco con la cruda exigencia de unos “derechos históricos” que favorecen a unos ciudadanos por encima de los demás.

PROGRESIÓN HACIA EL CAMINO DE LA PAZ Y LA PROSPERIDAD: EUROPA

Un contribuidor a la Larga Paz ha sido el congelamiento de las fronteras. Las Naciones Unidas iniciaron una norma por la que los Estados existentes y sus fronteras eran “sacrosantos”. Estamos hablando, naturalmente, de Estados democráticos y modernos. Y fue una gran idea. El hecho de que la colaboración humana a gran escala se construya sobre materiales ancestrales de sentido ferozmente contrario y que evolucionaron cuando el mundo era muy pequeño, hace que las tentaciones de regresar a estadios primitivos potencialmente letales sean más o menos permanentes.

La ruptura con España significaría el retroceso de pasar de una unidad de integración humana, sedimentada durante centurias, de 45 millones de personas a una de 7. Sería una de las amenazas más reales y más creíbles a la deseable unificación en un sistema que contempla la convivencia de …¡739 millones de habitantes!

La lógica de la autodeterminación conduce a la proliferación de miniestados y en Europa existe un peligro latente en muchos lugares. Su generalización, no solo haría aumentar las posibilidades de riesgo y de conflicto intercomunitario. En su versión más inofensiva, convertiría el Parlamento Europeo en un absoluto guirigay de voces, muchas de ellas aún escocidas por recientes y amargas separaciones. Porque el problema no es el independentismo como concepto político. El problema es que, por lo menos en el caso español, pone en marcha una batería de argumentos muy corrosivos que se centran en la diferencia, el agravio y la insolidaridad. El establecimiento de medidas ante las personas o grupos que, de forma pretendida o real, se propongan de forma abusiva (free-riding) tomar más del sistema de lo que aportan no pasa por la adopción de medidas maximalistas y hostiles. Y ni siquiera es este el caso.

La insensata subestimación del coste afectivo y moral lleva a que algunos separatistas aseguren con infantil optimismo que “España” nos seguiría comprando productos y que no bloquearía la integración de una Cataluña separada como nuevo estado de la Unión Europea. Esto, después de decirle durante años que “nos roba”.

Seamos realistas: la separación no haría aflorar, precisamente, el lado más amable de cada uno. El primatólogo Franz de Wal asegura que no hay gente que se odie más que quienes acaban de separarse. Y él ha estudiado eso en centenares de culturas, de ayer y de hoy. Los nacionalistas seguramente no leen a algunos antropólogos, pero aún viven personas mayores que recuerdan cómo es una guerra civil de cerca. El peor enemigo, a menudo es el más próximo. Será una paradoja pero, a veces, no hay peor traición que la del hermano.

TERESA GIMÉNEZ BARBAT ES ANTROPÓLOGA.

31 Comentarios

  1. Estimada Teresa

    Si seis de cada diez ciudadanos discrepan de la tendencia apoyada por los otros 4, altamente motivados, entonces el problema no reside en quienes trabajan para promover la separación, sino en quienes permanecen impasibles (por ahora) viendo pasar los sucesos.

    Si el grupo supuestamente minoritario posee la fuerza necesaria para inmovilizar a la supuesta mayoría que discrepa de las tendencias centrífugas, entonces la cosa está hecha.

    Son irrelevantes los argumentos que puedan darse sobre los costes emocionales, morales o económicos, por muy bien armados que estén en investigaciones antropológicas o evolucionistas.

    Seguramente estoy equivocado, pero considero que el paleocortex domina ahora los movimientos del grupo secesionista en Cataluña. Los discursos exudados por el neocortex carecen de relevancia.

    No hay salida que no suponga un conflicto abierto.

    Desgraciadamente esa es mi predicción.

  2. teresa says

    Querido Roberto: efectivamente, el problema siempre ha sido esa pasividad. Imagino que todas las revoluciones -por idiotas que las veamos en el tiempo- se imponen por estos motivos. Una parte está «ilusionada» por una fantasía y la otra no. A una la excita lanzarse a la calle y a la otra le da palo. Quizá sea cierto que haga falta algún susto. Pero nos negamos a ver que las cosas siempre han funcionado de un modo y no de otro.
    Un beso y un lujo que hayas entrado.

  3. idea21 says

    Lo de la pasividad es muy interesante.

    Las encuestas y los datos de la irregular «votación» independentista catalana del 9 de noviembre de 2014 hacen pensar que los independentistas son minoría (aunque por poco) y los «españolistas» son mayoría.

    Sin embargo, a la hora de movilizarse en la calle, salen cien independentistas por cada «españolista». La proporción es asombrosa y creo que no tiene precedentes ni en Escocia ni en Quebec.

  4. Masgüel says

    El nacionalismo es un coñazo. Pero, hasta la fecha, los nacionalistas catalanes no han propuesto la creación de una república islámica, ilegalizar partidos políticos, una autarquía económica o la obligación de heredar el trabajo de tu padre. Quieren seguir formando parte de la Unión Europea y su organización institucional habrá de ajustarse a los requerimientos de cualquier país aspirante al ingreso. En otras palabras, ir a vivir y trabajar a una Cataluña independiente y formando parte de la UE, será como irse a Portugal. Y si acreditas residencia en Cataluña, tendrá derecho a doble nacionalidad, porque el gobierno español respetará la nacionalidad española a todos los catalanes que no renuncien expresamente a ella. Motivo de conflicto abierto con la mayoría de la sociedad tendrá quien pretenda convertir en casus belli un asunto que nos importa muy poco.

    Y mientras se rasgan las vestiduras por la unidad de España, muchos «liberales» ni se enteran de la que se avecina:
    https://www.youtube.com/watch?v=xtGvNgB3H9o
    El conservadurismo y sus cobardías. Quieren ilegalizar las comunicaciones cifradas. Si he de elegir enemigos de la libertad, prefiero a los yihadistas. Al menos los ves acercarse con el rifle en la mano.

  5. idea21 says

    «Quieren seguir formando parte de la Unión Europea y su organización institucional habrá de ajustarse a los requerimientos de cualquier país aspirante al ingreso.»

    Aquí se está hablando de problemas prácticos, pero el problema de fondo es que si la Unión Europea ahora aceptara que cualquier clase política regional (podría ser Bretaña, Flandes, Padania, Baviera…) pudiera sacar adelante su proyecto (¿qué gobernador regional no soñaría con convertirse en Jefe de Estado?) se produciría una debacle sociopolítica de posibilidades ilimitadas. De ahí que cuando fracasó el independentismo escocés, todo el mundo (hasta Obama) se alegró. A los líderes mesiánicos catalanes ya se les ha dicho que en la Unión Europea no los quieren. Menos mal, porque solo nos faltaba que se creara un nuevo problema europea solo por la ambición política de unos pocos…

    En cuanto al tema de fondo del artículo de la señora Giménez, solo añadir que estoy de acuerdo y que además no hay que olvidar lo tramposo de decir que «no despreciamos a los españoles, solo que ellos son diferentes a nosotros y no podemos vivir juntos en el mismo Estado, aunque sí juntos como Estados diferentes dentro de la Unión Europea». Eso es el «juntos, pero no revueltos» que todos recordamos de otros contextos…

  6. teresa says

    Masgüel: los independentistas más acérrimos están dispuestos a salir de UE. Es un movimiento milenarista con voluntad para cargarse lo que haga falta.

  7. teresa says

    Y preferir yihadistas a «conservadores» no te deja muy bien.

  8. Masgüel says

    Idea21
    «A los líderes mesiánicos catalanes ya se les ha dicho que en la Unión Europea no los quieren.»
    Se les ha dicho. Pero en la Unión Europea, en Cataluña y en España, saben que es mentira. Si Cataluña declara la independencia, el gobierno español no reconocerá su legitimidad y atará de manos al resto de la Unión. Pero esa situación no soporta una legislatura. Antes de que el gallo cante tres veces, donde dije que no, digo que sí y asunto resuelto. Como la entrada de España en la OTAN.

    Teresa
    «Y preferir yihadistas a “conservadores” no te deja muy bien.»
    Será por error categorial. No hay yihadistas liberales. Pero entre quien me amenaza con un tiro en la cabeza si no cierro la boca y quien me amenaza con la cárcel, prefiero al primero. No gobierna.

  9. idea21 says

    “A los líderes mesiánicos catalanes ya se les ha dicho que en la Unión Europea no los quieren.”
    Se les ha dicho. Pero en la Unión Europea, en Cataluña y en España, saben que es mentira. Si Cataluña declara la independencia, el gobierno español no reconocerá su legitimidad y atará de manos al resto de la Unión. Pero esa situación no soporta una legislatura. Antes de que el gallo cante tres veces, donde dije que no, digo que sí y asunto resuelto. Como la entrada de España en la OTAN.»

    Está visto que el independentismo catalán es cosa de fe, y que el creyente se convencerá a sí mismo de cualquier cosa (eso es el fenómeno del «autoengaño» o «confabulación»). Como que Cataluña es demasiado importante para Europa como para que la Unión Europea prescinda de ella.

    No voy a insistir porque frente a la creencia irracional los razonamientos sirven de poco. Me limito a recordar que Masgüel ha eludido el argumento invencible de que apoyar el éxito del independentismo catalán (como sería si el Estado español forzara su Constitución para permitir un referéndum ilegal) sería alentar otros procesos semejantes en diversas regiones de la Unión Europea. Que es también la razón por la que nadie quería tampoco a los escoceses.

  10. vellana says

    «El conservadurismo y sus cobardías. Quieren ilegalizar las comunicaciones cifradas. Si he de elegir enemigos de la libertad, prefiero a los yihadistas.»

    Pues nada, coge el primer vuelo a Siria… ¡ah sí!, mucho te quiero culo pero no te llego a besar.
    En fin, boutades del patético enfant terrible.

    Respecto a cómo se comportará la UE y España respecto a Cataluña si finalmente se independiza, me hace gracia esa forma de ¿pensar?, no sólo de Masgüel, sino de toda la banda separatista. No se inmutan por que los independentistas se muevan por motivos irracionales (no me siento cómodo en España; España nos roba; España es franquista) pero una vez conseguido el objetivo, de pronto, tiene que imperar la lógica y la razón y hay que comportarse según lo más ventajoso desde el punto de vista económico. El resto de españoles vamos a tragar con que somos unos mesatarios, casposos, franquistas, que el español es una lengua de segunda, que antes o después van a anexionar a Valencia y las Baleares, etc. ya que parece ser que será algo más ventajoso para el bolsillo convivir en la UE con los supremacistas. En lo que a mí respecta, estoy dispuesto a pagar la diferencia por disfrutar del espectáculo del hundimiento.

    Y si se me dice que sí hay lógica en que se quieran independizar porque dejan de pagar al resto de España por tener mayor riqueza, también hay lógica en no dejarles entrar en la UE para quitarte un competidor de en medio; y para no alentar otras separaciones.

    Un cordial saludo.

  11. teresa says

    Suscribo, Vellana. Escribí sobre esto. Es curioso que atribuyan a España esta frialdad de razonamiento, este sentido práctico…que ellos rechazan para sí. Parece que las capacidades emotivas sólo las tengan ellos. Aquí (en Cataluña) viven en el disparate pero no se les ocurre que a algún grupo les siente muy muy mal.

  12. Masgüel says

    Es curioso. Empiezo diciendo que el nacionalismo me parece un coñazo y me llueven piedras por mantener la postura que me parece más cabal para quien no es nacionalista. El nacionalismo español trata con el mismo desprecio a los españoles que no somos nacionalistas como los nacionalistas catalanes y vascos tratan a sus vecinos «disidentes». Y con los mismos argumentos. También son nacionalistas quienes se oponen a los procesos de integración política en Europa. Al menos el nacionalismo catalán parace muy dispuesto a pasar por el aro que haga falta para permanecer en la Unión. Su secesionismo, o el de los escoceses, me inquieta mucho menos que las aventuras antieuropeas que nos proponen desde ambos extremos del expectro político. ¿Se aceptan las reglas?. Pues tanto da que en Bruselas ondee otra docena de banderas, si supone acallar cualquier ruido de sables. Quien sacraliza la unidad de la nación española y llama a sacar los tanques a la calle, ¿en qué se diferencia del de la boina o el de la barretina?. El nacionalismo, un coñazo.

  13. vellana says

    «…la postura que me parece más cabal para quien no es nacionalista.» A ti te parece la más cabal; a mí no. No me parece cabal decir que va a pasar algo sin un solo dato que lo sugiera, sino más bien todo lo contrario.

    «Al menos el nacionalismo catalán parece muy dispuesto a pasar por el aro que haga falta para permanecer en la Unión.» Falso; lo primero que quieren hacer es salirse de la Unión; no sé si te has enterado pero «independizarse de un miembro de la UE» = «salida de la UE». No, no están dispuestos a sacrificar nada para quedarse en la UE. Están, creo, dispuestos a cargarse la UE para su caprichito aldeano.
    «El nacionalismo español trata con el mismo desprecio a los españoles que no somos nacionalistas como los nacionalistas catalanes y vascos tratan a sus vecinos “disidentes”» No sé si te refieres a mí; si te he despreciado, te pido disculpas. Es más, te aprecio; no llego al amor, pero me caes bien. La parte en la que quizás consideres que te desprecio es la relativa a esa gracieta de que mejor con el ISIS que con Cameron.
    En la parte catalana, que es donde puedes deducir que soy un nacionalista español, sólo digo que me hace gracia lo que piensas sobre lo que pasará; no digo nada de ti. Y lo de tratarte con el mismo desprecio, eso dices tú. Seguro que te han llamado mal español, como a ellos. O que han marcado a tu hijo en la escuela por querer ejercer un derecho, como a ellos; o que te han dicho que eres, intrínsecamente, un vago, casposo, franquista, militarista, invasor, genocida, como a ellos/nosotros. O que tu forma de hablar causa cáncer, como a ellos/nosotros. O han asesinado a tu padre, como a ellos.
    En fin, no sé dónde vives; creo que en esos dominios nacionalistas no.
    Un cordial saludo.

  14. idea21 says

    «Empiezo diciendo que el nacionalismo me parece un coñazo y me llueven piedras por mantener la postura que me parece más cabal para quien no es nacionalista.»

    Lo grave de tu nacionalismo, Masgüel, es que por ser nacionalista (y muy nacionalista, en tu apoyo al independentismo catalán) caes en los comportamientos irracionales que ya he subrayado de autoengaño, negacionismo y visión sesgada de la realidad. Yo no soy psicoterapeuta y dado tu compromiso con el independentismo, veo muy difícil reconducir su racionalidad, pero voy a intentarlo por si contribuyo a la ilustración general.

    Cuando escribes

    «Motivo de conflicto abierto con la mayoría de la sociedad tendrá quien pretenda convertir en casus belli un asunto que nos importa muy poco.»

    estás negando la peligrosidad social de la catástrofe social y económica que los independentistas queréis provocar en España, en la Unión Europea y vete a saber dónde más. Es la típica postura de los independentistas (como tú) intentar «colar» que la secesión unilateral de una nación de la Unión Europea es una cosita de nada, algo natural e intrascendente (será como ir a Portugal… habrá doble nacionalidad… el castellano seguirá siendo oficial…) y además un derecho democrático reconocido… como la secesión de Letonia o Eslovenia (fenómenos que se produjeron en naciones que dejaron de ser dictaduras… igual que, según vosotros, España es también una dictadura). Y a quien no opina como vosotros automáticamente lo estigmatizáis como «nacionalista español».

    «Quien sacraliza la unidad de la nación española y llama a sacar los tanques a la calle, ¿en qué se diferencia del de la boina o el de la barretina?.»

    Aquí nadie sacraliza la unidad de la nación española que a mí me tiene sin cuidado (Gibraltar inglés, y para siempre…) y sabes perfectamente que aunque el nacionalismo vasco simpatiza con el tiro en la nuca, el constitucionalismo español jamás sacará los tanques a la calle (oportunidades hubo, y no se hizo, ¿recuerdas?). Lo que sacralizo es la racionalidad, la capacidad de pensar lúcidamente así como la honradez intelectual.

    Cualquier persona inteligente y honrada sabe que dar facilidades al independentismo catalán (como sería autorizando un referéndum que la ley española no permite, a diferencia de la del Reino Unido o Canadá) sería una catástrofe para el pueblo español en su conjunto (catástrofe de encontrar trabajo y vivienda, de violencia política y convivencia social) y evidentemente para la pobre Unión Europea, que bastantes problemas tiene… y todo para satisfacer las ambiciones políticas de la clase política nacionalista (que es la que ha propagado la especie de que se han producido unos terribles «agravios»contra el pueblo catalán).

    Esto tú lo verías tan claramente como yo, Masgüel, si hicieras uso de tu racionalidad y tu honestidad personal. Pero tu apoyo al nacionalismo te ciega…

  15. Masgüel says

    Vellana
    «A ti te parece la más cabal; a mí no. No me parece cabal decir que va a pasar algo sin un solo dato que lo sugiera, sino más bien todo lo contrario.»
    El tiempo dirá quién se equivocaba.

    «Seguro que te han llamado mal español, como a ellos. O que han marcado a tu hijo en la escuela por querer ejercer un derecho, como a ellos; o que te han dicho que eres, intrínsecamente, un vago, casposo, franquista, militarista, invasor, genocida, como a ellos/nosotros. O que tu forma de hablar causa cáncer, como a ellos/nosotros. O han asesinado a tu padre, como a ellos. En fin, no sé dónde vives; creo que en esos dominios nacionalistas no.»
    No. Donde vivo, para muchos, soy un «godo». Pero no me lo dicen a la cara. Hace décadas que los españoles tampoco vivimos coaacionados por el nacionalismo español. Quedan cuatro gatos, no tienen poder y los pocos que realmente quisieran ver tanques en la calle si una región declara la independencia carecen de apoyo social. Pero eso no aminora el desprecio de esos pocos hacia los muchos que no nos emociona los símbolos nacionales ni creemos en el destino de los pueblos. Si alguien no manda, su desprecio te la suda.

    idea21
    «Lo grave de tu nacionalismo, Masgüel, es que por ser nacionalista (y muy nacionalista, en tu apoyo al independentismo catalán) caes en los comportamientos irracionales que ya he subrayado»
    Usar el término «racional» en cada párrafo no hace más racionales tus argumentos. Yo no apoyo el independentismo catalán. Si tuviese voto, sería para el NO a la independencia. Pero resulta que los catalanes que la quieren pueden ser mayoría. Desde el principio no he hecho otra cosa que manifestar mi postura ante el caso de la que el parlamento catalán declare la independencia. Llamarme nacionalista por ello es absurdo.

    «autoengaño, negacionismo y visión sesgada de la realidad.»
    Tengo una paja en el ojo. ¿Quién me la quitará?

    «Cuando escribes “Motivo de conflicto abierto con la mayoría de la sociedad tendrá quien pretenda convertir en casus belli un asunto que nos importa muy poco.” estás negando la peligrosidad social de la catástrofe social y económica que los independentistas queréis provocar en España»
    Ni mucho menos. No estoy negando la peligrosidad del nacionalismo en sociedades crecientemente heterogéneas, especialmente cuando adquiere tintes secesionistas. Señalo el plus de peligrosidad que añade el nacionalista dispuesto a la guerra para evitar la secesión de España.

    «la secesión unilateral de una nación de la Unión Europea es una cosita de nada, algo natural e intrascendente (será como ir a Portugal… habrá doble nacionalidad… el castellano seguirá siendo oficial…)»
    No tiene nada de natural. Pero la trascendencia de una cataluña independiente sería hoy mucho menor que la que habría tenido hace treinta años.

    «Cualquier persona inteligente y honrada sabe que dar facilidades al independentismo catalán (como sería autorizando un referéndum que la ley española no permite, a diferencia de la del Reino Unido o Canadá) sería una catástrofe para el pueblo español en su conjunto (catástrofe de encontrar trabajo y vivienda, de violencia política y convivencia social)»
    Pues no seré inteligente ni honrado. Para empezar, si es cierto que la mayoría de los catalanes no quieren la independencia, el referendum quedaría en papel mojado, como en Escocia. Pero si resulta que la quieren y la consiguen, la violencia política vendrá de los que se opongan. El nacionalismo secesionista está condenado a convertirse en mero conservadurismo desde el momento en que consiga su objetivo. Respecto a que el gobierno español no pueda mover ficha, tururú.

  16. teresa says

    En este país hay tanta inclinación a sacar los tanques a la calle que procedentes del País Vasco hubo casi 1000 asesinatos, la mayoría de policías y militares, y no se envió ni un patinete.
    La carga de irracionalidad del nacionalismo y del progreísmo en general (yo lo veo muy vinculado) vuelve ciegos a supuestos racionalistas. Mi amigo y colaborador de TC, Roger Corcho, acaba de darse de baja con los «escépticos» porque, aunque no os lo creáis, son muy «abiertos» con el independentismo. Yo lo hice hace años porque me parecía escandalosa su actitud con el mismo tema en el PV. Y hablamos de años terribles, que yo participaba entre 1990 y 2000.

  17. Masgüel says

    «En este país hay tanta inclinación a sacar los tanques a la calle que procedentes del País Vasco hubo casi 1000 asesinatos, la mayoría de policías y militares, y no se envió ni un patinete.»

    En este país hubo un golpe de Estado y al menos dos intentos fallidos, hostigados en buena medida por esos asesinatos. Ese era el propósito de ETA en sus ataques al ejército. Hoy el ejército es mercenario y hará lo que diga el gobierno, que no se atreverá ni a suspender la autonomía.

  18. Masgüel says

    Además, declarar el estado de excepción y mandar las calles al país vasco hubiese supuesto deslegitimar al parlamento vasco por los crímenes de ETA. Los terroristas no representaban al pueblo vasco y el gobierno español decidió que lo mejor era combatirlos con sus propias armas. Confió el asunto a cuatro chapuceros.

  19. Masgüel says

    «Hoy el ejército es mercenario.»

    Eso es injusto. La tropa sí es en gran medida, mercenaria.

  20. Masgüel says

    El militar de carrera suele ser vocacional. Y los mandos ya tienen la cabeza amueblada en enero de 2015, como corresponde. Pero la tropa es Benetton. Para un chaval de Ecuador, sin mejores perspectivas, no tiene más que ventajas. Nacionalidad, titulación profesional, contactos, techo, comida y paga.

  21. Vellana says

    «Desde el principio no he hecho otra cosa que manifestar mi postura ante el caso de la que el parlamento catalán declare la independencia.» Pues no te había entendido porque de lo que hablas es meses o años después de que dicha declaración se hiciera efectiva. Pero los problemas gordos pasarían mucho antes; luego vendría lo de la UE y todo eso.

    Si eso (DUI) pasara, al gobierno de España no lo queda legalmente, y debería actuar según la legalidad, más remedio que tratar de suspender la autonomía catalana. Primero porque obviamente el Parlamento Catalán no tiene competencias para eso. Y, además, porque el gobierno está en la obligación de seguir prestando servicios y hacer cumplir obligaciones; lo cual es incompatible con otra autoridad nacional en el mismo territorio. Es decir, que el lío está servido; tendrán que intervenir las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para detener a los que declaren la independencia; se movilizarán los más exaltados de los independentistas, y ciertamente, no sé cómo acabará eso, pero mal. Y creo que muy mal para los más ingenuos que serán carne de cañón, mal para España y Cataluña y bien para los Junqueras y cía.

    Y si el gobierno español no hace eso, cae en la ilegalidad. Es decir, que algunos nacionalistas nos quieren meter en una trampa para elefantes (otros no; pero ninguno quiere ir por el camino lógico de tratar de reformar la constitución, porque se ven incapaces); y la posible actuación violenta por parte de la autoridad legalmente establecida está servida, y no por ser terribles nacionalistas españoles, sino por imperativo legal. Es como el tema del referéndum; el gobierno simplemente no puede permitirlo, lo quiera o no. Si lo hace, incumple la ley. Y en eso sí soy extremo: la ley está para cumplirse, porque si no vamos a algo mucho peor.

    Un cordial saludo.

  22. teresa says

    Soy de lengua materna catalana. Fui votante en un tiempo incluso de Ciu. Ahora espero que el gobierno me defienda si llega el caso.

  23. vellana says

    Yo no sé qué esperar de este gobierno; en cualquier caso, y siguiendo la tendencia de los últimos cuarenta años, más que del que lo sustituya. Y no creo que sea un problema de casta política, sino de país. Sólo hay que ver a quiénes eligen una importante parte de la sociedad para cambiar el rumbo de las cosas: a los nuevos vengadores; que tengan visos de ser aún mucho peor que los actuales no parece importar siempre y cuando nos venguen.

    En fin.

  24. idea21 says

    «Usar el término “racional” en cada párrafo no hace más racionales tus argumentos. »

    No, lo que los hace más racionales es que yo puedo demostrarlos y tú no…

    «Yo no apoyo el independentismo catalán»

    Si haces tuyos los argumentos del independentismo, objetivamente los estás apoyando. Los haces tuyos cuando dices cosas como

    «tanto da que en Bruselas ondee otra docena de banderas,»

    «Si Cataluña declara la independencia, el gobierno español no reconocerá su legitimidad y atará de manos al resto de la Unión. Pero esa situación no soporta una legislatura.»

    «ir a vivir y trabajar a una Cataluña independiente y formando parte de la UE, será como irse a Portugal.»

    Y, por supuesto, eludes una y otra vez el hecho de que no es solo España, sino también Alemania y Francia (el núcleo duro de la UE) los que no quieren una epidemia de secesionismo. También eludes el hecho de que el origen de todo esto son los intereses particulares de la clase política catalana.

    Quod erat demostrandum (en lo referente al uso de la racionalidad)

    «resulta que los catalanes que la quieren pueden ser mayoría»

    Fenómenos de este tipo son imprevisibles, pues se trata de «pasiones identitarias» (sesgo endogrupo/exogrupo). Con independencia de lo que hayan planeado los líderes políticos que pusieron esto en marcha, las consecuencias son imprevisibles y no se puede uno fiar ni de las encuestas. Como observarás, Masgüel, estoy de acuerdo contigo en todo lo que es razonable. Así de simple soy.

    «si es cierto que la mayoría de los catalanes no quieren la independencia, el referendum quedaría en papel mojado, como en Escocia. Pero si resulta que la quieren y la consiguen, la violencia política vendrá de los que se opongan. El nacionalismo secesionista está condenado a convertirse en mero conservadurismo desde el momento en que consiga su objetivo.»

    Lo que es seguro es que mientras más facilidades se pongan al «proceso», más fácil será que tenga éxito ERGO mejor dificultarlo todo lo que la legalidad permita por el bien de la mayoría (la mayoría de los catalanes admiten que la independencia sería mala para España, así que ¿por qué España va a darle facilidades?). Por lo demás, cuando yo hablo de una catástrofe no me refiero a una violencia a lo Yugoslavia o País Vasco, sino a los problemas sociales y económicos derivados de un hecho semejante, absolutamente inaudito y de consecuencias imprevisibles, ¿adónde irán los ahorros, las fábricas, los bienes públicos…?

    Los independentistas siempre tratan de quitarle importancia a esos problemillas, dicen eso de «ya se llegará a un arreglo». Yo también veo TV3…

  25. Masgüel says

    «Si haces tuyos los argumentos del independentismo, objetivamente los estás apoyando.»
    No. Incluso aunque hiciese míos argumentos del independentismo, eso no implica mi apoyo. Si un independentista argumeta a favor de respetar la neutralidad de la red, acabar con la prohibición del comercio de heroína, cambiar la ley electoral, que el cielo es azul… no hago míos sus argumentos. Ya eran míos. Pues con los que has citado, lo mismo.

    «eludes una y otra vez el hecho de que no es solo España, sino también Alemania y Francia (el núcleo duro de la UE) los que no quieren una epidemia de secesionismo.»
    Porque son casos muy parecidos y se solucionan o la lían parda por el mismo camino.

    «También eludes el hecho de que el origen de todo esto son los intereses particulares de la clase política catalana.»
    Porque da igual. Lo importante es la voluntad de los ciudadanos. Si se dejan convencer, es asunto suyo.

    «Quod erat demostrandum (en lo referente al uso de la racionalidad)»
    Poco rigurosa me parece esa demostración. No soy yo el que presume de racional.

    «Fenómenos de este tipo son imprevisibles»
    Como todos, cuando tienes en cuenta que manejamos simplificaciones útiles.

    «Lo que es seguro es que mientras más facilidades se pongan al “proceso”, más fácil será que tenga éxito ERGO mejor dificultarlo todo lo que la legalidad permita por el bien de la mayoría»
    Es cuestión de oportunidad política. El bien de la mayoría exige a los gobiernos tomar muy bien el pulso a la calle y darse cuenta de cuándo judicializar procesos políticos resulta contraproducente, no enrocarse en el status quo. Cuando, como en el País Vasco y en Cataluña, casi la mitad de la población y los parlamentos autonómicos quieren un referendum, desde el gobierno central toca mover ficha para que la constitución lo permita. No les tembló el pulso para el cambio constitucional, y sin consultar a la ciudadanía, cuando les pareció que había que limitar el techo de la dueda.

    «cuando yo hablo de una catástrofe no me refiero a una violencia a lo Yugoslavia o País Vasco, sino a los problemas sociales y económicos derivados de un hecho semejante»
    Problemas sociales y económicos ya tenemos, en parte ocasionados por nuestro empecinamiento en no dar respuesta a ese nacionalismo enquistado. ¿La independencia traerá más?. Pues seguro. Pero de lo que se trata es cómo afrontar los capítulos que faltan. Las elecciones catalanas está convocadas para septiembre y si ganan los nacionalistas, tenemos declaración de independencia antes de un año. Dice Teresa que espera que el gobierno central la defienda. Si cree que la mayoría de los catales abusa de ella, en breve, más que a Madrid, tendrá que llevar el asunto a Bruselas o, si se pone muy feo, a La Haya.

  26. Vellana says

    «Cuando, como en el País Vasco y en Cataluña, casi la mitad de la población y los parlamentos autonómicos quieren un referendum, desde el gobierno central toca mover ficha para que la constitución lo permita. No les tembló el pulso para el cambio constitucional, y sin consultar a la ciudadanía, cuando les pareció que había que limitar el techo de la deuda».

    Esto no así, por varios motivos:
    1º El gobierno impulsará un cambio en la constitución si está de acuerdo con él. Y para fijar su postura, obviamente, no va a tener sólo en cuenta el cuarenta y tantos por ciento del electorado catalán para elecciones autonómicas; también tendrá en cuenta el porcentaje del electorado en toda España y la postura de su potencial electorado. Es obvio que si no lo hace con lo menor (por ejemplo, seguro que la ley Wert cuenta con un rechazo en Cataluña mucho mayor que el apoyo a la independencia y la aprueba) no lo va a hacer con lo mayor.
    2º Aunque el gobierno propusiera ese cambio, al final lo vamos a votar todos; y eso es lo que no quieren los nacionalistas. Los nacionalistas no quieren pasar por el cambio constitucional, porque la pátina de antidemócrata que nos quiere endosar a los no nacionalistas se iría al traste.
    3º Si bien el cambio que se hizo en la constitución no requería referéndum, el cambio que propones parece ser que sí lo requiere. Y eso deja fuera de las manos del gobierno el cambio; puede iniciar el procedimiento, pero nada más.

    En definitiva, que porque una mayoría de catalanes quiera una cosa, el gobierno no tiene obligación de darla; es más, en este caso, incluso no puede darla; puede apoyar que se dé, pero nada más. Pero, ¿por qué va a hacerlo?, si está en contra. Puestos a cambiar de postura, que cambien ellos. Porque no nos olvidemos, la gente que está a favor de la independencia, lo está en gran parte porque hay partidos e instituciones que han hecho un relato en gran medida ficticio que idealiza esa independencia. ¿Por qué tiene que cambiar de postura el PP y el PSOE y no la ANC? ¿por qué ante los nacionalistas catalanes y vascos siempre tiene que ceder el que no lo es? ¿por qué no ceden ellos? ¿realmente nos hemos creído sus mentiras de que ellos son superiores, son demócratas y nosotros somos unos cavernícolas, vagos, antidemócratas y para redimirnos tenemos que ceder?
    Sí, es cierto, hay un conflicto. Y hay varias soluciones; la que tú propones, que ceda la mayoría de españoles para contentar a una minoría de catalanes, es menos cabal que el que cedan una minoría de catalanes, para dejar a la mayoría como está. Al menos es más cabal en el número de persona que tienen que ceder; sí que es cierto que que los independentistas están más motivados que los no, pero tendrán que desmotivarse, aceptar como adultos lo que hay. Mientras no haya violencia por ningún lado, no habrá ningún problema.

    Es cierto que tú sólo pides un cambio para que las dos comunidades autónomas puedan hacer el referendum, pero eso es lo mismo que pedir un cambio para que se puedan independizar. El referendum sólo lo quieren para confrontar una voluntad democrática expresada en la constitución contra otra, más válida según ellos, que saliera del referendum (si no en su primera edición, en la n-ésima) para, por la vía de los hechos consumados, conseguir la independencia.

    Un saludo.

  27. Vellana says

    «Lamentablemente traerá cosas peores, porque Podemos es una careta del nuevo comunismo. Han limado sus colmillos, pero eso no impedirá que sus disparates terminen vaciando las estanterías de los comercios.»

    Me sorprende este párrafo: criticas al comunismo porque va a vaciar las estanterías; pero el problema real del comunismo no es que sea un sistema económico inviable, es que es un sistema totalitario. Si por querer prohibir las comunicaciones cifradas pones a Cameron peor que al ISIS, al comunismo no puedes criticarlo por su mala gestión económica.

    Respecto a lo que enlazas, no sé si has leído los resúmenes de la EPA. Plausible es, pero cada vez menos. Mi predicción: si la economía sigue mejorando, seguimos conociendo los negocietes de Errejón, Iglesias-Sánchez y Monedero, y en el PSOE se centran, todo quedará como siempre; PP y PSOE como mayoritarios, y Podemos sustituyendo a IU. Y una vez más, habremos dejado pasar una oportunidad de enderezar esto.
    Pero quién sabe.

    Un saludo.

  28. idea21 says

    «El bien de la mayoría exige a los gobiernos tomar muy bien el pulso a la calle y darse cuenta de cuándo judicializar procesos políticos resulta contraproducente, no enrocarse en el status quo. Cuando, como en el País Vasco y en Cataluña, casi la mitad de la población y los parlamentos autonómicos quieren un referendum, desde el gobierno central toca mover ficha para que la constitución lo permita. »

    Una vez más, tu apoyo al independentismo catalán ciega tu capacidad de razonar correctamente. Para los independentistas el respeto a la legalidad es indiferente porque hay una meta sagrada ante la cual todo es de segundo orden (en el País Vasco, incluso la vida humana). Para quienes creemos en la democracia, la legalidad y el ideal humanista que en consecuencia representa la Unión Europea, no hay nada por encima del juego limpio democrático. Por eso a ti te da igual que la ley se pervierta (organizar un referéndum que es ilegal, puesto que la Constitución especifica que «la soberanía nacional reside en el pueblo español») puesto que para ti (para los independentistas) hay cosas más importantes que la legalidad.

    «No les tembló el pulso para el cambio constitucional, y sin consultar a la ciudadanía, cuando les pareció que había que limitar el techo de la dueda.»

    Gran falsedad: esa pequeña reforma se hizo de acuerdo con las prescripciones de reforma constitucional. Se trataba del artículo 135, que por supuesto no está en la zona de «alta seguridad» (libertades y organización básica del Estado) de la constitución. Una vez más tu nacionalismo te ciega.

    «Incluso aunque hiciese míos argumentos del independentismo, eso no implica mi apoyo. Si un independentista argumeta a favor de respetar la neutralidad de la red, acabar con la prohibición del comercio de heroína, cambiar la ley electoral, que el cielo es azul… no hago míos sus argumentos. Ya eran míos. Pues con los que has citado, lo mismo.»

    No, porque yo lo que he citado son «argumentos» irracionales e insostenibles, tal como estoy demostrando (la violación de la legalidad democrática, por ejemplo). Los argumentos contra el comercio de la heroína no son argumentos nacionalistas.Los que lo son, son aquellos que se contradicen en sí mismos, como pretender

    «desde el gobierno central toca mover ficha para que la constitución lo permita.»

    Este tipo de planteamientos nacionalistas (que Masgüel, que pretende no serlo hace suyos…) implican que un gobierno debe violar la legalidad por intereses partidistas. Expresan bien el tipo de «democracia» que quieren los iluminados nacionalistas (ya lo demostró también el evento de sufragio fraudulento del 9 de Noviembre) en la cual la ley, los jueces y los derechos políticos se subordinan a los intereses de la clase dirigente.

    Por lo demás, los planteamientos nacionalistas de Masgüel y otros que apoyan activamente el independentismo catalán y fenómenos parecidos se basan en el victimismo, diciendo que están oprimidos por un Estado autoritario (inexistente) que «no les deja votar». Esta estrategia demagógica les da resultados, sin duda, pero los que somos inteligentes y honestos tenemos que hacernos oír no tanto por defender intereses políticos, sino por el interés de la racionalidad y el humanismo.

    Ahora, por fin, parece que van a hacer las «elecciones plebiscitarias»… el único camino posible (al fin y al cabo, así se proclamó la república española de 1931) que tenían que haber elegido hace ya años, si tanto quieren que el pueblo decida… Pero han elegido eludirlo hasta ahora (y ya veremos si cumplen) porque así han utilizado el tiempo para «calentar» a las masas. Si tendrán éxito o no, depende de los factores irracionales ya mencionados. El triunfo o fracaso de los demagogos siempre ha dependido de ello…

  29. Manel says

    Rollo infumable tendencioso de una candidata del partido ultranazionalista español UPyD mientiendo más que escribe y vistiendo su odio étnico con túnicas de pseudociencia antropológica. Si todos los «artículos» de esta web son de este nivel mejor será ir desalojando.

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