Tercera Cultura
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Molecular Space

La Universidad de Harvard ha liberado la primera parte de una base de datos que contiene moléculas que pueden ser válidas para fabricar células solares fotovoltaicas orgánicas. Consta de más de dos millones de moléculas y pretende llegar a los 3,1.

Las células solares orgánicas, que están hechas con células que contienen carbono, existen, son muy baratas de fabricar y son flexibles –se pueden doblar o moldear en muchas formas. Incluso las hay que se imprimen con una sencilla impresora de chorro de tinta modificada.

El rendimiento de estas células orgánicas es mucho menor que sus equivalentes de silicio o de arseniuro de galio. Es un tecnología sumamente prometedora pues permite obtener energía aprovechando sistemas que son muy baratos y pesan muy poco. Casi siempre se habla de aplicaciones para zonas que no tienen red eléctrica pero me voy a atrever a hablar de una aplicación que también se usaría en los países del primer mundo, con excelente red eléctrica. Cada día llevamos más chismes encima que hay que recargar: teléfonos inteligentes, tabletas, miniordenadores, dispositivos mp3,…  cuyas baterías se agotan. ¿Qué les parecería que la ropa que llevan en el exterior, por ejemplo camisetas o abrigos, fueran capaces de recargar las baterías con la energía del Sol? Ese tipo de soluciones son las que propician las células fotovoltaicas orgánicas.

El desarrollo de esta base de datos se ha hecho gracias al programa llamado «Materials Genome Initiative» cuya traducción sería algo así como «Iniciativa para el Genoma de los Materiales». El nombre no importa demasiado, lo que sí importa es que esa «Iniciativa» forma parte de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca; de la Casa Blanca de Estados Unidos. El objetivo de esta «Iniciativa» era suministrar a los investigadores un punto de arranque. Les da el principio y deja que ellos investiguen. Obama era consciente de que para salir de la crisis, crear empleo, conseguir bienestar para la población… había que avanzar en ciencia y había que hacerlo más rápido; para acelerar tenían que poner ciertos cimientos a disposición de todo el mundo. A la «Iniciativa» se unieron la universidad de Harvard e IBM. IBM había desarrollado un sistema para que voluntarios de todo el mundo cedieran parte de su tiempo de ordenador –cuando el ordenador lleva un cierto tiempo sin hacer nada– al proyecto. Me siento orgulloso de que mi ordenador ha sido uno de ellos.

2 Comentarios

  1. Ruben says

    Hola buenas tardes. ¿Podrías poner referencias o URLs sobre cómo acceder al registro a la base de datos o al programa MGI? Gracias

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