Ciencia y sociedad, Ciencias sociales, Psicología evolucionista
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¿Y si las diferencias de género se deben a la prosperidad y no a la “opresión”?

Los hombres y las mujeres no son de distintos planetas, pero algunas diferencias evolutivas en los rasgos de la personalidad ayudan a explicar por qué seguimos teniendo preferencias diferentes. Paradójicamente, últimos estudios muestran que las condiciones de la sociedad moderna están haciendo que la brecha de género en la personalidad se incremente.

Harald Eia

Harald Eia

En 2010 la televisión noruega emitió Hjernevask (“Lavado de cerebro”) una impresionante serie de siete documentales que cubrían diferentes aspectos del debate entre naturaleza y cultura, entre ellos la “paradoja de la igualdad de género”. Gracias a un estilo televisivamente desenfadado (similar al español «Salvados», para entendernos), pero apoyándose en sólidas críticas científicas, la serie dirigida por el cómico Harald Eia consiguió alimentar la controversia pública y según algunas informaciones incluso podría haber contribuido a que el Instituto Nórdico de Género (NIKK) atravesara por un periodo de incertidumbre financiera.

¿Por qué en el país más igualitario de la tierra, según el Global Gender Gap Report, todavía hay un 90% de ingenieros, o un 90% de enfermeras? Quizás las políticas igualitarias y la mentalidad social no han progresado lo suficiente, o quizás es que las expectativas igualitarias extremas no se fundamentan en una teoría sólida de la naturaleza humana y de las diferencias sexuales.

Quizás las diferencias en las elecciones profesionales no se deban a las políticas, sino a diferencias naturales de la personalidad. Existe ya una considerable acumulación de evidencias que apuntan a que las diferencias en aversión al riesgo y rasgos de personalidad como la ansiedad o la neurosis pueden detectarse en la infancia, se mantienen estables en la vida adulta y son capaces de predecir diferencias en el comportamiento de los sexos en aspectos tan variados como la salud, las conductas relacionadas con el ocio y las preferencias laborales.

 

"Lavado de cerebro" (2010)

«Lavado de cerebro» (2010)

 

Como explican Schmitt y sus colegas (2008), estas diferencias sin embargo no son uniformes y varían mucho de cultura en cultura. Sorprendentemente, sin embargo, lo que se ha averiguado es que las diferencias en los rasgos de personalidad son mayores, no menores, en las sociedades prósperas, saludables, menos opresivamente patriarcales y más igualitarias. Si este hallazgo es realmente sólido, es difícil imaginar una contribución más decisiva en las ciencias sociales al debate sobre las diferencias de género.

Tanto en los datos de auto-informes y procedentes de otros, las culturas asiáticas y africanas generalmente muestran las diferencias de sexo más pequeñas, mientras que las culturas europeas y norteamericanas, en las cuales los standard de vida y de equidad de género son por lo general mayores, muestran las mayores diferencias (McRae et al., 2005). Con la mejora en la riqueza nacional y en la igualdad de los sexos, parece que las diferencias entre hombres y mujeres en rasgos de personalidad no disminuyen. Por el contrario, las diferencias se hacen considerablemente más grandes.

Estas son la principales conclusiones que ratifica un trabajo publicado por David Schmitt y sus compañeros en Journal of Personality and Social Psychology (2008), basado en una base de datos recolectados en 55 países diferentes, incluyendo culturas europeas y no europeas, modernas y tradicionales, occidentales y orientales.

Construccionismo social Vs Psicología evolucionista

Hasta el momento, la explicación favorita de los científicos sociales, donde el construccionismo social es un modelo dominante, es que las diferencias de sexo a través de las culturas se deben a los roles sociales. Según el modelo de roles sociales, las diferencias de sexo resultan de la exposición a los roles de socialización, “un proceso en el que la cultura define los modos apropiados de pensar, sentir y comportarse para hombres y mujeres”, en consecuencia, se espera que a medida que las sociedades se vuelven más igualitarias y “progresistas”, las diferencias de sexo en la personalidad disminuyan.

Este modelo realmente tiene un tortuoso trabajo que hacer para explicar que la prosperidad y la igualdad sean responsables de más, no de menos diferencias de personalidad entre hombres y mujeres.

Quizás la explicación radica en la evolución de las diferencias sexuales, no en los roles sociales y en el papel de la socialización exclusivamente. Según este punto de vista, se esperan diferencias entre hombres y mujeres “en dominios en los que se hayan enfrentado con problemas adaptativos diferentes a lo largo de la historia evolutiva”. En particular, se piensa desde Trivers en que las diferencias en los niveles de inversión parental son justamente las responsables de que los hombres estén más dispuestos a tomar riesgos o a buscar posiciones de dominio social, mientras que las mujeres tienden a ser naturalmente más cautelosas y a estar más preocupadas por el cuidado de los niños.

De vuelta a la sabana

Para intentar explicar estas diferencias adaptativas, los psicólogos evolucionistas parten de la llamada “teoría del desajuste evolutivo” o “hipótesis de la sabana”. Según esta aproximación, las diferencias en la variación de los rasgos de personalidad a través de las culturas se debería “al grado de desajuste entre las condiciones medioambientales modernas y aquellas en las que evolucionaron los primeros humanos, es decir, en los entornos de los cazadores recolectores”. La hipótesis de la sabana predice que “cuando los entornos contemporáneos son diferentes a los entornos de los cazadores-recolectores, el desarrollo de las diferencias psicológicas innatas puede ser obstruído”.

A primera vista, los entornos contemporáneos nos parecen bastante alejados del ambiente adaptativo ancestral, en comparación con los entornos anteriores a la modernidad que normalmente consideramos “tradicionales”. Pero esta impresión puede ser errónea. Las sociedades contemporáneas podrían estar de hecho más próximas al paisaje adaptativo ancestral que las sociedades agrícolas típicas de los últimos miles de años. Psicológicamente hablando, las sociedades modernas podrían estar mandándonos de vuelta a la sabana:

De acuerdo con la hipótesis curvilineal de la variación cultural (Schmitt, 2005), los modernos estados-nación podrían estar psicológicamente más próximos a las culturas de cazadores y recolectores que las culturas agrícolas o pastorales menos desarrolladas. Las culturas agrícolas y pastorales, con disparidades enormes en la distribución de recursos, aislamiento familiar y relativa desigualdad de género, podría representar la mayor desviación psicológica de nuestro pasado como cazadores y recolectores.

Esta hipótesis “curvilineal” sería consistente con el hallazgo de que la personalidad de los sexos diverge a medida que una sociedad es más próspera y políticamente igualitaria. En sociedades donde la vida es más difícil, “donde la longevidad es amenazada por una pobre salud, o donde las personas sufren de estrecheces económicas, el desarrollo de los rasgos propios de la personalidad está más restringido”, mientras que, como apunta Christina Hoff Sommers, allí donde hay más ocasiones para el desarrollo, la “riqueza, la libertad y la educación dan poder a los hombres y las mujeres para que sean lo que son”. Paradójicamente, una pareja de la igualitaria Noruega tendría hoy más probabilidades de desarrollar rasgos de personalidad diferentes que una pareja que viva en una sociedad patriarcal africana.

 

Referencia: Schmitt, DP.; Realo, A; Voracek, M; Allik, J. (2008) Why can’t a man be more like a woman? Sex differences in Big Five personality traits across 55 cultures. Journal of Personality and Social Psychology, Vol 94(1), Jan 2008, 168-182.

31 Comentarios

  1. sociólogo says

    Las perspectivas evolucionistas han sido refutadas por teorías que se adaptan mejor a la realidad social y que explican la necesidad de estas diferencias de género para el correcto funcionamiento de una comunidad. Se sigue persiguiendo hoy en día esa igualdad total entre géneros y estratos sociales, pero ¿qué nos quedaría sí esto ocurriera realmente? Si todos fueramos iguales, incluso actividades tan cotidianas como el sexo, la educación o incluso el humor serían absurdas. El ser humano es imperfecto, y por esose ha desarrollado.

  2. 8888 says

    Sociólogo, por curiosidad, ¿cuáles son esas teorías a las que te refieres que se adaptan mejor a la realidad social? Las perspectivas evolucionistas simplistas quedaron refutadas por la evidencia hace mucho tiempo, cierto; pero las perspectivas evolucionistas modernas parten de la evidencia empírica de que aproximadamente la mitad de la variación individual se debe a factores genéticos. Esa evidencia científica no ha sido refutada satisfactoriamente y por tanto no debe pasar desapercibida. Partiendo de ese supuesto, estoy de acuerdo con Christina Hoff Sommers en que la riqueza, la libertad y la educación dan poder a los hombres y las mujeres para que sean lo que son.

  3. Eduardo says

    Lo lamento pero repetir el mantra de que las «perspectivas evolucionistas» han sido refutadas, cuando tenemos nuevas evidencias de que es el determinismo social el que ha sido tajantemente refutado, ya no cuela.

  4. cooper says

    La explicación de que hay más ingenieros hombres es sencilla. Desde pequeños las chicas superan a los chicos en casi todas las materias, menos en tres: Matemáticas, Educación Física y Física (sin educación). Las Matemáticas y la Física son la base de todas las ingenierías. Basta coger la lista de ganadores de cualquier concurso u olimpiada de Matemáticas o Física para comprobar que cuando el nivel de exigencia es alto, los chicos dominan. Aquí dejo una muestra:
    http://www.sociedadpuigadam.es/puig/relacion_concursos.php?id_concurso=1

    También es sencillo explicar lo de enfermería, la mayoría de los hombres tienen «respeto» por las agujitas y son peores que las mujeres a la hora de ponerse en la piel del otro, por no decir nada de lo «conversadoras» que son las mujeres. Con el paciente hay que hablar, con el ordenador, con el circuito, con el edificio…, no.

  5. Vamos, en los países pobres hay una igualdad alucinante. Basta con ver la igualdad de género que tienen en África, en los países asiáticos, en la India, en los países islámicos, en Sudamérica. No es casualidad que sean nuestros referentes siempre que pensamos en igualdad de género. Por si acaso, aclaro que mi comentario es sarcástico.

  6. Eduardo says

    Los paises mas pobres no suelen ser igualitarios. ¿Y qué? ¿Que tiene que ver eso con la tesis del articulo? La tesis del articulo es que a medida que los paises se hacen mas igualitarios y mas prosperos, las personas tienen mas oportnidades para desarrollarse libremente y desarrollan diferencis de genero en la personalidad de hecho mas fuertes que en los paises pobres.

  7. Pasaba por aquí says

    ¿Por qué en el país más igualitario de la tierra, según el Global Gender Gap Report, todavía hay un 90% de ingenieros, o un 90% de enfermeras?

    Te contesto a la pregunta. El problema es que una cosa es hacer las normas, la legislación y la prosperidad y otra muy distinta es que esas normas y ese progreso se interioricen en la educación de todos los individuos. Piensa que hace menos de un siglo las mujeres no tenían ni siquiera derecho a votar, y la liberación sexual comenzó hace menos de setenta años. Pensar que las cosas que han estado durante milenios van a cambiar de la noche a la mañana no es muy realista. Los países pobres tienen la ventaja de contar con la experiencia de los ricos y seguro que en su evolución se saltarán pasos y errores por los que los ricos tuvieron que pasar.

    Por otra parte está sobradamente demostrado que el cerebro masculino es prácticamente igual que el femenino. Esas capacidades innatas (los hombres técnicos y las mujeres cuidadoras) son el producto de una sociedad todavía muy poco evolucionada, y del lavado de cerebro que tenemos en nuestra educación que se imparte a los niños y a las niñas de distinta forma. A las niñas se les compra muñecas que lloran, mean, cagan y videojuegos similares, mientras que a los chicos se les compran coches, aviones, juegos de construcción, y videojuegos de destrucción, etc. Si la madre necesita que alguien le eche una mano para cocinar llama a la hija, mientras que si el padre tiene que reparar la lámpara y necesita ayuda llama a su hijo. Todavía en algo tan simple como las tareas del hogar, el reparto de tareas lo fija el sexo del que las ejecuta: rara vez se ve a una mujer usando un taladro, o cambiando un enchufe o a un hombre poniendo una lavadora o planchando.
    Además hay que indicar que la igualdad no siempre va de la mano de la prosperidad. Y para muestra un botón, Japón es uno de los países más prósperos económicamente y uno de los más sexistas: la mayor parte de las mujeres dejan de trabajar después de casarse, algo que seguramente pocas o ninguna africana hagan.

  8. Hay muchas razones que te podría dar, que ya te han explicado en otros comentarios, y que estoy absolutamente segura que ya conoces, así que me limitaré a comentar que la estadística mal aplicada, sobresimplificando, con pocos datos y sacando conclusiones precipitadas, da lugar a malos resultados: http://kendocrinologia.blogspot.com.es/2011/07/piratas-y-calentamiento-global.html . Estoy segura de que eres plenamente consciente de todo esto, así que no me extenderé más.

  9. Eduardo says

    Miriam, si piensa criticar el artículo de Schmitt en concreto, no dar lecciones sobre estadistica en general, que no vienen al caso,sería preferible que explicara concretamente porque el razonamiento estadístico que hacen los autores es incorrecto y/o «sobresimplificado».

  10. Eduardo says

    No discutiré con ninguna persona sobre la base de argumentos generales, estadísticos, filosóficos o de otro tipo. La discusión tiene que estar bien anclada en el artículo de referencia. Para dar opiniones generales ya está Menéame. Gracias.

  11. maria teresa gimenez barbat says

    No sólo las diferencias entre sexos aumentan cuando se incrementa la igualdad de oportunidades, también deja al descubierto la del CI. en fin, hay documentación extensiva sobre estos temas.

  12. Pedro Matas Go says

    Las interpretaciones biologistas o evolucionistas tienden al reduccionismo, y resultan insuficientes para explicar ciertos fenómenos sociales. La cuestión de fondo aquí es hacia dónde diriges el foco: ¿las mujeres se adaptan peor a los modernos sistemas occidentales? o ¿el sistema se adapta peor a las mujeres de la era postindustrial?. Partir de la base de que el problema puede estar en la adaptación biológica de las mujeres al sistema, en mi opinión, incurre en una falacia argumental. Pues parte cuestionar la capacidad de las mujeres, cuando debería de cuestionarse la capacidad del sistema para adaptarse a las mujeres. Este tipo de interpretaciones sociobiológicas acaban por dar por válido el sistema actual, ponen el foco en la inadaptación de las mujeres, reproduciendo finalmente el sistema económico-formal-informal vigente en sociedades postindustriales. Diferentes posturas teóricas antropológicas y sociológicas, defienden por contra, que el sistema de relaciones económicas-formales-informales está formulado sobre bases de máxima producción y beneficio, neoliberalismo, y estás fórmulas no ponderan situaciones personales en general, y situaciones de las mujeres en particular. El problema del techo de cristal, está pues, en que sistema neoliberal masculinizado no está pensado ni adaptado a las mujeres. Cabe recordar que el primer teórico del liberalismo, Adam Smith, también fue el primero que propuso la incorporación de la fuerza de trabajo femenino, pero no lo hizo pensando en las mujeres, si no en lo que es mejor para el devenir de los sistemas neoliberales.

  13. Eduardo says

    ¡Muerte al sociobiologicismo reduccionista! ¡Abajo el heteropatriarcado opresor!

  14. Aloe says

    El artículo que se referencia parece ser una acumulación de estudios heterogéneos. Dudo mucho de que se puedan extraer conclusiones como las que se pretende extraer, de decenas de estudios cada uno de su padre y de su madre, hechos además sobre sustratos sociales tan diferentes.

    Si ya es supercomplicado hacer estadísticas mundiales sobre cosas como nivel de vida o PIB per capita (porque las metodologías estadísticas varían, porque la calidad de las estadísticas es mucho maś baja en los países pobres, porque la profundidad de los mercados de bienes y servicios ni por el forro es la misma en países pobres cuya economía es, para muchos de sus pobladores, mayormente informal,… y porque la heterogeneidad del contexto hace que muchos aspectos de la utilidad o desutilidad para los habitantes no se recojan en las estadísticas monetarias), no digamos cuando se pretende hacer estadísticas homogéneas de fenómenos mucho menos evidentemente cuantificables.

    Supongamos que se mide la propensión a una determinada conducta que requiere libertad y seguridad personal para manifestarse, o que requiere libertad y seguridad personal para contársela a un entrevistador. ¿Por qué me voy a creer las respuestas dadas por personas que no tienen ni esa libertad ni esa seguridad personales? Es más, ¿por qué me voy a creer que se comportan como les piden sus genes o su caracter en lugar de cómo se ven obligados a comportarse?

  15. Eduardo says

    El hecho de que el estudio se base en «sustratos sociales» tan diferentes no es un argumento en contra sino a favor del trabajo. Precisamente lo que buscaban era ampliar conclusiones previas, recurriendo a muestras menos «weird», de sociedades no occidentales ni europeas.

    Las últimas preguntas no sé si las he entendido bien, pero, en principio, no parece una presunción del todo extravagante que una pareja de Noruega haya disfrutado de menos restricciones culturales (y también ambientales, ecológicas, etc), que una pareja viviendo en una sociedad patriarcal africana. Eso si, en ultimo término, como la distinción entre «naturaleza» y «cultura» es bastante absurda, cualquier conducta humana, incluyendo a los prosperos e igualtiarios noruegos, dependerá de elementos genéticos y sociales al mismo tiempo.

  16. Aloe says

    El problema con la entrada y con los comentarios que se pueden hacer es que el artículo enlazado no puede leerse (o yo no he encontrado la forma de hacerlo) porque el acceso es restringido y en la entrada no hay ningun resumen sobre metodología de los estudios de base y el metaestudio, parámetros analizados y cosillas de esas.

    En cuanto a que lo bueno es ampliar el foco y no mirar siempre a los estudiantes de California y como mucho a los noruegos, es cierto. Lo malo es que si eso no se hace más es precisamente por lo difícil que resulta hacerlo, o al menos, hacerlo bien. No porque no se le haya ocurrido a más gente.
    Si se trata de variables cuantificables y estrictamente fisiológicas (pongamos por caso) se podría hacer aunque fuera difícil, porque lo que estás midiendo es homogéneo (por ejemplo, calorías per capita, o esperanza de vida). En cuanto nos salimos de esas cosas, empiezan los problemas gordos (por ejemplo, incluso inferir diferencias genéticas a partir de la esperanza de vida o de los efectos de la dieta, no lo puedes hacer entre sociedades o grupos distintos sin muchísimas cautelas).
    Si ya nos vamos a conceptos tan evanescentes, difíciles de definir operacionalmente, multicausales, socialmente condicionados y todo lo demás, entonces mi escepticismo es total.

    Oye, que igual no es así, y la cosa es muy convincente y está muy bien hecha. Pero así, sin datos…

  17. Eduardo says

    En el post está colocado el enlace oficial al articulo, pero acceder al original no es nada problemático: basta con poner el título en Google y hacer clic en el segundo resultado.

    El estudio está basado en la base de datos del International Sexuality Description Project, en la que trabaja el autor. Por lo visto consta de encuestas anónimas basadas en autoevaluacion de los sujetos a traves de 55 paises. Seguro, segurisimo, que se puede mejorar, pero de ahí a un «escepticismo total»..

    http://en.wikipedia.org/wiki/David_P._Schmitt

  18. Aloe says

    Gracias por la información. Lo leeré a ver.

  19. En realidad no leí el artículo, pero por los comentario me imagino de lo que se trata, coas ya leído antes.
    Primero es ciertas diferencias en los de las mujeres y hombres; y no me voy ponerme a discutir con el tomógrafo, no le voy a ganar. Pero no sabemos realmente por que están hay. Para comenzar tenemos una teorías de recolectas-cazador es muy mala explicación, está basada en el imaginario popular del pasado. Se sostiene en pocos datos antropológicos reales, en si me sorprende usen expliquen los celos femeninos pueda existir, para el hombre no se fueras de la cueva. Te recomiendo siguiente libro. Sexo invisible de J.M. ADOVASIO; OLGA SOFFER , En muchos neurólogos y psicólogos no tienen un conocimientos históricos ni socio-antropológicos para aplicar que la teoría sintética, no pueden discuta esto. Selección natural no es chu norry. No he encontrado solución que fuer primero la lactosa o gen de la resistencias lactosa o primero acto mamar o la mama. Y Defender hipótesis haciendo las pasar verdades, acto inmadurez científicas.
    Entrando en detalles, su pongo conoces experimentos chimpancés y escaleras. Este experimentos se, un grupos de champases eran confinado a un cuartos con plátanos, y en las escaleras lleva a esta pero cada vez uno subía a la escaleras otros eran rociados por una mangueras de aguas a aperción y fría, hasta que deja de intentarlo. Luego de eso empezaron cambiar monos, uno por uno. Nuevos monos eran agredidos en el intento de subir a las escaleras. Hubo un momentos la habitación no tenias ningún del grupo chimpancés original pero monos no habían sufridos regaderas, pero sin saber el porqué no dejaban ningún mono subir a la escaleras por los plátanos.
    Te recomiendo que leas el sistema social de Talcott-Parsons, serias bueno que revisara La reproducción de Bourdieu. Seguro hayan explicaciones pero hayan más seguro no sabes nada de teoría social más allá de la tabla raza.
    En las diferencias de géneros pueden su citarse por igual de oportunidades, existen ya orientaciones previas orientación o necesidades sexuales, pero dejar lado el proceso históricos y checarlo diferencias en el cerebro en este tipo de estudio es muy descuidado, En las diferencias de géneros empezaron en la primitiva división del trabajo, por necesidad en momentos se impusieron por medio de la tradición en formas semi inconscientes en ocasiones en una opresión de liberadas… Regresando al asunto principal En si la carrera de trabajo social en UNAM empezado masculinizarse ser carrera casi por completo femenina empezado tener su gotas significativa de hombres. En la carrera enfermerías y el oficio de secretario originalmente eran masculinas, las mal vista fueran secretarias y entendieran los enfermos. El primer cambio completamente a mujeres entre las guerras mundiales por los escases de hombres; y la segunda fue proceso más gradual. En diferencias géneros son más remotas mantenemos como las faldas principalmente exclusiva para las mujeres; corte de pelo corto para los hombres y el largo para mujeres; mujeres se pintan las uñas y se pongan aretes. Esas costumbres son de origen históricos; pero forma de estudio tengo achacarlo también fue diferencias en el cerebro… Se no hay tajantes explicaciones es lo que hacer por lo generas… En los psicólogos sociales han descubiertos que los hombres habla en espiral en ciertos espacio y situaciones y un estudio neurologías de leí algún tiempo descubrió que las mujeres aprender guiarse como un hombre los laberintos, poco de experiencias.
    Te recomiendo leas Tercera Mujer de Lipovetky y la Dominación Masculinas de Bourdieu. Modelo estándar social no es perfecto. Dejen tratar neurociencias ciencias y teorías sintéticas como única verdad científicas y explicación. Por eso hay libros como este que se hacen pasar por científicos: “hombre neuronal” y el “espíritu del nuevo capitalismo”

  20. Estos estudios jamás tienen en cuenta el profundo miedo que tiene la sociedad a un hipotético mundo de «putos» y «tortas», cosa que lleva a intentar «corregir» ya desde la niñez a quienes SUPONEN tienen «tendencias homosexuales».

    Como siempre, estos investigadores con mentalidad de robot se guían exclusivamente por los resultados para finalmente concluir que absolutamente todo «es biológico». Ni que viviéramos en una sociedad ideal donde nadie discrimina a nadie.

  21. Mariana says

    Como mujer, ingeniera y con experiencia viviendo en Noruega, puedo decir que no concuerdo con la idea del artículo. Sinceramente me es indiferente si las ‘sólidas críticas científicas’ en que se basa el programa son contundentes o no. El objetivo final de las políticas de igualdad de género no es exactamente lograr que haya un 50% de estudiantes/trabajadores de cada género en todas las áreas laborales; si no que tu género no sea una limitación a la hora de escoger tu profesión. Incluso si verdaderamente las mujeres en general están mas predispuestas a carreras como la enfermería, eso no quiere decir que TODAS las mujeres lo están. Y si una chica es de esa minoría que prefiere hacer cálculos que atender enfermos, debería tener las mismas oportunidades que un hombre que hace la misma opción. Sobre todo si los dos realizan las mismas pruebas y obtienen resultados similares (o incluso a veces mejores). Lo mismo va para un hombre con vocación de servicio médico y no de ingeniero mecánico-eléctrico. Que programas como esté existan en Noruega es preocupante. Tan sólo el hecho de poder salir a la calle sin que nadie te chifle y te diga obscenidades es un gran logro de la igualdad de género en ese país. Las cosas no cambian de un día para otro, ¡Fuerza Instituto Nórdico de Género!

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  25. paula says

    harald elia no está siguiendo su «inclinación natural» jaja porque no se calla un poco y deja de hablar cada día con una nueva persona? eso es tarea de mujer! que se ponga a construir un puente

  26. Mariana says

    Mariana, pero si eso es exactamente lo que dice el documental! Nadie está en contra de que puedas seguir la carrera que quieras!

    El documental también tiene una parte muy interesante. Cuando una científica, «¿cómo es posible que no haya diferencias cerebrales entre hombres y mujeres si es el cerebro el que controla el desarrollo de los órganos sexuales?»

    Creo que es clave. El feminismo tiene un miedo paranoico a que admitir diferencias biológicas sea una excusa para discriminar, entonces mienten y dicen que somos iguales sin ninguna base científica sólo porque es cómo les gustaría el universo.

  27. jeje says

    Mariana del 6 de junio de 2015: Es que atribuirlo todo a la educación como hacen esas feministas es tan reduccionista como insinuar que la gente piensa con la pussy o el pito xD.

    Si se quisiera saber hasta dónde influyen realmente las hormonas y los cromosomas sexuales en la estructura cerebral debería investigarse más a las mujeres con Síndrome de Insensibilidad Completa a los Andrógenos (que son genéticamente hombres).

    P.D: no sé en tu país, pero en el mío es común que los avisos de trabajo excluyan por sexo, cosa que hace desistir a mucha gente de estudiar una carrera donde vean que no van a «tener futuro».

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