Humanismo Secular, Tercera Cultura
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¿El fin de la familia biológica?

Desde hace más de tres décadas, las instituciones familiares tradicionales en las sociedades occidentales, eso que la segunda oleada de feministas llamaba simplemente la “familia biológica”, está experimentando una seria crisis. Charles Murray (su último libro no está ni se le espera en el mercado español) sitúa el punto de inflexión en 1963, coincidiendo con el asesinato de Kennedy. Antes de esta fecha, el porcentaje de madres solteras no pasaba en EE.UU del 3%. El matrimonio era casi universal y el divorcio una rareza: sólo un 3.5% de los hogares estadounidenses estaban compuestos por personas divorciadas, y sólo un 1.6% por personas separadas. Más del 80% de las mujeres permanecían en sus hogares, y el 98% de los hombres estaban en el mercado laboral. Sólo un 1% adimitía no tener ninguna preferencia religiosa. Estos porcentajes son homologables a los de cualquier otra nación del área de influencia occidental, incluyendo a España.

Crédito: Wikipedia

Crédito: Wikimedia

Desde entonces, el paisaje demográfico ha cambiado drásticamente. Y algunos de los cambios puede que no nos gusten demasiado a fin de cuentas.

15 millones de niños norteamericanos, es decir, uno de cada tres, viven sin un padre y casi 5 millones sin una madre. En 1960, sólo el 11% de los niños americanos vivían en hogares sin padres. La epidemia del padre ausente afecta sobre todo a los hogares de raza negra: en todos los estados de EE.UU a excepción de 11, la mayoría de los niños negros viven sin alguno de sus padres.

La tasa de divorcios ha disminuido algo con respecto a los años noventa, pero sigue siendo mucho más elevada que antes del punto de inflexión. Aproximadamente la mitad de los matrimonios norteamericanos finalizan en divorcio, y en España había en 2008 tres divorcios por cada cuatro matrimonios, aunque la crisis económica parece haber moderado ligeramente la tendencia.

En paralelo, cada vez hay más solteros y hogares unipersonales. España no es el peor país del mundo en esto, pero en 2009 ya había más de 8 millones de personas entre 25 y 65 años sin pareja, es decir, el 20% de la población total. Cada vez hay más “desigualdad reproductiva”. De acuerdo con el Euromonitor Internacional, el número de personas que viven solas está disparándose globalmente, desde los 153 millones de 1996 a los 277 millones de 2011, un aumento de alrededor del 80% en sólo 15 años. En España, un 27% de los hogares están ya habitados por una sola persona.

Será verdad que todavía queda “vida placentera y fértil”, pero nosotros los blancos occidentales tenemos muchos menos hijos y somos preocupantemente más viejos cada año. Con unas tasas insuficientes de natalidad, solo la emigración es capaz de proporcionar una solución para el reemplazo generacional. En España, el porcentaje de población extranjera ha pasado del 0.5% en 1981 al 12% del 2012.

Algunos opinan que acabamos de entrar en una era “post-familiar”. Entre las causas, se señala a una urbanización menos acogedora para las familias, y una relativa prosperidad que nos permite liberarnos de las redes solidarias extendidas, típicas de las sociedades tradicionales sin un “estado del bienestar”.

Otros críticos religiosos señalan también al creciente secularismo (uno de cada cinco estadounidenses no declara preferencias religiosas, y en España el porcentaje de no creyentes es similar) como causa del declive familiar, pero Nigel Barber no está de acuerdo. En su libro Why atheism will replace religion, argumenta que el declive de la fertilidad y la religión no están causados por un declive de los valores, sino por el desarrollo económico. Barber argumenta que necesitamos explicaciones verdaderamente cientificas, no discursos moralistas, para entender las alternativas que tenemos para proteger a nuestras familias de un porvenir que, por lo visto ahora, parece poco halagueño. Quizás haya algo de esperanza, vida placentera y fértil, también para ateos.

90 Comentarios

  1. Eduardo says

    Ah, bueno, pero si son una novedad relativa, o una adaptación digital reciente. Hace solo 2 o 3 años nadie había oido hablar de «hipergamia», «hipoagencia femenina» o «desechabilidad masculina» y en este tiempo estos temas están subiendo como la espuma, aunque sin llegar a la masa critica. Por cierto que la activista digital pro-masculina de mayor éxito y más brillante es una mujer, con el nick GirlWritesWhat.

    Yo todos los días doy gracias por no vivir en el paleolítico superior.

  2. Aloe says

    Mejor para ella…

    Yo doy gracias todos los días por no haber nacido después de la Revolución del Neolítico y antes de los fatídicos tiempos…
    O en cualquier sitio del planeta que no sean unos cuantos países de Occidente.

    Y vete a saber si no tenemos los dos razón. Depende de lo que hubiera podido esperar cada uno.

  3. La gran paradoja del neofeminismo es sostener que el hombre posee todos los poderes pero es ajeno completamente a la mejoría experimentada por la mujer en sus condiciones de vida.

  4. Aloe says

    Hombre, Eduardo, ponga mejor textos que tutubes, que algunos compartimos el ancho de banda y leemos más rápido de lo que escuchamos vídeos (tanto enlace a vídeos es una lata reciente que no sé si pasará de moda pero lo espero)

    Hipergamia es una venerable palabra de la antropología que se usa hace eones. Las otras que menciona no las conozco, pero no es tarde para aprenderlas…

    Quizá en los videos contradiga mi preferencia por le Paleoĺítico antes que el Neolítico (no los he visto) pero recordemos que los campesinos de los imperios, despotismos, feudalismos y demás grandezas, disminuyeron de talla considerablemente respecto a sus antepasados y respecto a sus respectivas élites parásitas. Y digo yo que será por algo.

  5. Eduardo says

    No creo que lo de los vídeos pase de moda, al revés, aunque vete a saber. Es un medio que incorpora cosas nuevas que no están en el texto y que potencialmente es mucho más persuasivo: teatralidad, puesta en escena, la simple vocalización o el timbre de voz influyen en la difusión del mensaje. Mi impresión es más bien que los que seguimos en el texto estamos quedando atrás.

  6. Aloe says

    Bueno, me he leído la transcripción y ya he entendido cual era el tema real de la entrada. No era el que parecía. O igual sí.

    En cuanto a la transcripcion, es otra versión del amado tema de Kipling The White Man’s Burden.

    Es bonito que las mujeres vayan perdiendo el miedo a decir cualquier cosa en público.

  7. Eduardo says

    Que desfachatez de comentario, Aloe, y es por lo menos la segunda vez que amaga con perder los papeles en esta discusión.

  8. Aloe says

    De ninguna manera. No creo que haya estado cerca de perder los papeles en absoluto.
    Me parece un resumen del texto muy moderado y eqilibrado, aunque, eso sí, breve.
    Pero es que no tengo ganas de escribir más largo y creo que mi comentario resume el espíritu del texto perfectamente.
    Y los comentarios más largos que podría hacer serían más o menos un desarrollo del mismo tipo que se le podría hacer a un artículo de Kipling con este tema, o de otro pensador similar.

    En cuanto a mi comentario final, lo digo completamente en serio. Está muy bien que las mujeres no intervengan en los debates públicos solo con temas y posiciones «de mujeres» o como epígonos de algún actor principal.

    Uno de los privilegios de la ciudadanía plena y un efecto de la seguridad en uno mismo es el derecho a la excentricidad y a sostener posiciones idiosincrásicas sobre cualquier asunto, lo cual es algo que comprendí leyendo a (y sobre) la sociedad británica del XIX, incluyendo los excelsos excéntricos de la clase media-alta victoriana, en el apogeo de su ciudadanía, poder y autoconfianza. No se me ha olvidado nunca. Es algo que merece admiración.

  9. Aloe says

    De todas maneras, sus críticas son muy sorprendetes, viniendo de alguien que se pasa la vida renegando de lo «políticamente correcto» y de tanta tontería con evitar las expresiones claras, las opiniones propias y el llamar al pan pan y al vino vino.
    (Haciendo notar que no he empleado ninguna expresión ni lejanamente malsonante, ni nada que no pudieran oir niños pequeños, religiosos de clausura, o cualquier otra clase de persona de oídos delicados)

    ¿O eso solo se aplica a sus propias opiniones?

  10. Eduardo Zugasti says

    Disculpe, por lo visto fui incapaz de adivinar toda la increíble sutileza crítica que se escondía detrás de una apreciación tan telegráfica.

    En lo personal, detesto la expresión «políticamente correcto» y procuro emplearla sólo en casos de verdadera emergencia, pero tendré que esforzarme más para evitar que esa impresión se extienda.

  11. Eduardo Zugasti says

    Partiendo del conocido supuesto de que la motivación real de una conducta puede discrepar, y a veces drásticamente, de la justificación pública, hay una explicación alternativa «al derecho a la exentricidad» en el discurso de GirlWritesWhat y otras mujeres como ella. Estas mujeres quizás, simplemente, no desean que sus hijos vivan en un mundo cada vez más hostil a los chicos, y donde se proclama a voz en grito «el fin de los hombres» como si fuera algo positivo. Su apreciación quizas sea errónea, o no, ahora no entro en eso, pero es la justificación que dan más corrientemente. No creo que sea una casualidad que todas las «MRM» (mens rights activists) que conozco sean también madres.

  12. Eduardo Zugasti says

    También, hay una tradición que distingue el estilo ético femenino como una «ética del cuidado», frente al concepto de justicia masculina, más abstracto y basado en reglas. A la vez, hay evidencias de que ser padre o madre predispone para aceptar explicaciones «naturales» de la conducta, que suelen entrar en conflicto con presupuestos típicos de feminismo de «género». Tampoco entro en si son descripciones correctas del todo, lo dejo como sospecha y algo de «food for thought».

  13. Aloe says

    Yo soy madre solo de varones, y no pienso como esta admirable señora ni por el forro. Ni yo ni ninguna madre de varones de las que conozco. Que son bastantes.

    Por supuesto, no inculcamos «el odio al varón» ni la hostilidad al varón,ni propugnamos «el fin del varón» (nos limitamos a exigir, con éxito variable, que recojan las mesa y cosas así). De hecho yo no conozco a nadie en absoluto que haga eso, incluyendo alguna conocida que ejerce de feminista activista.
    La suposición de que hay una línea de pensamiento con alguna fuerza y presencia social que pretende eso es pura paranoia. Alguna habrá, y seguramente en USA, donde todos los cultos tienen su pequeño espacio, pero yo he vivido y leído mucho toda mi vida sin tropezarme con ello ni está presente en mi mente salvo cuando le leo a usted (o a Emilio, pero ese es un ejercicio masoquista que mantengo en dosis pequeñas).

    Ah, y mi idea de la justicia es de lo más abstracto y basado en reglas que hay. Si acaso, hasta Rawls me parece que matiza demasiado.
    Es posible que yo sea una excepción, pero no me lo parece. Conduciendo por ciudad, por ejemplo, las mujeres tienden (tendemos) a ser unas justicieras de narices, y castigar al free rider porque sí, porque nos lo pide el cuerpo. A lo mejor aplicamos «reglas» con extraños y cuidado y cariñitos con los nuestros. Vete a saber.

    Eso sí, creo que la justicia no es la única virtud ética, ni es suficiente.

  14. Eduardo Zugasti says

    «El fin del hombre» es un libro de Hanna Rosin muy conocido. Tiene por ahí alguna charla de TED. No es que propugnen literalmente el fin del varón, aunque siempre han existido activistas más explícitas, cuyas ideas han circulado corrientemente y desde la propia academia. Mary Daly enseñaba que había que reducir drásticamente la población masculina, y lo hacía desde la universidad de Boston, no desde un canal de YouTube.

    Entre el extravagante «día de la castración» que proponen algunas subculturas y la postura de que «aquí no pasa nada» hay unos cuantos puntos intermedios.

  15. Aloe says

    Creo que también hay una Sociedad de la Tierra Plana, y que publica cosas.
    Quizá deberíamos hacer campaña contra ella, no sea que impongan su programa en las escuelas. Una catastrofe que nos pillaría desprevenidos.

  16. Aloe, tienes una memoria muy selectiva. Aún recuerdo cuando en mi bitácora dijiste que desconocías el diferente trato penal dispensado en la Ley contra la violencia de género a hombres y mujeres y llevas años y años defendiendo posiciones neofeminista en todo cuanto foro participas y yo te conozco unos cuantos.

    En este mismo hilo has dicho que desconocías qué significaba lo de la desechabilidad masculina sin embargo, en mi blog, has participado en debates en los que aparecía reiteramente ese tema. Parece que es más una cuestión de voluntad que de ocasión.

    Pero, es que en algún momento presumiste de ser una persona bastante «eficaz» debatiendo, lo cual no incide justamente por el lado ético, sea relativo a la justicia o al cuidado, sino en el de la más pura practicidad.

    Que desconozcas la profunda misandria de personajes como Catharine MacKinnon o Andrea Dworkin o que hayas olvidado que, no ha mucho tiempo en nuestro país, una ministra Bibiana Aído se había propuesto desde el Ministerio de Igualdad «cambiar al hombre» no dice mucho en tu favor. Decir que desconoces que el lema de buena parte del feminismo actual considera al hombre el “enemigo a abatir” no lo corrige que digas que eres madre de dos hijos varones.

    Que alegues ignorancia en algunas de las cosas que lo haces no está ni mínimamente justificado. Llevas muchos años debatiendo de estos temas, y las referencias a la LIVG o la desechabilidad masculina son demasiado reiteradas como para pretender que algo así no puede responder más que a desinterés. Alegar una y otra vez desconocimiento a lo que más se termina pareciendo es a apología de la ignorancia.

  17. Aloe says

    Emilio, sus opiniones y las mías sobre nuestras faltas respectivas contra el conocimiento, la buena memoria y la justicia son tan diferentes que no hay ni terreno común para tratarlas.
    Yo ni siquiera creo que los conceptos sean lo mismo que los nombres que se les ponen, ni que sea inevitable (o bueno) profesar las propias ideas en paquetes ideológicos ya encolados y etiquetados, como un fan de un equipo de fútbol. Ni considerar a los demás también como fans, con el pretexto de que uno mismo lo es. Así que fíjese.

    Quedémonos en que mis defectos son muchos y graves, que hasta ahí estamos de acuerdo, y mejor no entremos en el resto.

  18. Eduardo says

    La verdad es que aquí Emilio ha hecho referencia a problemas completamente concretos y tangibles, como la desechabilidad masculina (echen un vistazo a las cifras de suicidios en el ejército americano que ha salido estos días), la flagrante misandria destilada por feministas de gran peso y difusion, o los inconvenientes derivados de LIVG en España y usted, Aloe, responde con requiebros y espantadas a la «tierra plana». Pues señora, con todos los respetos entiéndalo: todos esos problemas, y otros similares son reales y nos afectan, requieren una conciencia pública y empatía con independencia del sexo y pensamos seguir hablando de ellos.

  19. Aloe says

    Afortunadamente todos podemos hablar de lo que queramos. Y afortunadamente, no tenemos que pedir permiso a nadie.

    Por lo mismo, tampoco estamos obligados todos a discutir con Emilio, en los términos que él quiera y sobre lo que él quiera. Yo lo he probado y no lo recomiendo, porque jamás lee (o no da muestras de haber leído) lo que se le dice, ni contesta a nada, solo repite lo que dijo medio metro más arriba y aprovecha para ofenderse mucho con el sarcasmo ajeno (aunque nunca ve nada ofensivo en las afirmaciones hostiles propias, que son muchas).

    Tampoco tiene un conocimiento suficiente de algunos temas generales en los que se mete (como la revolución industrial, el cambio social y muchas otras cosas) lo que no le impide escribir en esos temas como arriba describo.
    … Una experiencia desalentadora.

    Pero cada cual que haga lo que quiera, desde luego.

  20. Eduardo says

    Yo por mi parte añado: Siempre que intente ridiculizar problemas concretos y tangibles mediante el procedimiento de equipararlos con la «tierra plana», con una voluntad meramente excéntrica, o bien negarlos mediante la coartada del sarcasmo, aquí va a encontrarse con respuesta y oposición. Señora, no se sí está usted acostumbrada a que estas tacticas de verguenza pasen desapercibidas en otros foros de discusión, pero aquí, respetuosamente, ha pinchado en hueso. Por lo menos hasta que se agoten los límites de la paciencia razonable, que no son infinitos.

  21. No está mal Aloe que para demostrar que no sigo el hilo de lo que se está hablando, lo hagas con un ejercicio como el de los últimos posts, que si algo demuestran es que manejas dicha técnica con gran maestría.

    Lo ha expresado muy bien Eduardo: requiebros y espantadas.

  22. maria teresa gimenez barbat says

    Soy madre de un chico y rechazo el feminismo que aún habla del «patriarcado», ese mito.
    Os recuerdo que uno de nuestros hitos inaugurales fue una carta del Ministerio de Igualdad, no para saludarnos, ni para ponerse a disposición, sino para reprocharnos que en el consejo de redacción sólo hubiera una mujer (servidora). Inolvidable.

  23. Aloe says

    Todo el mundo tiene sus defectos. Uno de los míos, Eduardo, es que soy una pesada y una pedante por naturaleza. Como me conozco, intento usar recursos retóricos que abrevien y digan en corto lo que (espontáneamente) se me alarga mucho.
    Otra cosa que sucede (o a mi me lo parece) es que no basta muchs veces con decir algo llanamente. Se dice… y se ignora en las contestaciones como si no hubiera sido dicho. Así que un recurso es el comentario provocador o humorístico, que hace eso (ignorar lo que te han dicho) más difícil, eso sí, a costa de que incluso blogueros o comentaristas usualmente muy agresivos se den por ofendidos cuando se les da un cuarto y mitad de su propio estilo.
    … Pero asi es la vida. 🙂

    Así que vamos a lo llano y pedante: mi proposición es que algunas de las tesis extremistas que le preocupan tanto, son rarezas sin repercusión social ni apoyo importante. Secundariamente, que las tesis que mantiene GirlWriteWhat son excéntricas, por decir poco y reproducen un estilo de argumentación hermano mellizo de The White Man’s Burden. Finalmente, que yo (que no soy nadie, pero que suelo enterarme cuando un tema de estos se hace muy visible y popular, tampoco hay que ser Nobel para eso) solo veo esa polémica y preocupaciones aquí.

    Busqué en Google «hypoagency» (en español ni existe, salvo por este sitio) y toda la primera página de los 5000 resultados se refiere a GirlWritesWhat. O sea, que considerar sus opiniones como excéntricas parece más bien un hecho que una opinión. Al menos por el momento, oye, que nunca se sabe.

    En resumen, que esto es lo que opino sobre sus amargas quejas de la última parte dle hilo, sin retórica ni aderezo. Si no le gusta mi opinión, lo siento, pero no tengo otra.

    Mis comentarios en este hilo empezaron con temas muy distintos (relativos a los que yo creia ingenuamente que era el tema del hilo). Hice varias peticiones de aclaración que no han sido atendidas. Desde luego que no tiene obligación de atenderlas, pero sinceramente, eso era lo que me interesaba. La repetición de obsesiones a las que ha derivado la cosa no son precisamente mis obsesiones, ni parecìa que la entrada fuera de eso (que ahora parece evidente que sí, que iba de eso)

    Así que mis disculpas si le he pisado algún callo, y, salvo que le apetezca contestar a alguna de mis preguntas de hace días, le doy toda la razón en la disputa (la que sea, que no lo sé muy bien) y así ya no tiene que enfadarse ni seguir discutiendo conmigo.
    Hale, a seguir bien. 🙂

  24. Eduardo says

    Mire, Aloe, puede que las respuestas que le he dado a lo largo de este hilo no le gusten, pero después de más de 70 comentarios (una modesta cantidad, pero récord para esta página) contestando, en parte, a sus objeciones, y tomándome el trabajo de aportar muchos mas argmentos factuales (estadisticas, articulos cientificos o referencias de prensa), que termine lamentandose porque sus «peticiones» han quedado desatendidas, es de alucine. Seguro que han quedado asuntos en el tintero, ¿pero usted se cree seriamente que ha respondido exhaustivamente a todas las objeciones que le he planteado yo? ¿O se cree que esto es un interrogatario? En cualquier caso, haberlo dicho antes, formular a esta alturas una acusación tan vaga y tan sesgada no es de recibo.

    La hipoagencia es un tema más o menos anecdótico, pero tanto en el discurso de GirlWritesWhat como a lo largo de esta discusión han surgido temas mucho más convencionales que usted pretende por lo visto tratar como excentricidades. Y esto aparte, una «excentricidad» no necesariamente es algo que carece de interés de por sí.

  25. Plutarco says

    Gracias por difundir los video de GirlWritesWhat, un excelente complemento a la web de Pelle Billing sobre activismo pro derechos de los hombres más allá de nuestras fronteras.

  26. Eduardo says

    El grave defecto que encuentro en GirlWritesWhat y muchos de estos «mra» norteamericanos es que son libertarios, lo cual hace que su «filosofia» sea poco exportable. Cuando lo explicó en su último video, dejé la suscripción, la verdad sea dicha.

  27. Plutarco says

    Puede ser…en cualquier caso, de lo visto hasta ahora, me quedo con una perspectiva sobre los «mr» poco explorada en España y a veces hasta silenciada. Los libros de Warren Farrell, por ejemplo, permanecen inéditos en castellano.

  28. Eduardo says

    Tampoco se han traducido que yo sepa los libros imprescindibles que han publicado sobre estos temas Daphne Patai, Lionel Tiger, Michael Levin, Christina Hoff Sommers, o Roy Baumeister. Y tampoco hay revistas como esta http://newmalestudies.com/OJS/index.php/nms

    Aparte de acaparar subvenciones, ninguna feminista española que conozca se ha molestado en intentar comprender estos temas.

  29. Eduardo says

    En España el panorama intelectual con los «estudios de género» es estremecedor. No existe debate alguno, y sólo el hecho de padecer una ley sobre violencia de género extremadamente agresiva y dañina esta levantando a la gente. Pero desde muy abajo, son todo iniciativas populares, que muchas veces parten de los familiares y amigos de las personas que sufren directa o indirectamente las consecuencias de estas leyes discriminatorias contra el hombre. En la universidad o entre la clase política, con la honrosa excepción de UPyD, reina el silencio o la cobardía generalizadas.

  30. Eduardo, en relación con el último enlace del que hablas: Feminismo Disidente, había escrito una entrada hace un par de años http://personasnogenero.blogspot.com.es/2010/12/feminismo-disidente.html#comment-form y quiero recordar que esta señora estaba elaborando una tesis doctoral que presentaría en la universidad de Barcelona. ¿Sabes algo de esta cuestión?

    En relación con la actitud de las feministas españolas con quienes no comparten sus posiciones parece que la táctica seguida va básicamente en la dirección de guardar silencio, la invisibilidad como mejor mecanismo de supervivencia, aunque luego gusten de culpar de la misma al varón.

  31. Eduardo says

    Por lo visto el documento anterior es una tesina. Es reseñable que ni se mencione a Warren Farrell. A veces este tema parece un asunto exclusivamente «de mujeres», algo que por lo visto tienen que resolver entre ellas, en familia, siempre en los márgenes del feminismo. Para que te disculpen la existencia por lo menos debes declararte «feminista de la igualdad». Pienso por ejemplo en Pinker. No puedes decir que no eres feminista, a secas.

  32. Tengo dudas de si de tratarse de un varón el Consejo Superior de investigaciones científicas hubiera publicado el estudio. Aunque también puede ser que en este tema en lugar de a mejor vayamos a peor.

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