Amigos: el sábado 28 de junio murió mi madre. Sin solución de continuidad, el domingo por la tarde ya estaba en Aranjuez para dirigir el curso Democracia versus Teocracia cuya información encontraréis en Ciutadans de Catalunya. Acabo de aterrirzar. Cuando aclare mis asuntos (y mi cabeza) continuo con esto que ya tengo ganas. Un abrazo a todos.
De momento os cuelgo esto que me ha enviado Ellen Popper:
Guysen.International.News
Esta semana, deseamos hablar a nuestros lectores sobre el atentado cometido en Jerusalén este miércoles 2 de julio. Perpetrado por un residente de Jerusalén-este, un Árabe israelí, este atentado causó la muerte de tres ciudadanos Judíos israelíes, en la calle Jaffa, frente al edificio donde se encuentra la redacción y los estudios de Guysen. La calle Jaffa es una de las principales arterias de Jerusalén. Conmemora decenas de atentados, y se ha convertido en un teatro de mórbidas escenas.
Nuestros periodistas grabaron y comentaron la matanza durante largas horas. Supieron mantener su sangre fría, tratar en caliente un acontecimiento trastornante. Los cuerpos inanimados, los bebés cubiertos de sangre, los vehículos aplastados, un autobús destrozado, en el suelo, la sangre y los rastros sospechosos de explosivos, las sirenas, los helicópteros, los soldados en los tejados. Y luego disparos para detener al asesino que sembró el terror y la muerte. El terrorista es originario de Tzur Bajer, un barrio árabe al sur de Jerusalén, al igual que el autor del atentado en la escuela talmúdica del Merkaz Harav, en el que ocho estudiantes perdieron la vida el pasado 6 de marzo.
Cometidos por árabes israelíes, los atentados del 6 de marzo y del 2 de julio tienen esto en común, lo que presenta una nueva clase. Sus autores no son Palestinos del Hamás o grupos armados del Fatah. Son árabes Israelíes que gozan de los mismos derechos políticos y sociales que los Israelíes de confesión judía. ¿Cómo identificar a terroristas entre 1.350.000 personas que viven en las fronteras de Israel? Proveídos de un carné de identidad israelí en el cual la religión no es mencionada, aún menos el origen, los árabes israelíes circulan libremente, ejercen todas las profesiones. Israel es un Estado de Derecho, la segregación está prohibida. No existe en Jerusalén o en Afula ciudadanos israelíes de segundo nivel. Tampoco existen guetos.
Los árabes israelíes se benefician, al igual que los ciudadanos israelíes, de ayudas del Estado, de asignaciones sociales, son incluso proporcionalmente más numerosos que los ciudadanos judíos en ser proprietarios de sus domicilios. En 1948, cuando eligieron convertirse en ciudadanos israelíes, la tasa de mortalidad infantil era del 50%; en la actualidad, es del 7%. Durante más de veinte años, el director de la información de la Primera cadena de televisión israelí era un árabe israelí. Salim Jubran no es el primer juez árabe israelí que se sienta en el Tribunal Supremo israelí. El árabe y el Hebreo son los dos idiomas oficiales del Estado de Israel. Es más, nueve diputados de la Keneset son árabes israelíes.
¿Cómo evitar otros atentados cometidos por Árabes israelíes? No hay que «encerrar a los Árabes de Israel en sus ciudades», declaró Ehud Olmert este jueves 3 de julio.
En 2005, Azmi Bishara fue el primer diputado árabe israelí que declaró que la nacionalidad israelí había sido impuesta a los árabes israelíes… En 2006, otro diputado árabe israelí, Ahmed Tibi, predicaba el establecimiento de un «califato islámico» y denunciaba «la israelización de los árabes de Israel». Al principio de la operación «lluvia de verano» en Gaza en 2006, el diputado árabe israelí Wassil Taha recomendaba a los Palestinos cesar los ataques sobre los civiles en Israel y recomendaba proceder al secuestro de soldados de Tsahal…