La tercera cultura la forman científicos y otros pensadores empíricos que, a través de su trabajo y su expresión escrita, están tomando el lugar de los intelectuales tradicionales en la tarea de sacar a la luz los significados profundos de nuestras vidas, redefiniendo quiénes y qué somos.
Durante los últimos años, el terreno de juego de la vida intelectual Americana se ha desplazado, y el intelectual tradicional se ha visto relegado cada vez más al margen. Una educación de los años 50 basada en Freud, Marx y el modernismo no es una cualificación suficiente para un pensador de los 90. Sin duda, los intelectuales Americanos tradicionales son, en cierto sentido, cada vez más reaccionarios, y a menudo se sienten orgullosamente (y obstinadamente) ignorantes de muchos de los logros intelectuales auténticamente significativos de nuestro tiempo. Su cultura, que desestima la ciencia, es frecuentemente no empírica. Usa su propia jerga y lava la ropa sucia en casa. Se caracteriza principalmente por el comentario de comentarios, en una espiral inflada que alcanza finalmente un punto en el que el mundo real se pierde.
En 1959 C. P. Snow publicó un libro titulado Las Dos Culturas. De un lado estaban los intelectuales literarios; de otro, los científicos. Observó con incredulidad que durante la década de los 30, mientras nadie miraba, dieron en llamarse a sí mismos «los intelectuales», como si no hubiera otros. Esta nueva definición como «hombre de letras» excluyó a científicos como el astrónomo Edwin Hubble, el matemático John von Neumann, el cibernético Norbert Wiener, y a los físicos Albert Einstein, Niels Bohr y Werner Heisenberg.
¿Cómo pudieron los intelectuales literarios llevar a cabo esto? En primer lugar, la gente de ciencias no planteó eficazmente las implicaciones de su trabajo. En segundo, mientras que algunos científicos eminentes, como Arthur Eddington y James Jeans, tembién escribieron libros dirigidos a una audiencia general, sus trabajos fueron ignorados por los auto-proclamados intelectuales, y el valor e importancia de las ideas mostradas en ellos permaneció invisible como actividad intelectual, porque la ciencia no era tema para la prensa y revistas imperantes.
En la Segunda edición de Las Dos Culturas, publicada en 1963, Snow añadió un nuevo ensayo, «Las Dos Culturas: Una Segunda Mirada», en que de modo optimista sugería que emergería una nueva cultura, una «tercera cultura» que salvaría la brecha existente entre intelectuales literarios y científicos. En la tercera cultura de Snow, la relación entre intelectuales literarios y científicos sería comunicativa. Aunque tomo prestada la frase de Snow, ésta no describe la tercera cultura que predijo. Los intelectuales literarios no se comunican con los científicos. Los científicos se están comunicando directamente con el público en general. Los medios intelectuales tradicionales jugaban un papel vertical: los periodistas ascendían un peldaño y los profesores bajaban otro. Hoy, los pensadores de la tercera cultura tienden a evitar intermediarios y se esfuerzan en expresar sus pensamientos más profundos de un modo accesible a un público lector inteligente.
Los éxitos editoriales recientes de libros sobre ciencia serios sólo han sorprendido a intelectuales de la vieja escuela. Opinan que esos libros son casos aislados, que se compran pero no se leen. No estoy de acuerdo. El auge de la actividad de esta tercera cultura es prueba de que mucha gente siente avidez intelectual por nuevas e importantes ideas y desean hacer el esfuerzo de educarse a sí mismos.
El gran atractivo de los pensadores de la tercera cultura no se debe solamente a sus literarias; lo que tradicionalmente se ha llamado «ciencia» se ha convertido hoy «cultura pública». Stewart Brand escribe que «la ciencia es la única noticia. Cuando uno hojea un periódico o revista, todos los asuntos de interés humano son el mismo él-dijo-ella-dijo, la política y la economía son el mismo drama cíclico, las modas una patética ilusión de novedad, e incluso la tecnología es previsible si conoce uno la ciencia. La naturaleza humana no cambia mucho; la ciencia sí, y el cambio se acumula, alterando el mundo de forma irreversible». Sabemos que vivimos en un munto en que el mayor cambio es el ritmo de cambio. La ciencia se ha convertido, por lo tanto, en una gran historia.
Los temas científicos que han venido teniendo un papel prominente el periódicos y revistas durante los últimos años comprenden a la biología molecular, inteligencia artificial, vida artificial, teoría del caos, paralelismo masivo, redes neuronales, universo inflacionario, fractales, sistemas adaptativos complejos, supercuerdas, biodiversidad, nanotecnología, genoma humano, sistemas expertos, equilibrio puntuado, autómatas celulares, lógica difusa, biosferas espaciales, hipótesis Gaia, realidad virtual, ciberespacio y máquinas teraflop. Entre otros. No existe canon o lista acreditada de ideas aceptables. La fortaleza de la tercera cultura es precisamente que puede soportar desacuerdos sobre qué ideas se van a tomar en serio. A diferencia de anteriores actividades intelectuales, los logros de la tercera cultura no son las polémicas marginales de una élite intelectual en disputa: afectarán a todo el mundo en el planeta.
El papel de los intelectuales incluye la comunicación. No sólo son personas que saben cosas, sino que conforman los pensamientos de su generación. Un intelectual es un sintetizador, un publicista, un comunicador. En su libro Los Ultimos Intelectuales, publicado en 1987, el historiador cultural Russell Jacoby se lamentaba del fin de una generación de pensadores públicos y de su sustitución por fríos académicos. Tenía razón, pero no del todo. Los pensadores de la tercera cultura son los nuevos intelectuales públicos.
América es ahora el semillero intelectual de Europa y Asia. Esta tendencia empezó con la emigración antes de la guerra de Albert Einstein y otros científicos europeos, y fue acelerada por el boom post-Sputnik en la educación científica en nuestras universidades. La emergencia de la tercera cultura introduce nuevos modos de discurso intelectual y reafirma la preeminencia de América en la esfera de las ideas importantes. A lo largo de la Historia, la vida intelectual se ha caracterizado por el hecho de que sólo un pequeño número de personas han realizado el pensamiento serio por todos los demás. Lo que estamos observando ahora es el paso de la antorcha de un grupo de pensadores, los intelectuales literarios, a un nuevo grupo, los intelectuales de la emergente tercera cultura.
John Brockman
1991
Traducción de un árticulo de edge.org: Antonio Arturo
Creo que «debería» ser cierto que» un intelectual es un sintetizador, un publicista, un comunicador». Nihil obstat para que en el mundo de la gestíón ocurra, o debería ocurrir, el mismo salto o cambio llamado cultura 3.0; y más concretamente en la gestión de ciudades o urbana – donde vive o vivirá la mayor parte de las personas- contaminadas por ideologías políticas trasnochadas del Siglo XIX y prácticas buracrática -funcionariales- que deben incorporar modelos de gestión empíricos y científicos. Enhorabuena por aportar al mundo Hipanoamericano, a la cultura que habla en Castellano,esa tercera cultura tan necesaria y , aún, más apartada del empirismo y del management científico que la anglosajona.Esperemos que esa gestión 3.0 sea incorporada, y comunicada, a la admón. local.La más cercana al ciudadano, y por tanto la más efectiva.
( Traducido del original en catalán ) .Hace 10 años que sigo a JBrockman i su web .Edge . Celebro que por fin haya gente que empiece a estar en este nuevo paradigma epistemologico Los pioneros en Catalunya i españa son E.Punset i S. Paniker . Este movimiento epistemo-ontologico pero no tiene ni gurus ni asociaciones oficiales ,aunque es bueno que tenga una asociacion -web que visualice todas los debates
Snow se lamenta del distanciamiento e incomprensión entre las dos culturas. “Creo que la vida intelectual de la sociedad occidental, en su conjunto, se está viendo cada vez más escindida en dos grupos polarmente opuestos. Y cuando digo vida intelectual incluyo también una parte considerable de nuestra vida práctica, porque yo sería el último en aventurar que en el nivel más profundo sea posible diferenciarlas”. ¿Tiene vigencia hoy en día el diagnóstico de Snow? ¿Qué bases proporcionan los estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad para tender puentes entre las dos culturas?
Por no ocupar demasiado espacio, el artículo completo se puede leer en:
http://puftv.wordpress.com/
No se si los estudios sobre ciencia estén cubriendo esta brecha, pero si los estudios en ciencia. Por ejemplo, el título escogido por Francisco Traver para su blog , da una buena pista de como las ciencias cognitivas y del cerebro vienen hace rato naturalizando una serie de temáticas que antes eran abordadas por el mero «lenguajeo», y lenguajeo sobre el lenguajeo. Hoy tenemos una mejor comprensión del tipo de artefactos biológicos que somos, del tipo de reglas que nos rigen y hasta que punto nos rigen, lo cual necesariamente va modificando nustra concepción de nosotros mismos y nustro comportamiento.
La mejor garantía para el buen uso de este conocimiento, en términos éticos convencionales, es la difusión masiva del mismo, en un lenguaje que no supone la especialización técnica de la audiencia, pero tampoco su estupidez. Creo yo que esa la importante misión que están cumpliendo los divulgadores serios; además de re-encantar el mundo en sus propios términos… sin necesidad de concepciones sobrenaturales.
Definitivamente los científicos son los filósofos modernos. Se hacen y tratan de responder las preguntas fundamentales.
Los otros… lenguajean o explican como lenguajeaban los clásicos.
´La ciencia es en sí misma un espectáculo. Pero los científicos aún no lo saben explicar. Aprenderemos.
Así como los filósofos sustituyeron a los teólogos en el «conocimiento de la Verdad», los tecnólogos y científicos sustituirán a los filósofos, que pasarán a ser comentadores de esta Verdad descubierta por aquellos.
De la ciencia solo interesa aquello que es además bello y de la cultura solo interesa aquella forma que es además verosimil y compartible.
La tercera cultura es la cultura del debate cientifico al mas alto nivel. Hacia falta una página de inernet de estas caracterisiticas en español. La divulgación científica es crucial en una época en que a pesar del avance científico evidenciado en todos los aspectos de la vida diaria se aprecia un notable analfabetismo científico que abarca todas las capas de la sociedad. Es increible observar el grado de credulidad del comun de la gente, con la proliferaion de múltiples sectas , grupos religiosos, pseudociencia etc que debido a su enorme éxito mediático logran proliferar como virus que infectan las mentes de jóvenes y adultos de manera que la persona que tiene una visión escéptica de al vida es vista como bicho raro. Felicitaciones y éxitos por esta noble empresa.
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Recién me asomo a este espacio. No se si soy un intelectual. Si me interesa la teología, la filosofía y la psicología. Mi formación en teología y filosofía es tradicional. En psicología soy humanista del Enfoque Centrado e la Persona con notable influencia de la Logoterapia de V. Frankl.
Últimamente estoy leyendo a H. Kung y J A Pagola entre otros con W. Jasper. Debo agregar a Estar Morin. Que tal vez entraría en la categoría de los intelectuales de este espacio , no se es una pregunta. Pues no he leído a los autores mencionados aquí. Voy a empezar ahora a frecuentarlos. Estoy muy motivado. Hasta pronto.
El cambio de paradigma fue anticipado hace unos años por Edgar Morin. Lo cito repetidamente en este trabajo. Elementos para una psicoecologia de la accion.
Un saludi
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