Ciencia y sociedad, Tercera Cultura
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El efecto de la lotería en el status

En un post previo, intenté explicar la visión un tanto inusual del historiador económico Gregory Clark, según la cual el status socioeconómico a lo largo de distintos países es altamente heredable (0.7-0.8). La “verdad sobre la movilidad social” es que el status fenotípico correspondería con un status genotípico que se transmite a través de generaciones. Especialmente en el largo plazo, el linaje es más determinante que el azar o las intervenciones sociales.

Una forma de examinar si el status está en los genes, o más bien en la suerte y en posiciones económicas fácilmente variables y modificables, es ver cómo les van las cosas a los ganadores de premios en la lotería. Si la economía precede al status social, y no depende substancialmente del linaje individual, se puede predecir que el status de los ganadores de lotería y sus descendientes mejorará substancialmente con respecto a los no ganadores.

No es el caso. Bleakey y Ferrey (2013) documentan el caso de los ganadores de premios de lotería en Georgia, Estados Unidos:

Aunque los ganadores de la lotería tuvieron unos pocos hijos más que los no ganadores, no les mandaron más a la escuela. Los hijos de los ganadores no obtuvieron mejores resultados como adultos (en términos de riqueza, ingresos y alfabetización) que los hijos de no ganadores, y los nietos de los ganadores no poseyeron niveles de alfabetización o asistencia a la escuela que los nietos de no ganadores. Esto sugiere que los recursos financieros familiares sólo tienen un papel limitado en la formación del capital humano de las siguientes generaciones, dentro de este entorno, y que persisten otros factores más importantes a través de las líneas familiares.

Los resultados de un equipo de investigadores suecos (2015) convergen: incluso el impacto de grandes premios de lotería es modesto en términos de la salud infantil y el desarrollo cognitivo de los adultos. Con la excepción de que los ganadores consumen ligeramente menos drogas, no hay grandes cambios con respecto a los no ganadores. Los efectos de la riqueza parental en la salud de los niños, el desempeño escolar y las habilidades cognitivas y no cognitivas son próximos a cero.

La riqueza de los padres no determina el potencial vital de los niños, y la suerte de los ganadores de la lotería es un buen experimento natural para poner a prueba algunas expectativas ideológicas y teorías sociológicas aún en boga.

Al igual que aumentar la inteligencia como adultos, o cambiar de personalidad, variar substancialmente el status de las personas sigue siendo algo muy, muy difícil de conseguir.

1 Comentario

  1. Clavius says

    Al parecer, la amplia mayoría de los ganadores de la lotería acaban arruinados, independientemente de la cuantía del premio, de modo que la fatalidad del linaje se revela en el curso de una sola vida, sin necesidad de esperar a ver cómo se manifiesta en su descendencia.

    En la prensa abundan los artículos, ya sean de casos particulares o de estudios estadísticos, que tratan de gente de origen humilde que ha disfrutado de rachas de éxito o de suerte para después caer en la pobreza y las deudas, las adicciones, la ruptura familiar, e incluso el crimen, la cárcel o el suicido. La mayoría de la jugadores de la NBA acaban arruinados a los pocos años de dejar el baloncesto. En el mundo del boxeo sucede otro tanto.

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