Divulgación Científica, General, Tercera Cultura
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Los artículos científicos no son sagrados

Primera portada de la "Philosophical transactions" (1665)

El sistema de publicación de la ciencia, tal como es definido por Bruno Maltrás Barba [1], es “el conjunto de elementos y pautas que sostienen, regulan y perpetúan el proceso por el que los investigadores hacen accesibles de modo “oficial” al resto de la comunidad científica sus pretensiones de contribuir al acervo científico”. El resultado de todo esto es lo que llamamos literatura científica, el conjunto de publicaciones que hacen de la ciencia una empresa colectiva. Desde los antiguos intercambios entre científicos a través de cartas y otros medios informales, se trata de un sistema que ha evolucionado en los últimos siglos para proteger la propiedad de los autores, evitando así el “robo filosófico” de nuevas ideas y descubrimientos, pero también para evitar que la información poco fiable se cuele en el “archivo de la ciencia”. La revisión por pares, en especial, que permite filtrar la información antes de que sea publicada, es un procedimiento en marcha desde la primera revista científica moderna, fundada por la Royal Society en 1665, Philosophical transactions.

El filtro preventivo de los pares funciona de forma razonable. Normalmente podemos confiar en que las revistas científicas de prestigio no publican tonterías. Pero el sistema está lejos de ser invulnerable. Como explican Adam Marcus e Ivans Oransky en Nature, un artículo científico no es “sagrado”. Su blog, Retraction watch, publicó en sólo 16 meses de duración hasta 250 casos distintos de artículos que han sido retractados en revistas científicas. Ahora bien, aunque las retractaciones y su visibilidad parecen haber aumentado mucho en los últimos años (algunos casos son bastante sonados), el porcentaje final necesita ser puesto en perspectiva: de 1.400.000 artículos publicados durante un año, sólo se retractaron 300. Además, el hecho de que un artículo sea retractado no es en sí una mala noticia, sino más bien una indicación de que los procedimientos correctores del sistema funcionan.

Pero según Marcus y Oransky existen ya significativas oportunidades “digitales” para mejorar el sistema de publicación. En concreto, sugieren que los artículos tengan en cuenta la realidad del “research blogging” (blogs de investigación y análisis, basados en artículos revisados) e incluyan información acerca de los comentarios más “valiosos” publicados en posts de blogs, o acerca del número de veces que un artículo es descargado. Esta sugerencia, por cierto, nos mete en un lío interesante y endemoniadamente difícil de resolver: cómo determinar la calidad de los blogs sobre ciencia y en qué medida estas discusiones aparentemente informales, o al menos no oficiales, pueden contribuir al proceso de hacer mejor ciencia.

Es creciente la sensación de que el sistema de publicación en la ciencia necesita una adecuación digital. Algunas propuestas son bastante radicales, como la sugerencia de terminar con la revisión por pares previa a la publicación, dejando simplemente que la “comunidad científica” se encargue de analizar los resultados de cada artículo después de que son publicados, a través de medios digitales o no digitales. Esto evitaría la “fetichización” de los artículos, pues está claro que la vida de una publicación científica se prolonga a través del debate posterior y que, de forma progresiva, este debate está teniendo lugar fuera de los cauces considerados convencionales hasta ahora.

[1] Maltrás Barba, B. 2003. Los indicadores bibliométricos. Fundamentos y aplicación al análisis de la ciencia. Ediciones Trea

3 Comentarios

  1. Enhorabuena! Eso deseamos todos… O al menos aquellos científicos «rompedores» a los que se nos atragantan la normativistica de los «papers». De hecho llevo casi 20 años sin sacar un «paper» oficial. Lo curioso es que, tanto publicar en blogs, ahora tenemos 250.000 visitas en tres años (en el blog principal: simbiodiversidad.blogspot.com) Este blog representa, por muy «estrafalario» que os pueda parecer a bote pronto, la quinta generación de la sociedad de la información, donde el lenguaje y la información, se liberan absolutamente, de toda normativa y oficialidad. Así la riqueza de los lenguajes vulgares, vuelve a hablarse «de tú a tú» con los académicos… La propuesta de este artículo, pues, me parece de cajón, así como la liberación urgente de los papers en internet, así asequibles DE UNA VEZ a todo el mundo!. De hecho lo voy a colgar ahora mismo, con tu permiso, en el tablon del dpto de biol. animal de la UMA, para mis compas, que, como imaginarás, se les atraganta aún, todo lo que no encaje en la «monacalidad» de tan sacrosanta institución :))) De hecho, con tu permiso, voy a imprimir y exponer tu artículo en el tablón del pasillo del dpto de biol animal de la UMA, pues, como es fácil imaginar, para mis compas zoólogos, todo esto resulta aún, en general, muy difícil de roer…Así se acaba también la dichosa muralla entre «amateur» y cientifico formal.

  2. El gato de Schrödinger says

    En su caso, Agustín, no es de extrañar tanto entusiasmo con la informalidad, o que lleve casi veinte años sin publicar oficialmente. Por el modo en que maltrata el idioma, la ortografía y la gramática, dudo mucho que le publiquen un artículo revisado por pares en una revista mínimamente seria. Lo digo sin acritud.

    Hay que ver cómo está la universidad pública española. Qué nivel, Maribel.

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