Tercera Cultura
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Por qué no tienes libre albedrío

Jerry A. Coyne, USA Today 2-01-12

(Traducción: Verónica Puertollano)
Estás aquí: Tu propio libre albedrío

Estás aquí: Tu propio libre albedrío

No tienes. Quizá sientas que has tomado decisiones, pero en realidad tu  decisión de leer este artículo, o de si tomar huevos o crepes, estaba tomada  mucho antes de que fueras consciente de ello —tal vez antes de que te  levantaras hoy—. Y tu «voluntad» no participa en esa decisión. Y lo mismo  ocurre con otras decisiones: ninguna de ellas es el resultado de una decisión  libre y consciente por nuestra parte. No hay libertad de elección, no hay libre  albedrío. ¿Y esos propósitos de Año Nuevo que te has hecho? No tienes elección para proponértelos, y no tendrás elección respecto a si vas a mantenerlos…

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8 Comentarios

  1. vicente says

    Interesante. Una reflexión: «Lo que no está justificado es la venganza o la retribución —la idea de castigar a los criminales por haber «elegido mal»—. Y deberíamos seguir recompensando el buen comportamiento, porque eso cambia el cerebro de forma que promueve que haya más buenas conductas.» Danger: Slippery slope. Recompensar el buen comportamiento sin castigar a los criminales por haber elegido mal suena a decoherencia cuántica: existe sin manera de medirlo. Se podría argumentar que la ausencia de castigo por haber elegido mal es, en efecto, recompensa por el mal comportamiento, algo que cambia el cerebro de forma que promueve que haya más malas conductas. ¿No?

  2. El gato de Schrödinger says

    Este artículo de Coyne sin duda servirá de alivio a los fracasados de este mundo, los que se atormentan pensando ¿cuándo se jodió mi vida? ¿qué fue lo que hice mal? Dejad de torturaros, amigos: no pudisteis hacer otra cosa.

    Creo que Coyne cae de lleno en una visión reduccionista. Es como explicar el comportamiento humano a partir de la mecánica cuántica. Un enfoque holista sería más adecuado en ese nivel de la realidad.

  3. Rawandi says

    Soy tan ateo y materialista como pueda serlo Coyne, pero, a diferencia de él, estoy convencido de que las personas (es decir, los organismos autoconscientes) con capacidad de usar un lenguaje articulado ‘sí somos libres’.

    Coyne define el «libre albedrío» como «habilidad para elegir libremente». Es una definición chapucera, pues incluye la palabra «libre», que ya forma parte de lo que trata de definir.

    En realidad, el libre albedrío es la ‘capacidad para elegir tras deliberar’. Se trata de un poder causal natural exclusivo de las personas y obviamente dicho poder tiene un soporte material (el cerebro). Por tanto, tiene razón el compatibilista Tom Clark al indicarle a Coyne que la visión naturalista propia de la ciencia implica aceptar la existencia del libre albedrío: El cerebro de las personas posee la notable habilidad natural de modificarse a sí mismo.

    La creencia de Coyne en que todos los sucesos están «predeterminados por las leyes científicas» ha sido refutada hace tiempo. Actualmente sabemos que el universo no funciona así, porque las leyes naturales son abiertas (incluyen el azar cuántico y el azar caótico) en lugar de rígidas. Por ejemplo, según biología moderna la existencia de nuestra especie no estaba «predeterminada» sino que es un accidente evolutivo más. Como biólogo evolutivo que es, Coyne debería saber esto.

    La incoherencia más escandalosa de Coyne quizá sea su afirmación final de que abandonando la creencia en el libre albedrío nos resultará más facil «construir un mundo más benévolo», cuando unos párrafos antes él mismo ha reconocido que «los estudios sociológicos demuestran» que en ese caso «las personas desarrollan más conductas antisociales».

  4. Rawandi says

    «Creo que Coyne cae de lleno en una visión reduccionista. Es como explicar el comportamiento humano a partir de la mecánica cuántica.»

    Sí, pero conviene distinguir entre dos formas de ‘reduccionismo’ muy distintas: el reduccionismo ‘ontológico’ materialista (negación del dualismo espíritu-materia) es sensato, mientras que el reduccionismo ‘epistemológico’ (creer que todos los fenómenos pueden entenderse manejando sólo los términos de la física elemental) es una falacia. Por lo visto, Coyne suscribe ambas formas de reduccionismo: la correcta y la falaz.

    «Un enfoque holista sería más adecuado en ese nivel de la realidad.»

    Simplemente hay que saber que en la evolución cósmica han ido ‘emergiendo’ distintos niveles de complejidad (materia inerte, materia viva, materia viva consciente, materia viva autoconsciente) y que el curso del universo no está completamente predeterminado.

    Coyne es uno de esos científicos que aún no se han dado cuenta de que vivimos en un universo mecanocuántico (o sea, un universo que «juega a los dados», por utilizar la famosa metáfora de Einstein), no en un universo clásico (o sea, predeterminado). Por eso piensa, como Einstein, que somos meras «marionetas» actuando en un universo cuyo «guion» está, ya desde el Big Bang, prefijado hasta su última tilde «por las leyes de la física».

  5. A Rawandi;
    No entiendo muy bien estas frases:
    “las leyes naturales son abiertas (incluyen el azar cuántico y el azar caótico) en lugar de rígidas”.

    “vivimos en un universo mecanocuántico (o sea, un universo que “juega a los dados”, por utilizar la famosa metáfora de Einstein), no en un universo clásico (o sea, predeterminado)”

    Al parecer, lo tienes muy claro. A todos los científicos no les ocurre lo mismo. Si las personas no actuamos según causas materiales y determinadas será porque actuamos siguiendo las leyes del azar cuántico. ¿O las del azar caótico? Ya me gustaría entenderlo

  6. Rawandi says

    «Si las personas no actuamos según causas materiales y determinadas será porque actuamos siguiendo las leyes del azar cuántico»

    Miquel, yo no he negado que actuemos «según causas materiales». Al contrario, he señalado que la libertad es un «poder causal» de la materia cerebral. Por tanto, la libertad es ella misma una de las causas materiales que determinan nuestro comportamiento.

    La cuestión del azar cuántico la cité únicamente para refutar la cosmovisión «clásica» de quienes siguen pensando que todo está predeterminado. Todos sabemos que Einstein fue incapaz de aceptar el azar inherente a la mecánica cuántica: Por eso se obcecó en afirmar que el universo «no juega a los dados», a pesar de que la física cuántica ha demostrado lo contrario.

    No vivimos en un universo en el que todo esté predeteminado por leyes rígidas. La formación de nuestro planeta no estaba predeterminada. Tampoco la formación de la Luna, surgida a partir del material eyectado por la colisión entre una jovencísima Tierra y otro planeta. También la especie ‘Homo sapiens’ es contingente. Todos estos son ejemplos de accidentes ocurridos durante la evolución cósmica.

  7. El libre albedrío no existe por más que nos ilusione tenerlo. Se puede demostrar por medio de la filosofía, física o psicología. La moral no necesita del libre albedrío, pues sigue siendo útil en el determinismo o el azar (indeterminismo). La discusión se debería centrar en cómo debemos vivir sin libre albedrío, cómo podemos ser felices sin libertad. Todo eso es lo que analizo en mi libro: «Cómo vivir feliz sin libre albedrío» que podéis descargar gratuitamente en http://www.janbover.org.

    El libro analiza todos los aspectos debatidos sobre el libre albedrío y más (con bastantes ideas propias). El libro está dividido en 5 apartados: un Estudio filosófico y un Estudio psicológico que analiza la imposibilidad del libre albedrío analizándolo desde todos los ángulos posibles, un Estudio moral que demuestra que la moralidad no tiene nada que ver con el libre albedrio, y un Estudio estadístico y Estudio práctico que analiza de qué modo podemos actuar sabiendo que no somos libres, y a pesar de todo ser felices.

    Espero que os interese y, si fuera así, que me devolváis algún comentario al finalizarlo.

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