Tercera Cultura
comentarios 12

La libertad desde la ciencia

Entrevista hecha por Eva Serrra (catalunyavanguardista.com) a Adolf Tobeña, neurocientífico

Nos enteramos de la orden que ha tomado nuestro cerebro con medio segundo de retraso

El cerebro fabrica potenciales de preparación del orden de medio segundo antes de tomar una decisión.

orquídea_editedPor: Eva Serra e.serra@catalunyavanguardista.com

“La libertad es la capacidad de dar valor a lo que lo tiene a cada instante. Y obrar en consecuencia”.  Lo demás viene por añadidura, añade el profesor Tobeña, tras decidir la cita que más le satisface como definición.

¿Somos los seres humanos libres o está todo predeterminado?

Adolf Tobeña es catedrático de Psicología Médica y Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Departamento de Psiquiatría y de Medicina Legal. Ha sido uno de los ponentes del ciclo de conferencias organizado por Tercera Cultura y presentado en el Museo de Arte Moderno de Tarragona, que finalizará el próximo fin de semana. Su conferencia avala la tendencia de que el libre albedrío es una falacia que ya descartan muchos neurocientíficos, pero preservando la agencia autónoma sobre el mundo en las acciones y toma de decisiones.

.

El neurocientífico, Adolf Tobeña durante su conferencia.

El neurocientífico, Adolf Tobeña durante su conferencia.

¿Cómo ha presentado la libertad en esta conferencia?

Intentando explicar si hay margen biológico para ella. Si el cuerpo humano y el cerebro que arrastramos nos conceden libertad genuina o no. Explicitar, -si es que existen- los recursos neurales; es decir, los circuitos nerviosos y las redes neuronales, que están detrás de las decisiones libres, abiertas, sin restricción. Este ha sido el objetivo de la conferencia.

Por supuesto, dejamos fuera, -totalmente- la libertad de empresa, la libertad política, la libertad religiosa, la libertad de prensa… , es decir, las normas sociales que enmarcan un juego más abierto o más cerrado. Dejamos al margen las constricciones sociales. Y nos centramos en la cuestión de si los humanos somos seres libres y plenamente autónomos o estamos completamente determinados. Se trata de adentrarse en el dilema que han venido discutiendo los físicos y los filósofos más sublimes durante milenios.

.

¿Somos libres o es una ingenua  percepción?

Deberíamos intentar encontrar si hay engranajes nerviosos identificables que están detrás de la selección de opciones, de la capacidad de escoger en cada instante y para cada rutina: moverse, emitir el lenguaje, observar, gesticular, comprar, lo que sea.

Cada día tomamos miles de decisiones; a menudo funcionamos con el piloto automático pero en realidad estamos sometidos a una toma de decisiones continua. La existencia nos somete a selecciones, a disyuntivas y tenemos la sensación de que lo hacemos libremente, porque de la misma manera que tomamos una opción pudiéramos haber podido decidir otras totalmente distintas en un margen amplísimo de posibilidades.

.

¿Cómo se investiga la libertad individual?

Indagamos sobre los resortes neurales que están detrás de esta percepción de decisión autónoma. Y no sólo en todas las posibles salidas motoras sino también en los pensamientos -recuerdos, probaturas mentales, mezcla de ideas- , algo esencial para la elaboración interior y donde de igual modo, nos vemos sometidos a una toma de decisiones constante.

Credit: NASA, ESA, and the Hubble Heritage Team (STScI/AURA)

Credit: NASA, ESA, and the Hubble Heritage Team (STScI/AURA)

¿Existen resortes que trabajan dándonos opciones irrestrictas o todo está absolutamente prefigurado, predeterminado y preordenado? Si somos organismos que en último término estamos sometidos a unas leyes físico-químicas y pudiéramos conocer todos los elementos y antecedentes de todos los átomos, de todas las moléculas y sus interacciones en el universo, lo que viniera después a cada instante se podría predecir, por lo tanto, no habría libertad.

Pero aquí hay una zona intermedia que nos dice a cada instante que tenemos opciones tanto para las salidas motoras como para nuestro escrutinio interno, del propio pensamiento. Pues bien, hay engranajes neurales detrás para dar consistencia a la percepción interna de libertad individual que tenemos. Hay circuitería y redes neurales con localizaciones preferentes que se ocupan de ello.

Por lo tanto, probablemente es cierto que la idea filosófica del libre albedrío es inservible e innecesaria. En cambio, la biología -y concretamente en los sistemas nerviosos complejos como el nuestro- indica que esos circuitos y redes no nos dan libertad omnímoda pero sí nos ofrecen grados de libertad; una especie de autonomía transitoria y restringida instante a instante que podemos seguir y monitorizar porque tenemos maquinaria neural a su servicio.

.

¿Cuál sería el mecanismo de actuación?

Existen datos que proceden de diversos experimentos que indican que el cerebro fabrica opciones por su cuenta que más tarde comunica a esa especie de “centro de mando” , que es quien pensamos que es libre y ejecuta las decisiones, pero sólo se entera más tarde. El cerebro, por su cuenta y de forma totalmente inconsciente y automática, sin que tengamos acceso a sus deliberaciones, ha fabricado opciones que de pronto sugieren decisiones. Por tanto, actúa de manera determinista.

cuadro de mandos_editedEl cerebro fabrica potenciales de preparación del orden de medio segundo antes de tomar una decisión. Significa que nosotros nos enteramos de la orden que ha tomado nuestro cerebro con medio segundo de retraso. Estos son datos avalados por experimentos tan simples como apretar botones o manipular teclados de manera totalmente libre, siempre sobre una salida motora con decisión totalmente abierta.

Frente a estos resultados, los científicos opinan que el cerebro tiene unos automatismos para tomar decisiones que dependen de un trabajo complejísimo y que responde a carga genética más historial ambiental más azar. Es lo que denomino “agencia” (monitorización activa e interior de la acción o el pensamiento) propia o sobre los demás, detrás de esto hay resortes neurales que conocemos.

.

¿Qué papel juega “la agencia”?

La agencia es una percepción de autonomía en la acción, las decisiones y la ideación. Esa percepción depende de trabajo neural que tiene maquinaria específica dedicada a su servicio y que puede ser explorada y objetivada. Hay ahí, por consiguiente, margen para la asignación y reconocimiento de responsabilidad individual. Ese trabajo neural para dar curso a la agencia cabalga sobre el programa gènico, el itinerario personal de cada cual y las entrazadas azarosas que han ido modulando la circuitería mediadora de la toma de decisiones.

El programa génico, el de construcción que todos llevamos, más la historia de nuestro itinerario personal -desde el útero- y la entrada de mecanismos azarosos, -porque el azar siempre está actuando-, forman la base sobre la cual el sistema nervioso se va a ver obligado a tomar decisiones y a pesar las tendencias.  Así, intervienen el programa génico (que seas más o menos resolutivo, más o menos valiente, por ejemplo), el itinerario personal (que hayas tenido accidentes severos o no), más el azar (si has tenido más o menos suerte).

Que haya caído en tus manos un libro esclarecedor, hayas tenido un profesor que te haya marcado un rumbo profesional o tengas problemas que sobrevienen por estar en un lugar determinado que de encontrarte en otro espacio no se hubieran dado. Esto último es el azar. El azar está siempre presente e interviene en todos los organismos, a favor o en contra.

Los biólogos de la evolución lo tienen claro desde el principio porque saben que construir un organismo es algo muy difícil, no sólo los organismos humanos, también las plantas presentan mecanismos muy complejos y del mismo modo interviene en ellas el azar ya que en cada estación sus cambios no son idénticos.

.

¿Se acabó el concepto de libertad ligada al alma?

Cuestiono si hay algo ahí dentro que se parezca a lo que se presumió como “atributo del alma”, que era el libre albedrío. Lo he enfocado así porque en mi gremio, los neurocientíficos, durante los últimos años ha crecido la impresión de que el libre albedrío es una mera ilusión, que no existe como tal y que además, no es necesaria. Que se trata de una asunción filosófica falsa que se mantiene por pura tradición y que debería prescindirse de él.

La libertad guiando al pueblo

La libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix en 1830. Museo del Louvre de París.

Esta asunción presuponía que la libertad era una facultad del alma y nos conectaba con las virtudes de los ángeles y de los dioses, una facultad espiritual  e inicio de la cadena de las decisiones libres y sobre la cual descansa en buena medida todo nuestro sistema judicial. En la medida que somos libres nos podemos adjudicar la propiedad de tomar determinadas decisiones que reconocemos como propias, como autónomas. En función de esto asumimos o no responsabilidad y aceptamos o no sanciones o castigos.

El cerebro fabrica una ilusión de opción libre, conocida en la filosofía tradicional como libre albedrío, cuando en realidad las opciones se fabrican en el cerebro de forma automática y no tenemos acceso a ellas. Por ejemplo,  la mano del jugador de ajedrez que se mueve antes que su propia autoconsciencia se haya dado cuenta, mientras cree que está viviendo la gran estrategia. O el jugador de fútbol que es capaz de ver el pase que nadie más ve, como Xavi Hernández.

Esta tendencia, sin embargo, no está avalada por la mayor parte de biólogos que sostienen que a pesar de que los humanos son organismos sometidos a las leyes físico-químicas son libres y tienen rango de opciones. Evidentemente que los humanos somos más libres que los árboles, para empezar tenemos libertad de desplazamiento. El reino animal en su conjunto dispone de más opciones que el reino vegetal.

.

¿El sentido de la libertad es el movimiento?

Cuando se quiere privar a alguien de libertad lo primero que se hace es constreñir sus movimientos, encadenar, esposar, atar, inmovilizar. La libertad de movimiento es la fundamental. En último término, incluso cuando pensamos, se ponen en marcha territorios motores del cerebro, se está accionando el conjunto de rutinas motoras que se pondrán en acción. El lenguaje es movimiento, es una salida motora.

En definitiva, todo en el cerebro es movimiento o percepción del movimiento. Lo más importante es levantarse, mantenerse derecho, desplazarse y conservar la sensación de que en cada desplazamiento que hacemos nuestro cuerpo está en un entorno, se mantiene y tiene continuidad.

.

¿Puede pensarse que la genómica llegue a intervenir en nuestra toma de decisiones?

Esto va a tardar. Evidentemente los genómicos y geneticistas  tienden a vender el producto porque necesitan mucho dinero para hacer su trabajo, en el sentido de que nos van a poder ayudar pronto a aumentar nuestro rango de decisiones libres, como se está haciendo en medicina o farmacología personalizada.

Puede ser un panorama extraordinario de incremento de nuestras opciones a la hora de combatir las entradas azarosas perjudiciales para nuestra salud. Es un escenario plausible a largo plazo; para algunas enfermedades será más sencillo pero para la mayor parte de problemas de salud será complejo.

Lo que sí es cierto es que el rango de decisiones disponibles se va a incrementar muchísimo. La ciencia no constriñe libertades, las aumenta y amplifica grados de libertad.

12 Comentarios

  1. maria cinta says

    Este encabezamiento: «Su conferencia avala la tendencia de que el libre albedrío es una falacia que ya descartan muchos neurocientíficos.» me había sumido en el pesimismo. Pero he remontado con lo de los «grados de libertad». Con eso tengo de sobras. Ya sabemos que la diferencia entre un chimpancé y un humano es muy pequeña en términos genéticos ¡pero abismal en cuanto a desempeño!

  2. Vicente says

    Me gustaria saber si el profesor Tobeña está de acuerdo con el determinismo duro en la linea de Spinoza :
    “no hay en el alma ninguna voluntad absoluta o libre, sino que el alma es determinada a querer esto o aquello por una causa, que también es determinada por otra, y ésta a su vez por otra, y así hasta el infinito” (proposición XLVIII de Ética)
    O en las palabras de Einstein: “Dios no juega a los dados con el Universo”

    Los experimentos demuestran que existe una actividad inconsciente cerebral previa a la consciencia de la decisión, lo que implica que la sensación de voluntad es consecuencia y no causa de la actividad cerebral Por tanto, las decisiones de la mente reflejan deseos, determinados por las circunstancias del organismo ( cerebro +cuerpo)

    Si es verdad que las neurociencias han superado el dualismo cartesiano nos toca aceptar que nuestras acciones están programadas por todo lo que va acumulándose en el subconsciente de programación genética, experiencias, influencias sociales, aprendizaje, traumas, ….. ( genetica + itinerario+”azar” según sus palabras aunque yo incluíria el “azar” –siempre entre comillas- en el itinerario)
    Todo esto no tiene por qué afectar al sentido de la responsabilidad moral de los ciudadanos, pero esto es otra historia (me hubiera gustado que el profesor Tobeña hablara de esto en su conferencia y no lo pudo hacer por falta de tiempo). Espero que pongan en la red todas las diapositivas

    La famosa frase de Schopenhauer: “uno puede hacer lo que quiera pero no puede querer lo que quiera “ se podria modificar en la siguiente:

    Tenemos grados de libertad para hacer lo que queramos, pero ninguna libertad para querer lo que queramos.

    Un saludo

  3. Alexandre Guima says

    Yo prefiero siempre la verdad relativa de vanguardia de la Ciencia, aunque duela. De cualquier manera, seguiré actuando «como si» fuera un ser libre y autónomo, aunque la Neurociencia siga aclarando el asunto y poniéndome en mi sitio…

  4. Alfredo says

    Este mismo día, en el turno de preguntas de la ponencia del primer interviniente, Jordi Agustí, se levantó un caballero que muy agraviado y con un tono muy agresivo lanzó soflamas contra lo que consideraba intolerable: la osadía de tratar de analizar desde la ciencia los temas de la filosfía. En concreto exclamó «¿Puede decirme el Prof. Agustí que tendrían que ver la termodinámica y las pasiones humanas?».
    Imagino que esta escena la podremos ver cuando se cuelguen los vídeos de las conferencias…. Fue impagable.

  5. Vicente says

    La intervención a la que alude Alfredo fue desafortunada. Se molestó por la importancia dada a Darwin en el estudio de la naturaleza humana, además de la relación entre la termodinámica y las pasiones humanas. Pues bien, yo no soy físico, pero esto es lo que opino:
    En primer lugar, creo que antes de Darwin se pueden haber dicho muchas cosas interesantes sobre la naturaleza humana, pero siempre les faltó el marco teórico apropiado para comprender la esencia del asunto. Este marco es la teoria darwiniana de la selección natural. Dobzhansky sentnció con acierto que nada tiene sentido en biologia excepto bajo el prisma de la evolución. Pues bien , yo creo que se puede ampliar diciendo que nada tiene sentido en psicologia excepto en el marco de la teoria de la evolución. El verdadero interés de la idea darwiniana es que el hombre es un animal más, que está hecho de la misma sustancia que los demas seres vivos y ha aparecido tras muchos millones de años de aventura evolutiva. Entender al ser humano es entender sus origenes y de ahí la importancia de Darwin para comprender que no solo sus atributos fisicos sino tambien los mentales y comportamentales se originaron como respuesta a presiones selectivas de supervivencia. Si el dualismo está completamente descartado por las abrumadoras evidencias aportadas por las neurociencias, si nuestro cerebro no es más que un montón de neuronas como dijo Crick, deberemos abordar la cuestion clave: No existe el libre albedrio que supone que un ente misterioso en forma de alma inmaterial rige nuestras decisiones. No existe un fantasma en la maquina (Pinker) que gobierne y dirija nuestras pasiones, entre otras cosas porque vulneraria el primer principio de la termodinamica al que aludía el asistente ofendido mencionado al principio. Por cierto, creo que ya no se quedó a las conferencias siguientes.

  6. maria teresa gimenez barbat says

    Conozco a Alfredo como seguidor de Tercera Cultura, pero me alegro de que otro participante haya dado su opinión. ¿Es usted de TGN Vicente?
    Vino gente de bCN y TGN pero también desde alicante, Lérida, Terrassa…

    muy agradecidos a todos ustedes.

  7. Vicente says

    Vine desde Castellón. Había leído algunas cosas del profesor Tobeña y me parece uno de los intelectuales más brillantes y valientes del panorama español. Por cierto, me parece muy atractiva la propuesta que han hecho sobre la Tercera CAultura, y es una pena que no hubiera mucha gente en las conferencias del dia 30. Mis felicitaciones en ese sentido.

  8. Pingback: Panasonic TC-P50GT25 3D TV Product Preview: BigPictureBigSound :: Ipod & Ipod Video

  9. Bernat says

    Soy un defensor a ultranza del determinismo y me gustaría añadir a todo lo dicho aquí que la hipotética existencia del libre albedrío no justifica ningún castigo. Mientras que el determinismo exculpa por completo al sujeto, de lo contrario no se infiere el merecimiento de ningún reproche, repudio o castigo, y ello es fundamental en el debate filosófico sobre ese tema, ya que las religiones se escudan en la libertad del individuo para justificar el castigo o premio eterno. De lo que se deduce que ni siquiera el libre albedrío puede servir como excusa ante la tremenda injusticia que supone cualquier condena divina.

    De la libertad no se desprende ni se deriva el concepto “merecer”, sino que tanto la aprobación, el repudio o la condena de las malas obras se ha aplicado a lo largo de la historia de forma consuetudinaria y como necesidad de defenderse de ellas. Todo castigo que no tenga como fin la disuasión de la mala conducta o el escarmiento, se convierte en una perversión o una venganza.

    A continuación expongo un argumento que desmiente las pretensiones de aquellos que se escudan en el principio de incertidumbre de Heissenberg para oponerse al determinismo psicológico:

    -La voluntad es el conjunto de deseos, gustos, preferencias o intereses del individuo que, a su vez, constituyen las causas de todos los actos voluntarios.

    -Sólo los actos voluntarios pueden ser objeto de culpa y, por tanto, imputables.

    -O hay causas que nos mueven a obrar, o no las hay.

    -Si las hay, no hay libertad.

    -Si no las hay, no puede haber voluntad.

    El libre albedrío, pues, queda atrapado en círculo vicioso: sólo los actos voluntarios están causados, por lo que no pueden ser libres; mientras que los actos que no estén causados no pueden ser voluntarios.

    El principio de incertidumbre -que pretende demostrar la inexistencia de causas a nivel cuántico- no sólo no sirve para desmontar el determinismo, sino que demuestra el absurdo en que consiste el concepto de libre albedrío, ya que la ausencia de causas exculpa por completo al individuo al no poder producir actos voluntarios.

    Explicación más extensa en mi ensayo:

    http://www.filosofia-irc.org/concursos/2005/determinismo.html

  10. Acabo de leer el extenso articulo de Bernat sobre el determinismo, y estoy totalmente de acuerdo con él. Encuentro interesantes algunos ejemplos que explican la cuestión. Creo que tu formación es filosofica y que tu posición estaría en la linea de Spinoza al que no citas. Yo expongo mi punto de vista similar al tuyo aquí:
    http://memoriasdesoledad.blogspot.com/2010/11/el-libre-albedrio.html
    Me gustaría saber tu opinión ya que no he podido entrar en tu menú. También creo que puede interesarte el llamado efecto mariposa al que también hago referencia en otra entrada:
    http://memoriasdesoledad.blogspot.com/2010/11/video-de-ok-go.html
    Espero tu respuesta, ya que no encuentro mucha gente que tenga la misma opinión sobre el determinismo y el libre albedrío. Un saludo

  11. Aún cuando los razonamientos que se exponen en el artículo son ciertos, la consecuencia puede tener otra interpretación, que en mi opinión no avala la inexistencia de libertad en el ser vivo. Apunto como explicación mi artículo «La libertad del ser vivo» que puede leerse en el Blog Simbiotica. Saludos:
    Alejandro Álvarez

  12. Carlos Omar says

    A ver… no soy libre porque escribí un comentario que esperaban ya que escribiera… pero ¿quien determina lo que escribo? he decidido borrarlo pero… no lo hice porque sino no me leen… la pregunta que hice arriba la escribí sin signos de interrogación así que justo en este momento () escribí dos paréntesis para indicar que me tome el tiempo para poner los signos (por eso están puestos) y cuando bruñíos escribiendo y me sigo preguntando ¿porque a nadie que escribió un comentario se le ocurrió escribir un comentario como este? ¿Quien determina que yo escriba este comentario y no otro? De hecho, segundos antes de escribir este comentario había pensado un comentario bastante distinto a este que tampoco sé quién lo determinaría, la cuestión es que aquel no existe para ustedes este sí, así, cómo lo están leyendo… y aquel no existe porque alguien determinó que no existiese pero ese alguien no fui yo, ¿quien fue? Mi mente… la misma que me ha dicho varias veces que no pierda tiempo escribiendo este comentario que parece ridiculo y que se reirán de mi, o la misma que me dice que lo envíe ya y por eso lo envié… que revolú, sin libre alvedrío… no me entiendo… me voy a reír jajaja mi cerebro lo quiere así… Dios te bendiga lector

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *