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EDUCACIÓN Y NATURALEZA HUMANA

EDUCACIÓN Y NATURALEZA HUMANABajos niveles de instrucción y conflictividad creciente: los informes sobre la situación educativa española describen un panorama desolador que nos sitúa a la cola de Europa en fracaso escolar. Algunos legisladores y pedagogos optan por desentenderse de estos datos –basta con leer panfletos como el titulado “No es verdad”, promovido por una asociación educativa-, y animan a mantener las concepciones pedagógicas que nos han conducido a esta situación. Alegan que si los resultados son negativos, habrá que cambiar la forma de evaluar, pero no tienen en cuenta que solo las pseudociencias se pueden permitir el lujo de ignorar olímpicamente los hechos.

Para aspirar al éxito, el sistema educativo tiene que fundarse sobre premisas ancladas en la realidad y la naturaleza humana, y no en la tradición ni en ideologías o modas. A las puertas de una nueva reforma educativa, es necesario que los legisladores y agentes implicados  descarten los mitos románticos que se han apropiado del discurso referido tanto a la formación cívica como a la instrucción y que han resquebrajado el sistema educativo desde sus cimientos.

CIVISMO Y DISCIPLINA

El peso lectivo destinado a la formación en valores y el civismo contrasta con los numerosos y habituales problemas de indisciplina que se viven a diario en las aulas. El sistema educativo fracasa a la hora de formar buenos ciudadanos, cooperadores y preocupados por el prójimo y, como se ha señalado de forma reiterada, el profesor es incapaz de imponer orden porque carece de autoridad.

Mientras que la escuela tradicional aplicaba medidas sancionadoras para combatir la violencia y el incumplimiento de las normas, la moderna pedagogía ha abogado por sustituir la sanción por el diálogo razonado. Este cambio se ha inspirado en concepciones románticas basadas en el buen salvaje –el mito de que los seres humanos son bondadosos por naturaleza y que la sociedad corrompe y embrutece-, y ha despojado a los profesores de los instrumentos adecuados para obligar al cumplimiento de las normas. Como resultado, las aulas se han convertido en un hervidero de conflictos. Para el psiquiatra Adolf Tobeña, solo es la constatación de lo ya sabido: “la civilización es inseparable de la sanción y el castigo”.

La policía y el sistema penal garantizan el orden social mediante la vigilancia y el castigo. Si alguno de estos cuerpos dejara de funcionar, se desataría el caos y la criminalidad, como pudo comprobarse en 1919 cuando la policía de Boston fue a la huelga, y como lo atestiguan numerosos experimentos realizados por científicos sociales. Autor de La anatomía de la agresividad humana, el profesor Tobeña afirma que la agresividad, como cualquier otro rasgo genético, es susceptible de variabilidad, y el castigo ha sido desde hace milenios el instrumento más eficaz para aplacar la conducta de los individuos que manifiestan una mayor predisposición a la violencia. Si no hay castigo y no se impone el orden, la transgresión de la norma se acaba generalizando, como se constató en un estudio realizado por la Universidad de Groningen: “Cuando la gente observa que otros violan una determinada norma social o ley legitimada, están más predispuestos a violar incluso otras normas, y como consecuencia el desorden se expande”.

Los experimentos realizados en el campo de la economía muestran que una organización en la que la violación de la norma queda impune, está condenada a la desaparición. Y al contrario, el castigo refuerza el trabajo cooperativo y fomenta el desarrollo de las ideas morales. La sanción -y el temor al castigo- es la única herramienta eficaz para que se cumplan las normas y se mantenga el orden en el aula.

INSTRUCCIÓN

El romanticismo también ha inspirado la concepción tradicional de la instrucción, que ha entendido a los estudiantes como cuencos vacíos en los que verter la sabiduría del profesor. Esta concepción –según la cual la mente es una tabula rasa- ha querido sustituirse por el constructivismo, que considera que el conocimiento florece en la mente estudiantil de forma casi espontánea, ignorando la complejidad y abstracción de los conocimientos que se transmiten en el colegio: por sí mismos, los estudiantes solo descubrirán ideas banales o erróneas.

La reflexión pedagógica tiene que ser consustancial al desempeño de la función educativa, pero teniendo en cuenta, como apunta el psicólogo evolutivo Steven Pinker, que “la teoría de la educación tiene que basarse en una teoría de la naturaleza humana”. Para Pinker, la transmisión del saber puede fracasar debido a que los estudiantes vienen equipados con preconceptos erróneos, de modo que una estrategia educativa apropiada consiste en detectar y depurar tales concepciones de partida. Aprovechar facultades innatas y saberlas focalizar hacia nuevos retos, o bien reforzar habilidades ocultas, son algunas opciones a las que tienen que recurrir los instructores para alcanzar el objetivo de la educación, que no es otro que “proveer a los estudiantes con nuevas herramientas intelectuales para comprender el mundo”.

Prescindir de la naturaleza humana al elaborar las leyes educativas ha supuesto un elevado coste para generaciones enteras de estudiantes, que se han visto abocadas al fracaso por culpa de leyes educativas románticas y erróneas. Y es responsabilidad de las autoridades educativas no condenar a las generaciones venideras a revivir el mismo drama.

Autor: Roger Corcho

12 Comentarios

  1. Pingback: Educaçom e natureza humana

  2. «La sanción -y el temor al castigo- es la única herramienta eficaz para que se cumplan las normas y se mantenga el orden en el aula.»
    Estoy más o menos de acuerdo con el artículo, pero creo que la premisa que cito sólo es aplicable a edades tempranas, cuando el niño aún tiene capacidad de razonar (lo que Piaget descubrió es que el cerebro no funciona igual a distintas edades). Sin embargo, nada de esto excluye que al chaval se le explique por qué es castigado o por qué no debe hacer lo que hace.

  3. Totalmente de acuerdo con el artículo. En realidad, una combinación de premios y castigos es lo que mantiene a la sociedad humana en funcionamiento y tan pronto baja el nivel de presión, aparece el desorden y la subversión.

    Además, esto es aplicable tanto a los niños recien nacidos como a los ancianos, pasando por todas las edades intermedias.

    Naturalmente cada edad y cada individuo, en función del entorno, requiere de dosis e ingredientes diferentes, pero en lo fundamental, el modelo premio-castigo sigue sigiendo válido para todos los seres humanos y para todos los animales.

    Cualquier sistema educativo tiene que ser validado y legitimado por los resultados obtenidos y no atenerse a los presupuestos ideologicos de sus creadores y promotores, como está ocurriendo con la izquierda iluminada que nos gobierna.

    Saludos.

  4. mallo soprano says

    estoy en parte de acuerdo con el artículo, siempre es necesaria alguna disciplina para el aprendizaje, pero siempre señalando los actos no correctos, y no estigmatizando alumnos, «Ese niño es un zoquete». Por otro lado recalcaría que aprendemos de aquellos a quien admiramos o amamos, aunque decimos a mi me gustaba la asignatura de matemáticas o la de lengua castellana, podríamos decir que me gustaban las clases de matemáticas que me daba el profesor X, con el que aprendí mucho y me entusiasmaron las matemáticas. Con otro profesor por el que hubiera sentido menos afecto seguramente no hubiera aprendido tanto. Desde hace algún tiempo los profesores también han dejado de generar este entusiasmo en los alumnos, un profesor no puede ser un funcionario más que ocupe un número de horas en un aula, ha de mostrar el amor que el siente por una materia y transmitirla a sus alumnos, si no, es dificil transmitir el conocimiento. Por otro lado, otra carencia del sistema educativo actual creo que está en la práctica de actitudes que son más importantes que los conocimientos, que tarde o temprano todos olvidamos, pero una actitud que se aprenda o practique, quedará impregnada en la persona para siempre, y todo esto se debe hacer a una edad temprana.

  5. Juanjo says

    Resulta lamentable que en una web que aspira a representar el rigor de la ciencia, se dé cabida a un artículo tan lamentable como este, lleno de religiosidad y revelación, los mismos defectos contra los que advierte Richard Dawkins en la famosa carta su hija de diez años. Resulta lamentable poner a disposicíón de una ideología muy marcada, con el vocabulario típico del matonismo que tan bien conocemos, una web por la que sentía el más alto de los respetos. Y ya que estamos con Pinker completemos la cita. «Cualquier teoría de la educación ha de estar basada en una teoría de la naturaleza humana, […] La educación tradicional se basa en gran medida en la Tabla Rasa: los niños llegan a la escuela vacíos, se depositan en ellos unos conomimientos, que después tendrán que que reproducir en los exámenes». La tabla rasa, p. 327. Esa educación tradicional es la que está matando a la enseñanza en España. Ese es el problema.

  6. Roger says

    Apreciado Juanjo,

    soy el autor del texto y al ver su comentario, me da la sensación de que no se ha entendido bien mi punto de vista . En ningún caso defiendo la concepción tradicional de la instrucción. Al contrario, la califico de romántica y basada en una idea de la mente errónea.

    Hay este párrafo: «El romanticismo también ha inspirado la concepción tradicional de la instrucción, que ha entendido a los estudiantes como cuencos vacíos en los que verter la sabiduría del profesor.

    Lo que estoy criticando aquí es, por un lado, la concepción tradicional de la instrucción, y al mismo tiempo el constructivismo. Es la misma línea de razonamiento que traza Pinker, al que cito.

    Saludos,

  7. Mauricio says

    Es complicado abstraer la educación de todo el contexto del mundo actual, de corrupción y criminalidad en todos los ámbitos: política (tortura), economía (negocios turbios y medio ambiente), finanzas (descomposición y estafa), salud (industria farmacéutica, sistemas corruptos),deportes (doping,mafia), etc.
    ¿Qué ejemplo dan los medios, la televisión? ¿Cuánto se conversa y se discute en familia, sobre qué temas?… Ahí conceptos como disciplina, castigo, sanción, terrorismo, etc. se confunden en una, sólo impotencia.

  8. El articulista parece saber cuál es la naturaleza humana, curiosamente. Y más específicamente, la de los niños. Cuando nadie sabe esto aún, exigir algún modelo concreto pensando que se tiene dicho conocimiento es de una soberbia enorme. Existen también numerosos estudios que trabajan la disciplina sin castigo (disciplina positiva, educación respetuosa, etc.) y tienen excelentes resultados. Yo la llevo aplicando en mi casa hace años sin problemas porque me convencieron sus argumentos.

    Por favor, menos ideología y más ciencia. Menos pretensiones de saber lo que en realidad no se sabe.

  9. Y es que el problema es cuando la gente acude a la ciencia a buscar argumentos que confirmen sus ideas previas, y no a contrastarlas y comprobar hasta qué punto están equivocadas o simplemente no se sabe aún nada o muy poco.

    Decir que el problema en España es la falta de disciplina en el aula es, por ejemplo, querer obviar la enormidad de cuestiones que entran en juego. Es de un simplismo tal que simplemente es falso por completo, es un prejuicio ideológico.

  10. Javier Jiménez says

    Soy lector asiduo de Tercera Cultura y me ha sorprendido negativamente que un artículo como éste aparezca en su revista. Creo que un análisis tan superficial y tan lleno de prejuicios tendría mejor acomodo en otro tipo de medios. Deduzco que el autor ha leído a Steven Pinker (yo también) y que no cree que la mente humana sea al nacer una tabula rasa (yo tampoco).
    Sostiene el autor que el manifiesto educativo No es verdad, al que califica de panfleto, anima a mantener los métodos que nos han llevado a este desastre. Se equivoca de raíz. Más bien al contrario, lo que propugna este manifiesto es un cambio en las metodologías porque entiende que la causa del fracaso educativo está precisamente en el, llamémosle, “método tradicional”. Literalmente, un método basado “en un aprendizaje mecánico y repetitivo” y “en la transmisión de contenidos relevantes e inconexos”.

    Más adelante afirma que el manifiesto No es verdad alega lo que, en verdad, no alega: que hay que cambiar la forma de evaluar para ignorar los hechos. Lo que el manifiesto dice es que hay que hacer “una evaluación formativa y que incluya a todos los implicados en el sistema”, no sólo a los alumnos. De verdad, si los lectores quieren valorar lo que dice este manifiesto aquí les dejo el enlace: http://www.redires.net/NO_ES_VERDAD.pdf

    Pero esto no es más que el principio, resulta que los problemas vienen porque no se castiga “como antes”. El sistema actual castiga: hay niños sin recreo, alumnos expulsados, copia cien veces en clase no se habla. Quizá el autor añore los gloriosos tiempos de la vara y la palmeta, ponga la mano. No sé si la “moderna pedagogía” ha sustituido, como afirma, el castigo por el diálogo razonado pero hoy han castigado sin recreo a mi niña de ocho años y a toda su clase porque algunos han hecho ruido cuando les han dejado solos en clase. España, siglo XXI.

    En la segunda parte del artículo y bajo el epígrafe Instrucción se ventila de un plumazo todas las teorías pedagógicas del siglo XX. ¡Hay que ver estos psicólogos de principios del XX, mira que no haber leído a Pinker! Unas teorías son malas porque ven a los estudiantes como cuencos vacíos, otras porque buscan que el conocimiento se construya sobre la mente del individuo.
    Menos mal que, al menos en Finlandia, llevan leyendo a Pinker desde hace 60 años e ignoran todas las teorías pedagógicas existentes. Así y sólo así han conseguido estar a la altura de lo que el autor de este artículo quiere para nosotros.

  11. Isaias cano says

    Creo que hoy en día se le da demasiada libertad a las personas y con ello confunden el derecho pero no corresponde con la obligación, mientras vivamos en sociedad estaremos sujetos a normas y leyes y como tal la escuela es una institución normada en la cual debemos respetar las reglas que ahí prevalecen, Por otra parte recordemos que la educación se recibe en casa y esta fundamentada en valores, por lo que no debemos confundir, instrucción ,aprender y educar. ya que son términos diferentes y si es cierto que hoy en día los valores se han venido perdiendo y si una regulación de nuestra conducta, naturaleza humana esto seria una perfecta anarquía.

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