Tercera Cultura
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La píldora post-coital y los “rollos con bombo” o La banalización del sexo

El cerebro humano no nace de cero: es, como en los demás animales «superiores», una superposición de sistemas anteriores. Un ordenador que se usara hoy pero utilizando viejos transistores y circuitería analógica. Desde el punto de vista del diseño, nada inteligente y algo recargado que ocupa demasiado espacio. El poder computacional del cerebro humano sólo es posible estando muy interconectado y siendo muy grande.  Para que los bebés de los primates superiores disfrutaran de las pequeñas suficiencias que muchos otros mamíferos muestran al nacer -como ser capaces de levantarse y ponerse a buen recaudo- tendrían que tener un cerebro aún más grande del que tienen. Los bebés humanos al poco de nacer siguen siendo tan inválidos que ni siquiera pueden darse la vuelta o arrastrarse para huir del sol. Nacen tan desamparados porque ser humano significa venir dotado de un hardware indispensable que ya de por sí ocupa un espacio desmesurado. Si encima tuvieran que ser funcionales al nacer no pasarían por el canal del parto. Esas presiones selectivas fueron «solucionadas» favoreciendo la llegada al mundo de un bebé altamente inmaduro pero con dotación básica potencial para desarrollar un cerebro adulto de alta complejidad.

Esto también significa que los niños humanos tienen unas infancias remarcablemente largas que requieren de una intensa y sostenida cooperación parental. Los bebés humanos pueden permitirse todo esto porque la especie humana es principalmente monógama o tendente a una moderada poliginia. Porque hay un padre además de una madre. Un padre que se va a quedar. La supervivencia del niño, la supervivencia del humano en general, se basa en el establecimiento de profundos lazos de pareja que mantengan unidos a ambos padres para sacar adelante a hijos y adolescentes que se independizan inusitadamente tarde desde el punto de vista de cualquier otro animal, incluidos los demás primates actualmente existentes.

El sexo nunca es «banal», a pesar de que estos días se hayan roto algunas lanzas por ello. El sexo, para los seres de reproducción sexuada, es el imperativo de supervivencia más poderoso que pueda moverlos. Incluso para los animales que tienen cortos periodos de celo, el sexo es cuestión de vida (para sus genes) o muerte. Para los animales con fuerte inversión parental, como los humanos, el sexo es algo más importante que la  fecundación: es el medio para crear los fuertes lazos de pareja que favorecerán el cuidado de las indefensas crías durante un prolongado periodo de tiempo. Los experimentos realizados en un tipo de topillo americano (topillo de la pradera) de costumbres monógamas han sido revolucionarios, seguramente su autor será candidato al Nóbel por ello. Para hacer la historia corta, diré que los animales monógamos segregan durante el sexo unas hormonas (oxitocina ella, vasopresina él) que cimentan su relación, y muchas veces para siempre. En estos experimentos, inocular un supresor de estas hormonas llevaba a los topillos y topillas que habían tenido un primer e intenso intercambio con un individuo concreto a festejar posteriormente a otras potenciales parejas cuando sin ese supresor hubieran permanecido inmunes a cualquier encanto que no fuera el de su primer amante. No se ha probado en humanos por motivos obvios, pero se sospecha fuertemente que sucedería lo mismo.

Los seres humanos no banalizan el sexo. Si lo banalizaran no habría esas tremebundas estadísticas sobre violencia de pareja que se resisten a desaparecer por más que la literatura y la política posmodernista y empecinadamente progre nos estimule a no tomarnos en serio esas cosas del amor. La ignorancia de la naturaleza humana es la que nos hace fracasar tanto en los programas sobre «violencia de género» como en todo lo relacionado con la cuestión del aborto y las enfermedades de transmisión sexual en los adolescentes. Estamos programados para asegurar la supervivencia de ese bebé enamorándonos. Y eso es más imperativo en la adolescencia cuando la vitalidad hormonal es más fuerte y no se ha desarrollado aún ese desapego por el factor humano del encuentro sexual ni el saludable cinismo que nos permite a los mayores separar sexo y amor. No hay nada tan de ciencia ficción que esa pareja de adolescentes que, según el vídeo de Bernat Soria, no «coronan rollos con bombo» y exhiben actitudes y ademanes que se corresponden mucho más con experimentados adultos de vuelta de todo que con  frágiles niños llenos de sensibilidad y confusión. No mejorará su responsabilidad tampoco el acceso fácil a la píldora post coital. Yo deseé una vez que los mitos de mi juventud se correspondieran con la realidad. Ahora he leído un poco más y he madurado. Banalizar el sexo tiene un correlato lógico: se banaliza el amor y se banaliza la pareja. Podemos pensar que el amor es la gran estafa química; el insidioso engaño del gen egoísta. Pero no tomarse en serio el sexo, la responsabilidad y la pareja estable es objetivamente malo para los niños.  Y nunca será bueno para los humanos mientras lo seamos.

Mª Teresa Giménez Barbat
Antropóloga e impulsora de Tercera Cultura.

8 Comentarios

  1. Estoy plenamente de acuerdo con lo escrito. Salvo por un detalle: en efecto, el sexo no es banal ni debe serlo, pero facilitar los métodos anticonceptivos no favorece esa banalización. Precisamente porque el sexo es mucho más que reproducción, ambos deben ser separables, especialmente cuando la reproducción, en una sociedad como la actual implica una serie de responsabilidades económicas, cierta madurez, cierto modo de vida. Sin embargo la afectividad y la sexualidad aparecen en los adolescentes mucho antes de que el momento de «reproducirse» haya llegado. Los anticonceptivos no son más que una respuesta real a un hecho real: los adolescentes mantienen relaciones sexuales, si lo hacen con protección, mejor. Si esa protección falla por lo que sea, que puedan disponer fácilmente de una píldora post-coital es preferible.
    Lo que favorece la banalización del sexo son otros factores, no los métodos anticonceptivos. Los medios de comunicación, la cosificación de la mujer y su cuerpo (no hay más que abrir una revista), la idea del sexo como un intercambio casi económico y ligado al estatus de cada cual, las series en las que el valor de cada cual va ligado a sus muchas conquistas… El amor no es ya algo que se regala y se elabora, materializándose en el sexo (su consecuencia y origen): el amor es hoy un bien que se obtiene, se conquista y se logra mediante el sexo (una herramienta más).
    Los anticonceptivos desvinculan sexo y reproducción. Pero no son los culpables de separar sexo y amor. El objetivo es que los adolescentes no tengan hijos, pero no que no se enamoren.

  2. Hace no mucho se especuló sobre este tema a raiz del descubrimiento de la «primera familia nuclear» en un enterramiento de Elau, Alemania, de más de 6.000 años de antiguedad. Pero en el enterramiento no estaban sólo los enamorados, sino otros individuos con los que la pareja no estaba relacionada genéticamente. La conclusión más plausible es que a los humanos nos gusta vivir juntos, no que la pareja estable sea «natural».

    Incluso hoy en día en los países llamados «civilizados» o «avanzados» (capitalistas, liberales), familias monoparentales y matrifocales son totalmente corrientes. Esto es consistente con las evidencias antropológicas, donde se ve que la familia tradicional no funda el cuidado de los niños en parejas de padres enamorados, sino en una red de relaciones mucho más extendidas, y donde el rol del hermano de la madre corrientemente era mucho más importante que el del padre.

    Yo no sé hasta qué punto la monogamia duradera es una institución respetable, lo que me parece dudoso es que exista como un programa «natural».

  3. mujerpez says

    Amiga Almudena: yo no digo que no se tengan que poner los métodos anticonceptivos a disposición de los adolescentes . Lo que digo es que no los van a usar. La gente se queda embarazada porque se confía, porque se deja llevar, porque su pareja, ocasional o no, se niega a utiizar un condón. Cualquier crío, por tontorrón que sea, sabe para qué sirve un condón. MI idea es que, facilitando métodos anticonceptivos a los adolescentes se les abre la puerta al mundo de los adultos, se acepta la «normalidad» de su actividad sexual, pero que ni son adultos ni es «normal» que practiquen algo que les puede dejar un «paquete» del que se tendrá que encargar otro. Creo que sí se «banaliza» irresponsablilzando.

    Eduardo, yo tampoco sé, ni me interesa ahora, si la monogamia es un programa «natural». Pero hay documentación suficiente por lo menos para valorar si la monogamia duradera ha tenido algo que ver con el aumento de la educación y nivel de vida desde los últimos 200 años. Es muy posible que sea así. Ya sabemos que en «paises avanzados» las familias monoparentales o matrilocales han aumentado. Pero todas las estadísticas hablan de que una fmailia monoparental (matrilocal casi siempre)tiene todos los puntos para ser una familia pobre y desventajosa.En cuanto a las familias sin padre del Tercer Mundo, hay muchos investigadores que las señalen como factor incidente en el atraso y la emigración.
    Desde luego, son opiniones personales y no de Tercera cultura y de su equipo.

  4. Abate Marchena says

    Mira si el sexo es algo serio, que para el hombre es casi imposible tener erección con la risa en el rostro.

  5. Eso sí, pero ese tipo de monogamia próspera parece más bien suponer un gran esfuerzo cultural o de ingeniería social que suele ir de hecho contra las tendencias «naturales» hacia la poligamia o a la monogamia seriada. Es decir, que mientras no administren vacunas de oxitocina en masa -si es que actúa igual que en las ratas-, no se puede confiar demasiado en la naturaleza humana.

  6. A ver si he leído bien. ¿Quiere decir la autora que gracias a que no banalizan el sexo y el amor las parejas se golpean y matan más (o como de costumbre)? Si esto es así, entonces mejor sería banalizar el sexo. Algo como el «saludable cinismo» con respecto al sexo del que habla unas líneas más abajo ¿O bien el cinismo sólo es aplicable a los adultos? Por otra parte no todas las parejas que se golpean y matan son adolescentes dirigidos por hormonas. Yo diría que la mayoría de los golpes y muertes se los lleva el grupo de 30 a 40 años y para arriba. No me acaban de encajar los apaleamientos y asesinatos entre parejas con las hormonas y la banalización del sexo.

  7. Yo creo que análogamente a un adolescente que empieza a experimentar tanto el sexo como el amor romántico,la especie humana, a traves de los recientes estudios que comienzan a hacerse sobre el funcionamiento del cerebro en estas cuestiones,se topa con un controvertido estado de lógica confusión y cierto desconcierto, donde hormonas y neuronas se destrozan y se besan compitiendo por su lugar.Hoy,cualquier adulto(que realmente haya madurado),individualmente, tiene la capacidad de analizar los aciertos y los errores cometidos en su adolescencia y eso es gracias a su razonamiento. A mi me gusta a veces salir de la individualidad,elevarme un poco, y ver a la humanidad com si fuese una persona,y me fascina este momento porque lo veo como que esta persona está a punto de crecer, de pasar la etapa característicamente confusa y algo torpe de la adolescencia.Ya va a dejar atrás las fantasías inútiles que sirvieron en la niñez y va a quedarse con las útles, como las que le hacen llegar a la luna. Va dejar atrás tambien el miedo a los fantasmas,dejar de pedir regalos a papá noel y vivr llorando de rodillas cuando se porta mal, va a empezar a tener confianza en sí misma,con la mejor herramienta que tiene, su cerebro. El cerebro de la humanidad es la ciencia y es el momento de empezar a tomer conciencia de ello, cada científica o científico es como una neurona, los que nos dedicamos a otra cosa cumplimos otras funciones, pero tenemos que estar atentos a lo que indica la ciencia y brindar todo nuestro apoyo por más que acierte o a veces se equivoque, es lo que permite nuestro desarrollo y sano crecimiento.No sea cosa que a este fulano lo sorprenda una depresión como la que lo torturaba en su adolescencia media,se profundice y lo lleve a pegarse un tiro en la frente sumergiéndolo para siempre en una eterna y definitiva oscuridad absoluta. Es nuestro momento de crecer y ponernos a trabajar en conjunto con el mismo objetivo, experimentando,descubriendo, aprendiendo y regocijándonos de ello, por lo menos, hasta que el cuerpo aguante.

    saludos!!

  8. Fabrizio says

    Con lo buena que era la idea de Cultura 3.0 y la están echando a perder con su fijación con la socialdemocracia para aquí y socialdemocracioa para allá (ya cansa el sr. Espada). ¿Es que ni tan siquiera aquí puede haber un espacio libre de política? (bueno, de politiqueo, que es lo malo).

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