Ayer, por televisión, en La1. Denuncia por el supuesto caos del mercado de la superchería. Los indicadores: tan peregrinos como que los videntes pueden cobrar por un trabajillo hasta 250 euros. Parece que lo denunciable es su precio excesivo, no la venta de superstición en un país del SXXI. Y no hay ninguna televisión que evite dejar en el aire un abiertodemente y pachouliano «algo puede haber». Yo no he visto jamás un tratamiento decididamente escéptico y sarcástico de la cuestión en los noticiarios de ningún canal.
Y, sí, terminaron con aquello de que, con este jaleo, prosperan «los falsos videntes». Así que desde la televisión se cultiva la enfermedad y su falsa curación. Para que no decaiga, que este mundillo le da alegría a la programación.
Publicado en 6 octubre, 2008