La distinción entre izquierda y derecha política es un fenómeno histórico muy reciente, no anterior a la revolución francesa. Como es sabido el origen de los términos es puramente topográfico, teniendo que ver con la posición que ocupaban los diputados franceses en la Asamblea de 1789 durante el debate acerca del veto regio: “a la izquierda del presidente se situaron los jacobinos y los diputados no realistas, y a la derecha los fuldenses”.
Sin embargo, sería un error deducir que la distinción entre la orientación política de izquierdas o derechas, o entre “progresistas” y “conservadores”, es puramente una arbitrariedad histórica. De acuerdo con el resumen del antropólogo político Avi Tuschman hasta el 80% de las personas encuestadas en todo el mundo, entre 1981 y 2008, se identifican a sí mismos como progresistas o conservadores. Son una minoría quienes tienen dudas para situarse a un lado u otro del espectro político.
Aquí hablamos de los estudios de gemelos que últimamente corroboran la asociación entre ideología y biología. Según los resultados del trabajo publicado en Political psychology, basado en una muestra de 8000 gemelos, los factores genéticos podríán explicar más de la mitad de las diferencias en ideología política.
Otro estudio, publicado ahora en Behavorial genetics, presenta nuevas evidencias de que las inclinaciones políticas generales son realmente heredables, basándose en una muestra de 12.000 gemelos en varios países “democráticos”.
Los autores alertan sobre los escollos ideológicos o paradigmáticos con los que se enfrentan sus conclusiones. Esto es así porque la genopolítica, el estudio de las bases genéticas del comportamiento politico, cuestiona los presupuestos comunes del construccionismo social y de la “tabla rasa”: “La idea de un modelo genéticamente informado de las actitudes y la ideología, entendidos como disposiciones psicológicas que guían la conducta, independientemente y en interacción con fuerzas sociales, presenta un desafío fundamental a los paradigmas dominantes de elección racional y ciencia social conductual”.
Para corroborar la asociación entre genes y actitudes politicas los autores han hecho básicamente dos cosas: ampliar las muestras y llevar a cabo nuevos análisis basados en todo el genoma. Los estudios de asociación del genoma completo (siglas en ingles, GWAS, genome-wide association study” analizan “la variación la variación genética a lo largo de todo el genoma humano con el objetivo de identificar su asociación a un rasgo observable”. En este caso, las inclinaciones políticas.
Empleando este método, los autores descubrieron que “los factores genéticos son responsables de una cantidad significativa de variación en las diferencias individuales en ideología a lo largo del tiempo, el lugar, las medidas y la población”. Como siempre que ocurre con rasgos conductuales tan endiabladamente complejos como la variación en preferencias políticas, estos estudios no son capaces de identificar un sólo gen o unos pocos genes responsables de la variación: “las evidencias combinadas sugieren que la ideología política consitutuye un aspecto fundamental de la disposición psicólogica de cada cual, pero como propuso Fisher hace tiempo, las influencias genéticas en rasgos complejos están compuestas por miles de marcadores de sólo pequeños efectos, y se requerirán muestras extraordinariamente grandes con la suficiente capacidad para identificar los polimorfismos específicos relacionados con rasgos sociales complejos.”
si la ideología política se heredara algunos representantes políticos españoles, tanto actuales como de hace algún tiempo, no estarían en los partidos en los que están. Elena Valenciano, Jose María Aznar, Xabier Arzalluz y Arantza Quiroga son claros ejemplos de no haber seguido la ideología política de sus ascendientes. El padre de Elena Valenciano, de UCD, el abuelo de Jose María Aznar, del PNV, la madre de Arantza Quiroga, del PNV, el padre de Xabier Arzalluz, claro partidario del franquismo.
Más llamativo todavía resulta que el electorado del Partido Comunista francés se esté pasando en masa al partido de Marine Le Pen.
O la alta volatilidad de esa herencia en un caso como el del crecimiento exponencial del independentismo catalán en los últimos años.
«un caso como el del crecimiento exponencial del independentismo catalán en los últimos años»
Cierto, Emilio. El caso que mencionas demuestra la enorme influencia del entorno en las actitudes políticas de la gente. En Cataluña, desde la llegada de la democracia, tanto las escuelas como los medios de comunicación han fomentado sistemáticamente la reaccionaria obsesión identitaria. Y todo ello ha ocurrido no solo con la complicidad irresponsable del PP sino especialmente con la del PSOE y la de IU.
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¿Y cómo se explicaría el cambio de ideología en la edad madura? ¿Adaptación al entorno? No conozco un hombre sano intelectualmente que no haya sido de izquierdas en su chavalería y haya acabado siendo un buen liberal. No acabo de ver el papel de ningún gen en esta determinación consciente.
Atreviéndome a reflexionar sobre este asunto, me resulta difícil discernir entre una corriente científica predominantemente genética y una puramente social. Si el evolucionismo de Darwin nos enseño con su estudio de los especies que los pinzones de las islas galápagos, compartiendo una misma fuente biológica, se adaptaron al medio ambiente creando nuevas especies de pinzones, entonces podemos considerar que la base genética de estos seres vivos, es lo suficientemente flexible como para modificarse y especializarse, con el objeto practico de satisfacer sus necesidades biológicas, léase alimentación imprescindible para la supervivencia de cualquier organismo vivo, en base a esto la genética de los organismos debe ser adaptable y suficientemente inestable como para cambiar según las necesidades del propio organismo, aunque el proceso de adaptación sea completamente aleatorio y fortuito, es decir, sin ningún atisbo de conciencia. Esto explicaría el porqué, la cantidad de especies desaparecidas o extintas por falta de adaptación sea muy superior a la cantidad de especies que han sobrevivido con éxito, incluyendo al hombre.
Si la genética está sometida a un proceso de permanente adaptación, aleatorio e inestable y el comportamiento humano está regido por la genética, el determinismo genético no sería tal, no sería un planteamiento rígido, sería susceptible de cambios.
Bajo mi punto de vista, para sobrevivir como individuos y como especie, los seres humanos requieren de información y esa información solo se obtiene de la capacidad de interpretación que hace el ser humano del medio que le circunda, natural o social y que a su vez comparte con el resto de sus congéneres, información que debe ser procesada, interiorizada y aprendida. Surgiendo así un estado de conciencia, de capacidad de decisión o de libre albedrio, que le permite al individuo discriminar si esa información le puede ser de utilidad o no para su supervivencia. Que la herramienta, el cerebro, nos lo da le genética, si, pero que la plasticidad del cerebro humano es tal que puede modificarse a sí mismo atreves del pensamiento y experiencia, también.
En relación con lo que dices Eugenio, si concedemos que el medio juega algún papel en lo que vayamos a ser y hacer y entendemos que buena parte de nuestro medio es un medio social creado por nosotros mismos, habrá que concluir que hay un cierto margen para la voluntad y la iniciativa.
Pretender que lo que ha pasado en los últimos años con los derechos de las mujeres y las transformaciones sociales que en relación al papel de los sexos en la sociedad estaban determinados biológicamente, a mi modo de ver resulta completamente inasumible y me gustaría en cualquier caso que alguien que no lo vea así me lo explicase.
leí en el libro «psicología del mexicano en el trabajo» y menciona que son cuatro los factores para determinar la personalidad del individuo:
La herencia genética, la cultura (lo que aprendemos en los entornos sociales), las experiencias de vida personales y el libre albedrío. Desde mi punto de vista todos cambian. ¿Cuál será el más determinante? Además, falta el cambio de edad. Es complejo y fascinante el tema y sirve para no desesperarse tanto en mi caso.