Querido J:
Parece ser que Borges leía la Enciclopedia Británica cuando quería leer algo importante. Por mi parte, incrustado en mi contexto fatal, yo he dedicado muchas horas a la lectura de la Gran Enciclopèdia Catalana, un hermoso proyecto del antifranquismo nacionalista que ya se ofrece gratis en la red. Puedes imaginarte que he pasado días maravillosos, de un raro entretenimiento entomológico. Yo quisiera que de esta Enciclopedia no cambiara una sola coma. Nunca he sido partidario del derribo político de monumentos ni de estatuas ecuestres. Mucho menos de maquillarlas, como hizo el entonces alcalde Narcís Serra con el monumento a la Falange de Barcelona. El maquillaje es un caso flagrante de apropiación indebida: las autoridades pueden condenar pero no deben robar. De ahí que me preocupara enormemente la noticia que sobre la Enciclopedia y sobre sí mismo publicaba hace unos días este periódico donde te echo las cartas. Después de constatar que en los volúmenes digitalizados no figuraba ninguna referencia a la edición catalana de El Mundo, el periódico escribía: “El equipo encargado de actualizar la información de L’Enciclopèdia demostró ayer su rapidez; no tanto su eficacia. Hasta primera hora de la tarde, la web recogía que EL MUNDO prescindió de su edición catalana en 2004. Corrigió el error para estropearlo aún más: atribuyó el diario a Recoletos, cuando siempre ha pertenecido a Unidad Editorial. Este es un extracto de la entrada: «Diario fundado en 1989 en Madrid, donde tiene la sede, por Alfonso de Salas y Pedro J. Ramírez (…) Se caracteriza por su periodismo agresivo, vinculado a opciones políticas de un acentuado españolismo próximo al PP». Era maravilloso. Comprendo que Àlex Salmon, el director de la edición catalana, se quejara, pero era puramente maravilloso y era lo que se esperaba que la Enciclopedia dijera del periódico. Hoy, plácida mañana del viernes que te escribo, constato apesadumbrado que las protestas del director han surtido efecto, porque la Enciclopedia ha vuelto a corregirse: “Dirigido desde el comienzo por Ramírez se caracteriza por su periodismo agresivo”. Y punto. Otra protesta más y la entrada del periódico tendrá al fin un carácter enciclopédico, científico y vulgar.No deberíamos permitirlo. Los que hemos disfrutado con el concepto ensoñado, quimérico, de una enciclopedia completamente desinteresada en la descripción de lo real y empeñada obstinadamente en la manufactura mítica de un mundo, no debiéramos permitir que la facilidad digital lo desfigurara. Creo que estarás de acuerdo conmigo. Y así, para dar ejemplo y “salvar els mots”, me voy a permitir transcribirte algunas de las curiosidades que aún pueden hallarse allí, sin costosa búsqueda, antes de que llegue el dígito palimpsesto arrasador. Comprenderás que empiece por charnego: “Persona de lengua castellana residente en Cataluña y no adaptada lingüísticamente a su nuevo país”. No te dejes deslumbrar por lo obvio, ni caigas en el error (inmoral) de pensar en lo nazi. No, inadaptado cabe vincularlo estrictamente a la minusvalía. Por ejemplo: “Esta persona no está adaptada a los museos de movilidad reducida.” En cuanto a la voz asociada flamenco, observa qué delicia misteriosa: “Dicho de las cosas andaluzas que se parecen a las de los gitanos”. Comprenderás también que entre las primeras pesquisas que hice estuviera la voz nación. Sinceramente creo que este texto fundacional fue redactado por el Muñidor, aquel personaje decisivo, complejo, irremediable que nos redactó la versión original, la catalana catalana del nuevo Estatuto de Autonomía. Apártate que viene: “Comunidad de individuos a los que unos vínculos determinados, pero diversificables, básicamente culturales y de estructura económica, con una historia común, dan una fisonomía propia, diferenciada y diferenciadora, y una voluntad de organización y proyección autónoma que, al límite, los lleva a quererse dotar de instituciones políticas propias hasta convertirse en Estado.” ¡Determinados pero diversificables! ¡Diferenciada y diferenciadora! Siempre armado de sus fórceps el impagable homúnculo. Sobre comparar “catalanismo” y “españolismo” ya hemos hablado otras veces. Lo primero es una caricia y lo segundo un insulto: la asimetría fundamental de Cataluña.
Lamentaría ponerme grave. Tómalo como una mueca pasajera. En la voz Terra Lliure no aparece “terrorismo” ni ninguno de sus derivados. No aparecen sus crímenes. El comienzo de la definición es calcado al de ETA: “Organización revolucionaria catalana clandestina.” Comprueba en qué manos ha quedado la revolución. Los crímenes. No busques el nombre de José María Bultó. Fue un potente empresario catalán. Fue asesinado por un comando nacionalista, mediante la implantación de una bomba en el pecho. La Enciclopedia no considera que sean razones suficientes para deslizar unas líneas entre cuna y tumba. Menos mal que sí recoge la entrada de uno de sus asesinos y esto es un gran bien, porque aunque se trate de una vía indirecta lo que importa es lo que importa. Aunque, ciertamente, sea incoherente que la voz del asesino no entre por lo más importante que hizo en su vida, que fue matar a José María Bultó, sino por haber redactado poemas y artículos de sardanas, y haber ejercido de corrector de catalán y periodista. Ahí la Enciclopedia ha fallado.
Como bien sabes, hace algunos años escribí con el periodista Jaume Boix una biografía de Juan Antonio Samaranch que se copió tanto y de maneras tan diversas que nunca le hizo falta venderse. Esto ha ocasionado en mí el síndrome del biógrafo, que consiste en la atención por su biografiado, eternamente y en cualquier circunstancia. Así fue el nombre de mi Samaranch el primero que busqué en la página. No me sorprendió la extrema parquedad, aunque sí lamenté, ya puestos, que la Enciclopedia no copiara ni la contraportada de la biografía. Pensé en algún nombre con el que pudiera comparar las 124 palabras que la Enciclopedia le dedica, meritorio ejercicio de síntesis si se tiene en cuenta que la Británica necesita 425. Se me ocurrió, de repente, el de Miguel Iceta, el portavoz de los socialistas catalanes. No tengo la menor idea del camino por el que llegué a una asociación semejante, si es que de una asociación se trata. Tal vez porque era una comparación absurda, irrisoria, entre un hombre de 88 años y otro con cuarenta menos; entre una persona conocida en todo el mundo, que ha ocupado cargos notables y otra cuyo lugar es la política regional y sus responsabilidades, partidistas. Como era tan absurdo era lo que buscaba: Miquel Iceta, Dios lo perdone, dio más palabras (157) que Juan Antonio Samaranch. Antes de que te canses una última constatación inesperada. La enciclopedia es sexista. Mira lo que dice… (ajajá otra vez el síndrome) de pederasta: “Hombre que practica la pederastia”. Hay que llamar de inmediato a las jóvenas.
El señor Juan Antonio Millán, que tiene un interesante blog sobre el libro y sus futuros, se lamenta en un post reciente que la versión digital de la Enciclopedia no tenga links externos ni haya previsto cómo gestionar las aportaciones de los usuarios. Propone modernidad on line. Y cambiar el modelo de negocio. Estos técnicos, que otorgan una inesperada dignidad a lo grotesco. Links, dice. Acabarán matándola con tanta ventilación. No vayamos a permitirlo.
Sigue con salud
A