por Antón Uriarte en http://antonuriarte.blogspot.com
Publicó Nature el 29 de agosto un artículo en el que 63 firmantes (!) se apuntan el tanto de reconocer, de forma indirecta y disimulada en un título casi esotérico, que es probable que la variación de los rayos cósmicos que entran en la atmósfera tengan su importancia en la formación de las nubes y por lo tanto en la variación de la nubosidad total y en la evolución del clima. O sea que no es sólo el CO2 lo que ha podido ocasionar la ligera variación climática del siglo XX.
Con este artículo, la teoría de Svensmark, tan denostada durante años por la chulería de la ciencia oficial, ha marcado un punto en campo contrario.
Ya escribí sobre esto hace más de tres años : co2: Nubes y radiación cósmica
Los rayos cósmicos, como la actividad solar, son poco populares por una razón: no tienen nada que ver con nuestra actividad, de modo que no se le puede sacar mucho partido político al asunto. Escapan por completo de nuestra responsabilidad.
Si llegara a quedar claro que las variaciones del clima dependen de esos factores, y no de factores humanos, sería una desilusión tremenda para mucha gente. También dejarían de fluir fondos a tutiplén para investigaciones o iniciativas públicas relacionadas con el tema.
1.- En el artículo enlazado de Nature no mencionan el cambio climático.
2.- Su comentario «O sea que no es sólo el CO2 lo que ha podido ocasionar la ligera variación climática del siglo XX» no es mencionado en el artículo de referencia y nada tiene que ver con él en cuanto a una relación directa causa-efecto.
3.- Su comentario «ligera variación climática del siglo XX» es subjetivo y para nada científico, no se ajusta a la verdad además de tendencioso.