Tercera Cultura
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Periodismo 3C

La Universidad Internacional Valenciana (VIU) convocó en el Centro Cultural de la Fundación Bancaja, una conferencia del periodista Arcadi Espada, que con el título ‘Periodismo 3C‘, trató sobre la denominada Tercera Cultura, una corriente que busca tender puentes entre la ciencia y las humanidades.

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  1. En efecto, es agotador constatar un día sí y otro también, al leer la prensa, que la gran mayoría de los analistas insisten en explicar cualquier cosa recurriendo a tópicos de psicología/ sociología barata, o simple y llanamente a las consignas interpretativas de uno u otro partido. La posible influencia de los determinantes físicos, en el más amplio sentido de esta palabra, brilla por su ausencia. En parte, sí, porque la mayoría de los periodistas son «de letras», pero no es solo eso, no. Creo que en el fondo lo que hay es mucho miedo a sacar a la luz explicaciones incómodas. Miedo a no saber cómo manejarlas por ignorar conceptos básicos de ciencia, y miedo a las repercusiones que eso pueda tener en la propia trayectoria profesional en un medio tremendamente hostil a las explicaciones -como dicen despectivamente- «biologistas».
    La resistencia a reconocer el peso del azar en la vida viene a ser un síntoma de lo mismo, esto es, de miedo a comprobar que mucho de lo que ocurre a nuestro alrededor escapa a nuestro control: esa construcción de nuestro imaginario llamada «libre albedrío» transita por el filo de la navaja entre el determinismo biológico por un lado y el azar por el otro, y el ser humano en general -no solo los periodistas- huye del primero como de la peste y camufla lo segundo con explicaciones disparatadas. Pese a ser el aspecto más abordado en las preguntas que se le formularon al señor Espada, no creo que la generalizada afición a inyectar sentido continuamente en la vida (algo que ya comenté hace años en un escrito extenso que colgué en la web, «Metabolismo social de la incertidumbre») deba considerarse el principal rasgo distintivo del periodismo 3C. En primer lugar porque, como ya he señalado, el delito de hipersemia no es exclusivo de los periodistas, y en segundo lugar, porque si así fuera nos bastaría identificar 3C con nihilismo, y no se trata de eso.
    Creo que la 3C cobra todo su valor cuando demuestra que es una «idea peligrosa», cuando entra en contacto con la realidad política. No hay que caer en la complacencia por haberla dado a conocer al público hispanohablante como una adaptación de Edge, no hay que contentarse con señalar periódicamente curiosas coincidencias -metáforas- entre fenómenos naturales y fenómenos sociales, o entre la ciencia y el arte, no hay que contentarse con lograr que los científicos y la ciencia ocupen más páginas en la prensa (contigüidad no significa interrelación, eso es solo periodismo científico, no 3C)… No, hay que atreverse a ir de la mano de la ciencia hasta donde nos lleve en el terreno minado de la política.
    Durante un tiempo, paralelamente a algunas colaboraciones en una revista de pensamiento, enviaba con cierta frecuencia cartas al director a diversos diarios, hasta que un día tuve que admitir que mi perspectiva 3C se había vuelto incómoda: no había manera de que me publicaran una maldita carta, hasta tal punto eran «extrañas» y «excesivas» mis opiniones. Entre eso y me pereza habitual para limar al 100% los artículos, decidí largarme al ciberespacio. Y ahí es donde, sin yo saberlo, resulta que llevo practicando periodismo 3C desde hace ya varios años, con plena libertad (y con escasos lectores, todo sea dicho). Yo no lo llamaba periodismo, sino crítica: C3C. La libertad, el anonimato, el hecho de haber leído decenas y decenas de libros 3C (la mayoría no traducidos al español, por supuesto) y de filosofía, todo ello es consustancial a la génesis de la mayoría de los textos presentados en http://www.c3c.es.
    La verdad, creo que los periodistas 3C han de ser científicos con un buen bagaje filosófico, sencillamente porque la filosofía es la mejor interfaz posible para relacionar los conceptos abstractos de la ciencia con la materia bruta y desordenada de la realidad política y socioeconómica (o sea, sí, un poquito de sentido hay que inyectar para contrarrestar el «sentido» común). El problema es que los científicos temen perder prestigio hundiendo sus manos cristalinas de investigador en las aguas cloacales de la política, y por otra parte son raros los no científicos que logran ver en la ciencia algo más que una fuente de metáforas y anécdotas curiosas. Por ahí en medio se logran colar algunos esfuerzos divulgativos a lo Punset, pero prefiero pensar que podemos aspirar a algo mejor.
    Por último, el rechazo de Arcadi Espada a las «plantillas», a los «arquetipos», como recurso facilón de periodista perezoso guarda un paralelismo evidente con el rechazo de UPyD (el lector que me haya seguido comprenderá que no necesito excusarme por mencionar este partido) a los «paquetes de consignas» sin fisuras que conforman el ideario de los partidos políticos, de ahí la transversalidad de esa formación. No es de extrañar, por tanto, el solapamiento existente entre los fundadores de 3C y algunos de los militantes y simpatizantes más conocidos de UPyD. Lo llamativo es que ese hecho, que en principio debería facilitar la utilización del arsenal 3C en el terreno de la política (española), parece estar actuando en sentido contrario, por mor quizá de una muy sobrevalorada separación del mundo de los hechos y el mundo de la ética, de los valores. Pero es que, precisamente, la marca 3C consiste en tender puentes interdisciplinares de ese tipo. Si no se supera esa contradicción de partida, el periodismo 3C será solo periodismo científico, practicado con el máximo rigor tal vez, pero aséptico, políticamente correcto, inobjetable como la vida misma.

    Saludos.

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