Tercera Cultura
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Marte: cuna de la vida

Nuevos datos apoyan que la vida terrestre se originó en Marte

En «El origen de las especies», Darwin apunta que todos los seres vivos de la Tierra proceden de un único organismo que se habría creado en un «charco caliente»; poco hemos avanzado desde entonces sobre cuál fue el proceso que dio origen a la vida. Sí lo hemos hecho en conocer el cuándo y el dónde.

Marte: cuna de la vidaA ese primer organismo se le suele llamar LUCA –Last Universal Common Ancestor: Último Antepasado Común Universal–. Hoy en día conocemos los genomas de suficientes bacterias y arqueobacterias como para poder aplicar los «relojes moleculares genéticos» y al hacerlo nos llevamos una sorpresa: LUCA apareció hace unos cuatro mil millones de años, cuando la Tierra todavía no era un lugar apto para la vida: demasiado calor y demasiados meteoritos bombardeándola. Sin embargo, Marte, por ser más pequeño, ya se había enfriado y en esa fecha tenía unas características que le hacían idóneo para ser la cuna de la vida. Al ser su gravedad menor sufrió menos bombardeos de meteoritos.

En 1952 los investigadores Miller y Urey hicieron el famoso experimento de hacer saltar chispas en un matraz que contenía los gases que se creía que había en la Tierra primitiva y obtuvieron una sustancia marrón –una especie de alquitrán– formado por moléculas orgánicas, muchas de las cuales eran los «ladrillos de la vida». Fue un momento de euforia. «Si tenemos los ladrillos, en muy poco tiempo obtendremos el edificio completo: la vida». Sin embargo, pese a los muchos esfuerzos realizados, es imposible ir más allá de la fase «alquitrán».

La última semana de agosto tuvo lugar la conferencia Goldschmidt y en ella el profesor Steven Benner explicó que para salir de la trampa del alquitrán lo que se necesita es óxido de molibdeno y alta concentración de boro. Pero en la Tierra, cuando ocurrió el origen de la vida, no había oxígeno por lo que no podía haber molibdeno oxidado y al estar cubierta de agua el boro no podía concentrase. En cambio en Marte había oxígeno y menos agua por lo que podía oxidarse el molibdeno y concentrase el boro.

La vida pudo originarse y evolucionar en Marte y posteriormente, ya bastante madura, viajar a la Tierra a bordo de un meteorito similar a alguno de los veinte que hemos confirmado como marcianos, entre ellos el famoso ALH 84001 recuperado en la Antártida y que puede tener restos de bacterias marcianas.

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