Ciencias sociales, Tercera Cultura
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Jonathan Haidt abre una «universidad heterodoxa»

El psicólogo social Jonathan Haidt, conocido por sus charlas TED, estudioso de la mentalidad conservadora y autor de The righteous mind (2012), ha abierto una “universidad heterodoxa” en internet con la misión de “incrementar la diversidad de puntos de vista en la universidad, especialmente en las ciencias sociales”. Se trata esencialmente de una página web con distintos recursos educativos a través de la que es sencillo acceder a las publicaciones más relevantes del campo.

HaidtHaidt y sus colegas han llamado la atención en los últimos años sobre el sesgo ideológico abrumadoramente favorable a la izquierda en las ciencias sociales (resumen en Duarte et al., 2015). Las humanidades cultivan realmente una “monocultura” de izquierdas. Mientras que en algunas áreas de conocimiento como la informática, los negocios o las ingenierías existe un equilibrio entre las personas que se identifican con la izquierda y la derecha, la situación es muy diferente en las humanidades. Según encuestas, hasta el 66% de los profesores de ciencias sociales en Estados Unidos se identifican como “progresistas”, mientras que los que se identifican como “conservadores” apenas llegan al 8%. Esta tendencia está incluso incrementándose en los últimos años. Un desequilibrio ideológico que contrasta con la ferviente promoción del valor de la “diversidad” en el mundo académico y cultural del siglo XXI.

 

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Fuente. Stephen Harper y Psychology Today

 

Lee Jussim ha resumido en su blog de Psychology Today el caso a favor de la “diversidad política” en la ciencia.

¿Cómo podría mejorar la calidad científica un mayor equilibrio ideológico entre “progresistas” y “conservadores”? Un caso concreto es la extendida opinión de que los “estereotipos” sociales son incorrectos e inadecuados. Irónicamente para un área de la psicología que sufre una devastadora crisis de replicabilidad, “la corrección de los estereotipos es uno de los efectos más y mejor replicados en la psicología social”. El propio Jussim tiene posts indispensables como este analizando este aspecto particular. Otro es el estudio de los prejuicios, hasta ahora dirigido casi en exclusiva a examinar los prejuicios ideológicamente conservadores “en contra de grupos que se identifican con la izquierda o la izquierda considera protegidos (minorías étnicas, mujeres, homosexuales)». Algunos estudios provisionales sobre, pongamos por caso la asociación entre intolerancia e ideología, arrojan ya resultados al menos sorprendentes. Pero sacar conclusiones más sólidas probablemente dependerá de que el objetivo de Haidt y sus compañeros se cumpla y la ciencia social deje de ser un “club de izquierdas”.

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