Tercera Cultura
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Haboob. Tormentas de polvo

Autores: Equipo de divulgación científica de Eureka!

Fénix bajo la tormenta de polvo

1. Fénix bajo la tormenta de polvo. Autor encanto-sunland/Flickr. Attribution-NonCommercial 2.0 Generic (CC BY-NC 2.0)

El día 5 de julio del presente año hubo una gran . Muchos medios de comunicación de nuestro país se hicieron eco de aquella tormenta que cubrió toda la ciudad, desde las piscinas a los tejados, de una capa de polvo.

Los estadounidenses a estos fenómenos los llaman «haboob». La verdad es que no se trata de un hecho demasiado extraño; por ejemplo, en los últimos diez años ha habido más de 100 tormentas de polvo en el estado de Arizona. Aunque es cierto que el del 5 de julio ha sido la más grande de los últimos 30 años.

Pero si nos vamos de Arizona veremos que estas tormentas son bastante frecuentes en varios de los desiertos más conocidos del mundo: Sahara, Gobi, Taklamakán y en la pampa seca de Argentina. Uno de los autores del presente trabajo sufrió una de esas tormentas de arena en el desierto del Sahara y la verdad es que no es nada agradable. Estando dentro de un hotel, con puertas y ventanas cerradas y con sábanas tapando la cabeza, cuando la tormenta acabó, tenía polvo en todas partes incluyendo la nariz y la boca, de modo que al intentar masticar la sensación era sumamente desagradable. Es increíble cómo el polvo penetra en todas partes.

Las imágenes de la tormenta de Fénix son bastante impresionantes, un muro de polvo avanza hacia la ciudad. Cuando llega a las calles, la visibilidad es prácticamente cero, por lo que todo tráfico debe cesar. De acuerdo con la oficina de Fénix del servicio meteorológico nacional de Estados Unidos, los vientos alcanzaron los 110 km/h. Los datos de radar sugieren que la tormenta de polvo viajó unos 240 km y el polvo llegó a los 1 800 m de altura. El frente principal cubría 160 km. Era tan grande que fue perfectamente captado por las cámaras de diversos satélites artificiales.

La razón de este «haboob» fue una fuerte tormenta de agua y truenos que se produjo al este de Tucson. Resulta que esta última ciudad está a unos 460 m por encima de Fénix. La tormenta produjo vientos de más de 70 km/h. Entre las dos ciudades hay una distancia de 194 km y entre ellas hay una especie de «tazón» de polvo. Desde el final del último verano este «tazón» ha recibido menos de la mitad de la lluvia que es normal en la zona por lo que estaba realmente seco. Tormenta de agua en Tucson, vientos a alta velocidad, polvo muy seco entre ambas ciudades… la tormenta que colapsa sobre el desierto,… la tormenta de polvo estaba servida. Muchos árboles fueron arrancados; el tráfico, para evitar colisiones en cadena, disminuyó de velocidad hasta pararse; no se permitió el vuelo de aviones,…

Por muy llamativas que sean las fotos de Fénix, la tormenta no era nada comparada con las habituales en los grandes desiertos. En Euskadi recibimos polvo del Sahara, que  también es capaz de cruzar el océano Atlántico y llegar a tierras americanas. Y, aunque parezca mentira, las tormentas de polvo de China pueden ir hacia el este, cruzar el Océano Pacífico y llegar a América.

En los lugares donde se produce la tormenta, normalmente los nutrientes orgánicos son menos pesados y están en la parte alta del terreno, por lo que estas tormentas arrastran esa capa y hace que disminuya la fertilidad de los suelos. Además, el efecto abrasivo del polvo daña a las plantas jóvenes y disminuye la producción.  Pero en la zona receptora el efecto es el contrario, por ejemplo, el polvo del Sahara, alimenta de nutrientes a Centroamérica y Sudamérica; el océano que suele ser pobre en hierro aumenta su proporción y también se hace más fértil; en Hawái aumenta la productividad agrícola. En Estados Unidos y en China antiguos depósitos de tormentas de polvo que se llaman loess son suelos muy fértiles.

Tormentas de polvo en Marte

Las tormentas de polvo no solo se dan en la Tierra, también se dan en Marte. La mayor parte de las veces son tormentas «regionales» que se pueden ver desde la Tierra pero que no cubren todo el planeta. Pero de vez en cuando varias de esas tormentas regionales se unen y en muy poco tiempo cubren todo el planeta. Desde 1877 se han detectado diez de esas tormentas globales en nuestro vecino planeta.

En la imagen podemos ver a la izquierda Marte en julio de 2001 sin tormenta de polvo; a la derecha podemos ver la misma zona de Marte pero ahora en septiembre, con una tormenta de polvo. Todos los detalles que se veían muy bien en julio, han desaparecido, debido al polvo, en septiembre.

La atmósfera de Marte es mucho menos densa que la de la Tierra –tan solo el 1% de la densidad de la atmósfera terrestre al nivel del mar–. A diferencia de la Tierra, el único motor de estas tormentas es el calor del Sol que mueve su atmósfera. Como la densidad es muy pequeña tan solo se elevan partículas muy finas, no mayores que el humo de una barrita de incienso.

Tormentas de polvo en Marte

2. Dos fotos de Marte, la de la izquierda de junio de 2001; la de la derecha de septiembre del mismo año. La tormenta de polvo que cubre el planeta hace que no se aprecien los detalles del planeta. Foto gentileza de NASA/JPL/Malin Space Science Systems.

Visualizar el rayo láser

Si con un puntero láser apuntamos a una pared, veremos el punto luminoso en la misma, pero no vemos la trayectoria que sigue. Para poder verla te proponemos un experimento muy sencillo. Necesitas una botella de vidrio, una barrita de incienso y un puntero láser.

Visualizar el rayo láser

3. Rayo láser a través de un recipiente de cristal en el que se hay humo de incienso. Foto de eureka! Licencia CC BY-NC 2.0 (Se puede utilizar mencionando su procedencia)

Enciendes la barrita de incienso –que ya sabes que produce unas partículas de un tamaño similar al de las tormentas de polvo de Marte– y la mantienes vertical con la parte encendida hacia arriba. Coges la botella y puesta boca abajo haces que entre en ella el humo del incienso. Esperas un poco para que la botella se llene de humo; entonces enciendes el puntero láser y apuntas dentro de la botella. Verás que su trayectoria se ve perfectamente pues al chocar la luz del láser con las partículas de polvo se refleja en todas direcciones y llega a nuestros ojos.

Nosotros lo hemos hecho con un matraz y con un láser de color verde; pero funciona aproximadamente igual con cualquier botella de vidrio transparente y un puntero láser de color rojo.

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