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¿Es hostil a los niños la vida en la ciudad?

¿Cuánto importa el derecho a reproducirse? Pronto lo averigüaremos. Las ciudades más avanzadas, como Singapur, Hong Kong y Nueva York ahora son tan hostiles a la crianza de los niños que muchas mujeres han dejado de casarse o tener niños.

Anuradha Shroff, una investigadora del Civil Service College de Singapur describe un entorno social en el que resulta preferible permanecer soltero y evitar tener niños. En su lugar, muchas de las jóvenes mujeres de Singapur mantienen amistades a través de redes electrónicas más que a través de sus familias. Se preocupan por sus carreras y por el éxito material excluyendo tener niños.

Una carta a las mujeres de Singapur

Singapur

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De acuerdo con Shroff (1, p. 17), “El coste de la vida, los altos costos de la educación, la incertidumbre sobre la economía y la norma de que las mujeres deben hacer juegos malabares para aunar familia y trabajo son razones por las que demoras el matrimonio o no tienes niños.Parece como si se haya creado un ecosistema en el que vivir sin niños es la opción preferida.”

En otras palabras, no es que las mujeres estén escogiendo no tener hijos sino que se ven abocadas a no tenerlos debido a las duras realidades económicas.

Es interesante que la propia Shroff esté casada y tenga tres niños, aunque con una considerable merma en los costos financieros y otras responsabilidades de la paternidad.

Un ecosistema hostil a la crianza de los niños

Como uno de los estados más desarrollados del mundo, Singapur posee un coste extremadamente alto de vida. Parte del problema es que se trata de una ciudad densamente poblada donde la competencia sobre los bienes inmuebles ha hecho que los precios de las casas aumenten hasta niveles astronómicos.

Como resultado de los altos costos de las viviendas, la educación, y virtualmente todo lo demás que implica criar a los niños, los gastos con los que se enfrentan los padres han convertido a los niños en un bien de lujo, en el sentido de que sólo pueden permitírselos los muy ricos o trabajadores extremadamente duros. De hecho, la factura de criar un niño hasta los 17 años es de 515.000 $, el doble de lo que cuesta criar un niño en los Estados Unidos (1).

A decir verdad, el gobierno de Singapur ofrece fuertes subsidios para impulsar la fertilidad (hasta 135.000 dólares americanos para los primeros 7 años de vida del niño). Aún así, esto sólo es un cuarto del coste de criar un niño y no posee demasiado impacto. La fertilidad actualmente sólo es la mitad de lo que sería preciso para mantener constante la población nativa. Es interesante que la fertilidad en los Estados Unidos sea el doble, reflejando los costos inferiores de criar a los niños.

Singapur es un caso extremo de los desafíos económicos de criar niños en países desarrollados. Las grandes sumas que requieren criar un niño en una ciudad moderna densamente poblada contrasta con los costos mucho más baratos de criar niños en sociedades agrícolas.

En el África subsahariana, las mujeres aún producen grandes familias pese a tener mínimos recursos monetarios. Las familias son ricas en términos de posesión de terrenos y en la capacidad de construir viviendas a partir de materiales baratos (o gratuitos) disponibles localmente. En lugar de ser un derroche monumental de los recursos familiares, los niños en realidad contribuyen a las casas proporcionando mano de obra gratuita, así como cuidados infantiles y otros deberes domésticos.

De hecho, muchas comunidades de granjeros igualan el número de niños en una casa con su auténtica riqueza. Esto está muy lejos de la ecología de las modernas ciudades como Singapur, donde los niños se perciben como una hemorragia financiera.

La incompatibilidad financiera de las ciudades modernas con la crianza de los niños es sólo un área donde la ecología de las ciudades resulta hostil a los jóvenes. También hay problemas con los crímenes, incluyendo el tráfico de niños, la pobre calidad del aire para los pulmones de los jóvenes que son particularmente sensibles y una estresante ausencia de lugares seguros para que jueguen los niños.


Referencia.
Kotkin, J. (2012). The rise of post-familialism. Singapore: Civil Service College. http://www.cscollege.gov.sg/Knowledge/Pages/The-Rise-of-Post-Fami…

 

Publicado por Nigel Barber en The Human Beast

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