La inteligencia general es un rasgo humano complejo, heredable entre generaciones, y que cumple la llamada “cuarta ley” de la genética de la conducta. Es decir, hay bastantes variantes genéticas responsables de las variaciones entre individuos y grupos. Sólo recientemente disponen los científicos de los instrumentos de análisis adecuados para identificar el origen de estas diferencias humanas tan importantes.
Ya se han publicado estudios de asociación de genoma completo evidenciando que las diferencias individuales en inteligencia se heredan (Davies, G., et al, 2012). Según Panizzon M.S et al. (2014) –resumido por Roberto Colom– la inteligencia es una estructura “claramente jerárquica en la que se identifica un factor general de orden superior (g) y una serie de capacidades o dominios aptitudinales más específicos. Ese factor g presenta una alta heredabilidad (86%)”
Según Charles Murray, para muchos controvertido autor de The bell curve, no tendremos que esperar ni una década antes de que la ciencia despeje definitivamente dudas sobre la base genética de las diferencias en capacidades cognitivas humanas, y otros muchos rasgos. Este programa de investigación es descrito como “un tren imparable”.
El genetista de poblaciones y conocido blogger científico Razib Kahn es de la misma opinión: “En los próximos cinco años los componentes genéticos de rasgos como la inteligencia finalmente serán caracterizados. No es especulación, sino un anticipo en base a la investigación que está llevándose a cabo”.
Derbyshire saca dos grandes conclusiones, si esta anticipación se cumple: la primera es que una genética de los rasgos humanos y de la inteligencia, capaz de identificar las variantes que tienen un mayor impacto, permitirá realmente crear “bebés a la carta”, o en el lado más sombrío, disponer del conocimiento para impedir que nazcan bebés con habilidades genéticas consideradas inferiores; la segunda, más divertida, es observar cómo reacciona la comunidad de intelectuales que han hecho largas carreras sosteniendo exactamente la posición contraria.
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