Siempre habíamos pensado que las excelentes pinturas rupestres de la cornisa cantábrica eran obra de nuestra especie –«Homo sapiens sapiens»–. A lo sumo admitíamos que ciertas siluetas de manos, artísticamente inferiores, eran obra de nuestros primos neandertales. La imagen que teníamos de los mismos era la de humanos con aspecto bruto, menos grácil que nosotros, y con menos inteligencia.
Sin embargo su capacidad craneal es mayor que la nuestra, por lo que asumir menor inteligencia no era nada más que una suposición autocomplaciente. En los últimos años esa imagen está cambiando. El aspecto robusto, una cara «hinchada» y unos arcos superciliares mucho más grandes que los nuestros son completamente ciertos; pero en lo que se refiere a su inteligencia la imagen se ha transformado.
Cada vez hay más pruebas de que eran muy inteligentes. Un estudio publicado el 15 de junio de 2012 en la prestigiosa revista «Science» da una vuelta de tuerca más a esta idea. El artículo está firmado entre otros por João Zilhão de la universidad de Barcelona y Alistair Pike de la Universidad de Bristol, Reino Unido.
El estudio analiza la edad de 50 pinturas en once cuevas españolas, utilizando modernas técnicas de datación radioactiva que permiten hacer los estudios con tan solo unos miligramos de material. La cueva del Castillo ha sido una de las estudiadas. Allí, entre otras muchas cosas, está el perfil de una mano, que se ha hecho soplando pintura roja a su alrededor y que se considera obra de los neandertales. No es la única pintura, también hay una especie de cerramientos rectangulares y muchos puntos rojos.
Los perfiles de manos han dado una edad de 37 000 años y algunos puntos tienen al menos 41 000 años, lo que es unos 10 000 años anteriores a las cuevas francesas que se consideran las más antiguas. Estas fechas obligan a replantearse la cuestión de la autoría: ¿sapiens o neandertales? Una posibilidad es que sea obra nuestra, de los sapiens, que podríamos haber llegado a Cantabria hace 41 000 años, pero deberíamos haberlo hecho siendo ya unos grandes artistas, con una gran tradición simbólica.
Posible pero extraño, pues se supone que el desarrollo del pensamiento simbólico y las habilidades artísticas necesitan un tiempo amplio para desarrollarse. La otra hipótesis es que los autores sean los neandertales que allí habitaban y con los que nuestros antepasados convivieron durante miles de años. Se necesitan más datos para confirmar o rechazar las hipótesis.