Tercera Cultura
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Juguetes viajeros

29 000 juguetes de plástico cayeron al mar y nos informaron de las corrientes oceánicas

Es muy conocida la historia de un buque mercante que en enero de 1992 salió de Hong Kong con destino a Estados Unidos. Tuvo una avería en mitad del océano Pacífico, cerca de la línea de cambio de fecha. Allí, los vientos le azotaron y balancearon hasta que unos pocos contenedores cayeron al agua.

29 000 juguetes de plástico cayeron al mar y nos informaron de las corrientes oceánicasUno de ellos llevaba 29 000 juguetes de baño infantiles flotadores; había patitos amarillos, tortugas azules, ranas verdes y castores rojos. El contenedor se abrió y una flotilla de 29 000 animalillos de plástico comenzaron una odisea que todavía continúa y que permitió a los científicos mejorar sus programas de simulación de las corrientes oceánicas.
En noviembre seis de ellos aparecieron en Alaska. Eso significaba que su velocidad de crucero era 1,5 veces la de la corriente de agua. Los vientos a favor empujaban a los juguetes. El oceanógrafo Curtis Ebbesmeyer se interesó mucho en el tema por lo que podrían decirle sobre las corrientes oceánicas. James Ingraham había diseñado para la estadounidense NOAA, un simulador informático de las corrientes oceánicas al que llamaron Oscur. Al introducir los datos de los juguetes fueron capaces de predecir los lugares de sus próximas apariciones, con gran precisión. Los errores les sirvieron para afinar el modelo.
Los juguetes empezaron a dar vueltas en el llamado gran giro oceánico del Pacífico norte. Los juguetes empezaron a aparecer en los lugares previstos, pero se vio que su velocidad se había moderado, la razón era sencilla. De nuevos flotaban muy bien y el viento los empujaba, pero poco a poco se fueron haciendo agujeritos y llenándose de agua. Siguieron flotando, pero muy sumergidos por lo que su velocidad disminuyó.
Que los juguetes fueran apareciendo por las costas del Pacífico entraba dentro de lo esperable. Para mí, aunque no para los investigadores, la sorpresa ha sido que han aparecido en Maine –costa atlántica de Estados Unidos– y en el Reino Unido. Los juguetes han atravesado el estrecho de Bering y han ido por el Ártico hasta el Atlántico.
Estos juguetes constituyen el caso más conocido, no son los únicos. Ebbesmeyer ha estado siguiendo cien mil globos y coches de juguete, 34 000 guantes de hockey, cinco millones de piezas de Lego, etc. En 1990 cayeron al mar 33 000 zapatillas deportivas que permitieron a Ebbermeyer llegar a una conclusión sorprendente: las zapatillas siempre navegan con la lengüeta hacia arriba y los del pie izquierdo navegan de distinta forma que los del derecho.
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