Tercera Cultura
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Relámpago del Catatumbo

El lago Maracaibo es el lugar con más rayos del mundo

Lope de Vega, en «La Dragontea» nos cuenta que el, para nosotros, pirata Francis Drake trató de conquistar la ciudad de Maracaibo, pero los defensores se dieron cuenta de la llegada de sus barcos gracias a los relámpagos que la mayor parte de las noches se producen en aquella zona. El fenómeno ocurre en la parte occidental del lago, en la zona en la que el río Catatumbo alimenta al lago, por lo que uno de los nombres por el que se conoce es «relámpago de Catatumbo». Los relámpagos se producen con una gran regularidad durante las noches y duran unas diez horas. Dependiendo de la meteorología, sobre todo de la humedad, el número de días que se produce el fenómeno es de entre 140 y 260 noches al año. Cuando hay fuertes sequías el número de días en los que los relámpagos son visibles disminuye. Por ejemplo, en 2010 dejaron de verse. Un estudio demostró que los relámpagos allí estaban, en el mismo número de siempre, pero que no eran visibles.

El lago Maracaibo es el lugar con más rayos del mundoEn los momentos de grandes picos llegan a producirse hasta 60 relámpagos por minuto, aunque por lo general es menor. Un reciente estudio estima que se producen cerca de dos millones de relámpagos al año. Con tal cantidad de relámpagos no es de extrañar que los «wayuu o guajiros» que habitaban aquellas zonas lo llamasen «el eterno resplandor de las alturas». No es eterno, pero realmente ilumina durante casi mil horas al año, lo que le convierte en el lugar de la Tierra con más relámpagos. El 27 de septiembre de 2005 fue declarado Patrimonio Natural venezolano y el gobierno de aquel país está intentando que la Unesco lo declare Patrimonio Natural de la humanidad. Ir a ver los relámpagos es una de las atracciones turísticas de la zona.

Los relámpagos se deben a los vientos alisios que pasan por encima del lago Maracaibo. Por la tarde, cuando la evaporación en el agua es mayor, alisios y vapor de agua avanzan hacia el sistema montañoso de Perijá, cuya cumbre mayor tiene nada menos que 3 750 m de altura, y la cordillera de Mérida. Allí deben ascender y se forman grandes nubes desarrollo vertical, sobre todo en la cuenca del río Catatumbo. Esas nubes son las madres de los relámpagos. Parece ser que, además, la existencia de metano en las ciénagas debe de influir de alguna manera.

Los relámpagos hacen que el oxígeno atmosférico se convierta en ozono. Algunos estudios recientes, todavía sin confirmar, nos dicen que el diez por ciento de toda la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta se origina en esta zona.

Félix Ares

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