autor: Fernando Peregrín Gutiérrez
James D. Watson fue premio Nobel de Medicina o fisiología en 1962, no ha tenido pelos en la lengua ni sabe lo de “políticamente correcto”. Tras la publicación en 1968 de “La doble hélice” se le acusó de machista, por la forma de tratar a Rosalind Franklin, si bien en el epílogo de la citada obra – la historia del descubrimiento de la doble hélice del ADN – rinde sincero homenaje a Franklin, muerta en 1958 (por lo que difícilmente podría haber ganado el Nobel para el descubrimiento de la estructura del ADN, que fue, como ya ha quedado dicho, en 1962). Escribe Watson en el mencionado epílogo:
“Dado que mis impresiones iniciales acerca de ella, ambas científicas y personales, se mostraron con frecuencia equivocadas, me gustaría decir algo acerca de sus logros. El trabajo con rayos X que hizo en King’s se considera cada vez más como soberbio. La separación de las formas A y B, por si sola, debería haber valido su reputación; incluso mejor fue su demostración de 1952, usando métodos de superposición debidos a Pattterson, que los grupos fosfatados debían estar en la parte exterior de la molécula de ADN.”
“[…] Por entonces, toda traza de nuestros anteriores enfrentamientos se habían olvidado, y los dos [Watson y Crick] llegamos a apreciar grandemente su honestidad personal y generosidad, dándonos cuenta, demasiado tarde, los conflictos que encuentran las mujeres inteligentes para ser aceptadas en el mundo de la ciencia, mundo en el que frecuentemente se considera a las mujeres como mera diversión del pensamiento serio. El coraje y la integridad ejemplares de Rosalin fueron evidentes para todos cuando sabiendo que estaba mortalmente enferma, no se quejó sino que continuó trabajando a alto nivel hasta pocas semanas antes de su muerte,”
En una entrevista que publica El Mundo (13 de noviembre de 2010) firmada por María Valerio y José Luis de la Serna, la postura de Watson respecto del asunto Rosalind es ahora como sigue:
“Ella no hablaba con Wilkins, puede verse en esas cartas [de Crick a Maurice Wilkins, quien compartió el Nobel de 1862 con sus colegas Watson y Crack] . No es porque fuera mujer, es porque no se comunicaba con sus compañeros. El machismo no tiene nada que ver con todo esto. A menudo, la gente con tanta inteligencia como ella es un poco autista. Eso le pasaba, no sabía como pedir ayuda, era autista. No era una gran científica porque para serlo necesitas interactuar con otras personas y aprender de ellos Ella no merecía el Nobel, porque no le dan el Nobel a la gente que fracasa: Ella tenía la fotografía [de la doble hélice de ADN] delante de sus narices y no supo verlas. Ignoró a Wilkins. Y eso puede leerse en las cartas.”
Ante la pregunta acerca de las acusaciones de machismo, Watson contesta:”No me importa, no le hago caso a las tonterías de la gente. Puede parecer una gran historia, pero no es cierta. Nosotros queríamos colaborar con ella, pero no nos hablaba. Su relación también era mala con otras mujeres. Como otra gente extraordinariamente inteligente, prefería los números a las personas. Y evitaba los rostros. Es una enfermedad que, trágicamente, afecta a tus relaciones con los demás. Yo escribí la historia tal y como fue en el libro “La doble hélice”. Si Rosalind hubiese hablado con Francis Crick, hubiese visto lo que tenía delante y ella hubiese sido hoy muy famosa, incluso después de muerta”.
¿Cuánto de esta reacción contra la reputación científica post morten de Rosalind Franklin se debe al libro de Brenda Maddox, esposa del que fue durante muchos años director de la revista Nature? Puede pensarse que el punto de vista que sostiene ahora Watson sobre al asunto Rosalind Franklin esta determinado por el libro “Rosalind Franklin. Dark Lady of the DNA”, si bien es un libro equilibrado en el que se reconocen los méritos y las carencias de la científica inglesa. La reacción es contra tantos artículos y algunos libros feministas que para realzar el mérito y el papel desempeñado en uno de los mayores descubrimientos de al historia de la ciencia, pretenden o exagerar la participación de Rosalind Franklin o disminuir el mérito de Watson y Crick. Así que a la pregunta de si es machista, Watson responde:
“No tengo nada en contra de las mujeres. Muchas de mis alumnas han alcanzado puestos importantes, hay mujeres que son muy buenas científicas. Los hombres tienen una gran ventaja sobre ellas: no tiene que dar a luz a sus hijos”.
En octubre de 2007, Watson fue obligado a retirarse de sus cargos como rector emérito y miembro del consejo de dirección de Cold Spring Harbor Laboratory en Long Island (Nueva York), a causa de una cita aparecida en el diario inglés The Times que decía: ”Soy inherentemente negativo acerca del prospecto de África, ya que todas nuestras políticas sociales están basadas en que su inteligencia es la misma que la nuestra – mientras que todos los ensayos y pruebas muestra que en la realidad no lo son”
Realmente, si el último párrafo refleja el pensamiento de Watson, denota un racismo poco halagador para su persona. Como conjetura diría que por el contrario y precisamente en el espacio originario del homo sapiens, se encuentran potenciales talentos en mayor medida que en nuestro vanidoso occidente. Solo les faltan entornos adecuados.
Pues si que lo has arreglado Nestor, entonces los negros no es que sean menos inteligentes que los blancos sino que son más inteligentes que los blancos. Genial, el racismo es malo sólo en el caso de que no se dirija contra la raza adecuada.
El controvertido James Watson es otro Mohuriño de la ciencia. Si vas del royo duro entonces debe aceptar que se le critique de igual manera o más duro.
A mi las personas que van de este palo no me caen bien. Solo hay una excepción, el Docto House. Pero par ir de este palo se requiere de dos condiciones: Ser extremadamente inteligente, ser extremadamente buena persona.
Solo recordar que por la boca murió el pez.
Moraleja: Claro ejemplo de como no hay que ser.
Saludos,
Pienso que está demostrado que las razas no existen en términos genéticos, lo que hace las aseveraciones del Dr. Watson altamente cuestionables (http://www.eurekalert.org/pub_releases/1998-10/WUiS-GSRD-071098.php). Asombroso para un monstruo de la genética. La verdad es que: «Race is a real cultural, political and economic concept in society, but it is not a biological concept». Las diferencias y el potencial medible tienen que ver más con las culturas y la memética. Mi opinión.
Vicente, del link que mencionas rescato lo siguiente: 1º Lo que tú bien resaltas “Race is a real cultural, political and economic concept in society, but it is not a biological concept” y 2º “Among Templeton’s conclusions: there is more genetic similarity between Europeans and sub-Saharan Africans and between Europeans and Melanesians, inhabitants of islands northeast of Australia, than there is between Africans and Melanesians. Yet, sub-Saharan Africans and Melanesians share dark skin, hair texture and cranial-facial features, traits commonly used to classify people into races. According to Templeton, this example shows that «racial traits» are grossly incompatible with overall genetic differences between human populations.” Cuando en mi comentario anterior me refiero al espacio originario del H.S., apunto al área del Gran Valle del Rift, destacando en él a la etnia nilótica – Los Masai, los Dinka, los Nuer, etc.- y su tipología física – genotipo -, no racista, pero si diferenciadora entre individuos. Es solo una opinión.
Point taken. Creo que la palabra clave es «individuos».
Absoluta idiotez lo de menor inteligencia los africanos. ¿No es acaso Egipto la cuna de nuestra civilización?
Según el artículo, Watson no sería culpable de machismo pero sí de racismo. De todas formas, creo recordar que Watson se desdijo posteriormente de sus afirmaciones racistas, achacándolas a algo así como un cruce de cables… Hay que tener en cuenta que el hombre está ya bastante mayor…
Mentira no es, la evidencia esta hay, otra cosa es que no se quiera aceptar dicha evidencia
Exacto, Andrés, loa buenistas y los del MULTIKULTI por narices se empeñan en negar una verdad como un puño. Eso de querer tapar el sol con un dedo se les da muy pero que muy bien. Es lo que hay.
Perdón, es «los» buenistas.