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Wikileaks y los cotilleos de la diplomacia estadounidense

po Fernando Peregrín Gutiérrez

Wikileaks y los cotilleos de la diplomacia estadounidenseCuando se podría pensar que el asunto de las filtraciones de Wikileaks había alcanzado su máximo con la publicación de 400.000 documentos del Pentágono sobre la guerra de Irak, cinco diarios internacionales, El País, el estadounidense The New York Times, el británico The Guardian, el francés Le Monde y el alemán Die Spiegel publicaban que Wikileak planeaba desvelar hace un par de domingos desde su propia página web secretos sobre la política exterior de EE UU, como la orden de espiar a altos funcionarios de la ONU o sus opiniones poco favorables de otros mandatarios internacionales. Se trata de un nuevo golpe a los secretos de política exterior de EE UU, pues se han empezado a desvelar 251.287 documentos diplomáticos estadounidense de los últimos años, una parte importante de éstos confidenciales y de los llamados de contenido sensible.

Hermann Tertsch dice  al respecto  de estos documentos del Departamento de Estado en Abc (http://www.abc.es/20101130/opinion-colaboraciones/nada-sustancial-salvo-dano-20101130.html que:

“En realidad no es periodismo ni nada parecido. Es una filtración de delincuentes que Wikileaks orquesta y distribuye y sus difusores administran como les viene en gana. La publicación de unos documentos de procedencia ilícita, clasificados por motivos de seguridad en una democracia, en un Estado de Derecho, sólo tiene una justificación si revelan un delito mayor que su filtración. Y por tanto un interés general por la revelación del delito. Por ejemplo, sería deseable que se publicaran aquí en España todos los documentos y grabaciones y confesiones aun por hacer de todos los implicados en el caso «El Faisán». Quienes ahora publican el gossip (cotilleo) del departamento de estado son los que más posibilidades tienen de hacerlo dada su íntima relación con el protagonista del escándalo, que no es otro que nuestro vicepresidente y ministro del interior. Aquí sí existe un genuino interés general por saber quién dio la orden aberrante a mandos policiales de colaborar con ETA, los asesinos de sus compañeros y subordinados. Eso sí sería un «scoop».”

Tras leer en El País las primeras filtraciones referidas a España, es lógico que, según dice acertadamente Tertsch tachar los documentos de “gossip” o cotilleo. Por ejemplo, y en lo que atañe a España se dicen cosas que o ya se sabían o son un mero comentario de barra de bar de un club de diplomáticos en Washington. Así, la cosa es especialmente cómica: que Zapatero es un chisgarabís, que a Moratinos lo trataban en Washington como al portero de un caudillo bananero de quinta o que el único de este gobierno de incompetentes al que no hay que perder de vista ni un segundo por si acaso es al oscuro Rubalcaba, son cosas que hasta la menos mundana monja conoce en su clausura.

Sigue Hermann Tertsch: “Los documentos publicados ahora, sin embargo, carecen de otro interés que la explotación más o menos morbosa de informaciones hechas en la presunción de que se realizaban de forma confidencial. Y que solo revelan la normal tarea de valoración de testimonios y opiniones, informaciones más o menos secretas aprovechando las fuentes de que disponen las embajadas y agencias norteamericanas para forjar criterios, estudiar situaciones y personajes, valorar y evitar peligros y aprovechar oportunidades. Nada ilegítimo. Al ridículo valor informativo de estos cables confidenciales se contrapone el inmenso daño general que la ruptura de la confidencialidad supone. Con la grave amenaza que es para fuentes existentes y el efecto disuasorio para fuentes potenciales que podrían causar mucho bien con sus informaciones sobre terrorismo, tráfico humano o de drogas, represión u otras acciones contra las democracias occidentales. Que los responsables de la difusión digan que se garantiza la seguridad de las fuentes es una infame hipocresía. Porque no tienen ni idea sobre la capacidad de valoración de las informaciones que puedan tener los enemigos de EE.UU. y la OTAN. Ni sobre su capacidad de identificación de fuentes. Se trata por tanto de un inmenso daño gratuito a nuestra seguridad, a la de EE.UU. y todos sus aliados. Con nulo valor informativo.”

Es decir, que las filtraciones causan un daño serio a la diplomacia de Estados Unidos y de sus países considerados como aliados (la OTAN, por ejemplo) y no aportan nada cuya difusión sea de beneficio a terceros que pudieran estar implicados en situaciones injustas o difíciles por culpa de la diplomacia estadounidense.

Dicen, no obstante, los responsables de Wikileaks, Julian Asange el primero, que las filtraciones tanto de la guerra de Afganistán como de la de Irak, pese a las acusaciones de los militares de EE UU, no han puesto en peligro vidas de estadounidenses en ambas guerras. Ahora, con la diplomacia en juego, se ha vuelto a asegurar que la filtración no supone peligro alguno para personas involucradas en esas filtraciones. Sea o no cierto, el New York Times ha sometido a censura previa algunas de las informaciones que ahora ven la luz pública.

El daño en la diplomacia norteamericana está por verse, pero por lo visto hasta ahora se trata más de la confianza que se pueda tener en EE UU para guardar y conservar secretos que otra cosa mas dañina.

Lo que desde luego tiene proporciones pantagruélicas son las tres filtraciones hasta ahora proporcionadas por Wikileaks. Resulta incomprensible cómo se han realizado las filtraciones y que hasta el momento en los EE UU no se haya logrado averiguar de dónde proceden esas filtraciones y cómo han sido posibles, una cuestión más preocupante en sí que la de la diseminación de los documentos ya filtrados.

Sobre el asunto de la seguridad, sigue Tertsch : “Sabemos que es inútil pedir un poco de responsabilidad y cultura de defensa a quienes juegan desde la impunidad a héroes periodísticos de «Watergate» o los «Papeles del Pentágono». Desde su relativismo total, no parecen creer necesaria una defensa común de nuestro sistema de libertades. Quienes sí creemos en la necesidad de esa defensa abogamos porque este tipo de filtraciones, un atentado contra nuestra seguridad, no queden impunes. A ellos, muy ufanos por violar las comunicaciones secretas occidentales, hay que animarles a hacer lo mismo en China, Rusia o Irán. Allí no se atreven. Porque quien filtra paga. Y a quien difunde, lo mismo

vienen a buscarle. Y hasta ahí no llega el coraje de estos intrépidos reporteros.”

Lo interesante de esto es que parece seguirse un plan fijado en un guión: unos oscuros adalides de la libertad de información, los buenos, han atacado de nuevo a instituciones especialmente odiadas como el Pentágono y el Departamento de Estado del Imperio yanqui, los malos, y han puesto en evidencia global y dejado en el más absoluto de los ridículos a los estadounidenses y su diplomacia.

¿Quién es el “bueno” de esta historia, es decir, quién es el partidario de la libertad y la transparencia informativa?

“Julian Assange – escribe en Verónica Caldrón en el blog de Letras Libres (http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?title=el_misterioso_senor_assange&more=1&c=1&tb=1&pb=1&blog=5) – nació en Queensland, Australia, en 1971. Sus padres trabajaban en una compañía de teatro y se divorciaron cuando tenía ocho años. Estudió física y matemáticas y se convirtió en un experto informático. A los 21 años entró a la red de una compañía de telecomunicaciones canadiense, Nortel, solo para probar su seguridad. Trabajó como programador durante más de diez años. Hace cuatro que fundó Wikileaks. El sitio ha colgado en la red materiales tan variopintos como los mensajes desesperados de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre, los polémicos manuales de procedimientos de la prisión de Guantánamo y hasta el contenido de la cuenta de correo de Sarah Palin. Al video de Irak siguió la publicación de más de 90,000 documentos sobre la guerra de Afganistán, lo que causó que la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, acusara a Assange de “poner en riesgo la vida de los soldados y civiles de Estados Unidos y sus aliados”. Para la publicación, Assange convocó a The Guardian, The New York Times y Der Spiegel. Sobra decir que su irrupción ha causado revuelo en los medios de comunicación. Aunque cuesta trabajo decir que Assange es un amigo de los medios.”

Sigue el blog de Letras Libres:“Hay quienes son críticos con el periodismo y luego está Assange. Stephen Moss, en The Guardian, afirma que en un encuentro con el fundador de Wikileaks se convenció que “una parte de él odia a los periodistas”. Hay varios ejemplos de que, por lo menos, no siente mucha simpatía. “El periodismo se debería de parecer más a la ciencia”, dijo en una entrevista a The Guardian. “Si los periodistas quieren tener mayor credibilidad, deben de tener más respeto por sus lectores”. Assange ha abandonado entrevistas, como una con CNN que dejó, ofendido por una pregunta sobre las acusaciones por las que ahora lo persiguen en Suecia. También ha acusado a la revista Wired de “tener una agenda [política, se entiende]” y de ser de “poco fiar”. Precisamente Wired fue la publicación que reveló más detalles sobre la detención de Bradley Manning, un analista que trabajaba para el Pentágono y el principal sospechoso de haber filtrado a Wikileaks el video Collateral Murder. Y también Wired ha publicado los testimonios de las mujeres suecas, difundidos originalmente en la prensa local, que denuncian a Assange de violación. Detallan que “al principio fue consensuada, hasta que Assange se negó a parar””.

Inocencio Arias en su blog de diplomático en El Mundo, resume muy bien el asunto de las filtraciones del Departamento de Estado (http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/cronicasdeundiplomaticojubilado/2010/12/02/las-filtraciones-diplomaticas-y-el.html)

“El torrente de las filtraciones de los telegramas cifrados de la diplomacia de Estados Unidos es un festín informativo. Las reacciones han sido diversas. Ciertos analistas, en tono suficiente, han manifestado que los documentos no revelan prácticamente nada nuevo. Otros, en clave alarmista, denuncian ominosamente que la narración pone en peligro la seguridad de Estados Unidos y de alguno de sus aliados. No faltan, por último, los que se rasgan las vestiduras por la duplicidad y las insidias de la diplomacia yanqui.”

Continúa Arias:

“A los suficientes y a los alarmistas podríamos decirles que ni tanto ni tan poco. Los documentos no ofrecen excesivas primicias deslumbrantes.  Que Sarkozy tiene una veta autoritaria, que la señora Merkel es poco proclive a arriesgar y que Zapatero no tiene política a largo plazo y juega pensando en las encuestas y en las elecciones más que en el interés del país es moneda corriente en amplios sectores de las naciones de esos líderes. Bastante, pues, de lo descubierto  era claramente intuido, la aversión de muchos gobiernos árabes hacia Irán, por ejemplo, pero ahora se ve corroborado por testimonios rotundos. Las frases del rey de Arabia saudita instando a Estados Unidos a que «corte cuanto antes la cabeza de la serpiente» (Irán) o la del rey de Bahrein aduciendo que intervenir  en  Irán será mucho menos costoso que permanecer inactivo no tienen desperdicio. El comentario asimismo del saudita de que Estados Unidos desencadenando la guerra de Irak ha entregado ese país en bandeja de plata al enemigo, a Irán, es igualmente elocuente y un desmentido a la tesis de su amigo Bush de que esa zona del mundo está mucho mejor con la desaparición de Sadam Husseim.”

Como se ve, mucho de lo desvelado ahora era ya conocido por rumores de distinta procedencia, sólo que ahora aparecen en su completa realidad, con sus fuentes correspondientes.

Tocante a la seguridad, Inocencio Arias aduce con acierto y oportunidad que: “No parece, por otra parte, que la seguridad de Estados Unidos se vea seriamente afectada con las filtraciones que han visto la luz hasta ahora. Se nos dice, además, que los periódicos a los que fueron enviadas se han autocensurado, para, apunta ‘The New York Times’, no exponer a colaboradores de Estados Unidos a represalias en los países en que viven. En lo que sí se ha hecho un daño inmenso, y a corto plazo irreparable, es en la relación de confianza entre los dirigentes y diplomáticos de Estados Unidos y los de otros países, aliados o no. En el futuro inmediato los políticos y dirigentes del mundo serán reacios a franquearse con los de Estados Unidos por temor de que pasados dos meses sus palabras aparezcan reproducidas textualmente en media docena de periódicos. Esto puede tener un enorme impacto en la colaboración para luchar contra el terrorismo y en otras esferas. Un subsecretario yemenita o un Ministro colombiano medirá cuidadosamente  sus palabras. Sabe que a las dos horas de la conversación con el Embajador americano este rutinariamente la mandará por telegrama cifrado a su país y a partir de ahora nadie le garantiza que no se va a desayunar con ellas al leer el periódico de la mañana.”

Sigue el diplomático español: “Luego, están los papanatas que se sulfuran con  el ultraje de los juicios de valor  de los estadounidenses y la perversidad de su actuación. No hay tal. Sobre los calificativos vertidos recalquemos una obviedad: no estaban hechos para el consumo público sino plasmados en un telegrama secreto dirigido a media docena de personas en el Departamento de estado. Todos los diplomáticos hacemos en los informes para nuestro gobierno juicios de valor sobre una persona o una situación. Si creemos que tal ministro es errático, poco amigo de España o que  tal partido o tal Ministerio del país en el que estamos acreditados son un nido de corruptos seriamos incompetentes si no lo vertiéramos en nuestros informes cifrados. Es nuestra obligación. Si ahora un Embajador italiano o ruso en Madrid informa a su gobierno que el nombramiento de la señora Pajín es insólito y que el puesto le viene demasiado ancho no esta insultando a nadie. Ilumina a su gobierno en un documento que no va a ser público. Como alguien le ha comentado a la señora Clinton, alarmada ante las revelaciones y  ante el efecto en personas mencionadas en ellas, «se pasmaría  si supiera lo que los Embajadores en Washington envían sobre usted a sus gobiernos».

2 Comentarios

  1. No se pierdan esto:

    http://fabregas.blogspot.com/2010/12/assange-lhome-que-juga-ser-deu.html
    Assange, l’home que juga a ser Déu

    The problem is not that the purloined cables exposed U.S. hypocrisy or double-dealing. Good God, that’s the essence of diplomacy. That’s what we do; that’s what everyone does. Hence the famous aphorism that a diplomat is an honest man sent abroad to lie for his country.

    Nothing new here. What is notable, indeed shocking, is the administration’s torpid and passive response to the leaks. What’s appalling is the helplessness of a superpower that not only cannot protect its own secrets but shows the world that if you violate its secrets – massively, wantonly and maliciously – there are no consequences. Charles Krauthammer.

    Des Etats-Unis nous est arrivé un mot qui désigne l’art de tout vendre avec une bonne histoire: le storytelling. A l’origine, ce sont des recettes de marketing appliquées à la vie publique. Pour susciter l’adhésion à une candidature politique comme à une marque de lessive, rien ne vaut un récit bien formaté. Les grandes entreprises l’ont compris; le candidat Obama aussi. Mais ils ne sont pas les seuls à savoir tirer les ficelles du storytelling. En l’espèce, le fondateur de WikiLeaks est un expert: la grande réussite de Julian Assange, c’est d’abord la mise en récit de sa vie. (…) Dans une interview de juillet dernier publiée par le Spiegel, Julian Assange évoquait ainsi son projet: «Le mieux est d’intervenir contre les injustices avant qu’elles ne soient commises, lorsqu’elles n’en sont qu’au stade de l’intention.» L’idéal de WikiLeaks serait donc de fouiller les intentions ou les consciences. Comme l’oeil de Dieu poursuivant jusque dans la tombe les Caïn qui tuent leurs frères afghans ou irakiens. (…) Julian Assange prétend vouloir fonder un journalisme «scientifique», mais c’est en utilisant des motifs religieux qu’il fascine. Tissée avec les attributs du divin, son histoire habilement mise en scène fonde la légende du premier «hacktiviste» universellement connu. Il est l’homme qui joue à être Dieu. Le Matin

  2. Estoy con las apreciaciones de Inocencio Arias, que se complementan con cosas como lo siguiente:

    http://www.veteranstoday.com/author/gordonduff/

    The new Wikileaks claims the US undereported by 15,000, the deaths of Iraqi “civilians.”  With the numbers listed by the military as little as 10% or less of the actual deaths, bumping up the numbers must be a joke.  More leaks about torture and killings, Iraqi torture and the US “looking away?”  More idiocy.  With the US sending “suspects” around the world on rendition flights, sent to secret prisons and obvious to anyone with a brain, to shallow graves, this Wikileak is simply another sideshow, more “chickenfeed.”
    Things have already come apart in Iraq.  Why leak this now?  Regular news stories are actually going much further than these “leaks.”  It doesn’t take a rocket scientist to see the agenda here, an agenda with absolutely nothing to do with enlightening the world.
    What does it prove, any of it?  For sure, we see one thing.  Everything leaked is carefully screened to have nothing of real value.  With Mossad running around Mosul, operating out of Erbil, supplying and advising the terrorist PKK, not a word is mentioned.  Instead, poor Iranians are swimming the Euphrates with explosives strapped to their chests.
    Get real.
    Thousands of tons of explosives were “mislaid” in Iraq.  The US failed to secure Saddam’s weapons depots which were looted.  These stockpiles were vast.  The idea that anyone would need to bring weapons into Iraq is insane, simply another Israeli ploy to pre-stage an attack on Iran.  Any fool can see this in seconds.
    In fact, there are more assault rifles in Iraq than people.
    While trying to blame Iran, is Wikileaks reporting the hundreds of thousands of weapons bought by the US that simply disappeared in Iraq?  It is easier to buy an assault rifle or RPG in Iraq than to get potato chips.  This need to blame Iran, the idea that “secret agents” are smu

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