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La ciencia y el pensamiento crítico acostumbran a estar ausentes de los debates sociales y políticos actuales (en los ámbitos de habla hispana). Prescindir de las aportaciones e interrogantes científicos es una merma incuestionable si se pretenden comprender en toda su profundidad los problemas que nos conciernen. Sin la ciencia, opiniones sobre la violencia o la educación, por ejemplo, se sostienen en ideologías, modas y prejuicios. Es necesario que en estos debates haya un punto de apoyo, que es el que ofrece la ciencia.

¿Una sociedad enajenada?

Damos cobijo, de nuevo, en Tercera Cultura a un artículo de Adolf Tobeña donde plantea dudas técnicas sobre algunas etiquetas psicopatológicas que se han convertido en habituales para analizar el  pulso secesionista que se vive desde hace dos años largos, en Cataluña, con una tensión social innegable. El comentario fue concebido para “El País” y ahí fue enviado, pero quedó enterrado. En Tercera Cultura  no tenemos inconveniente alguno, por el contrario, en alumbrar discusiones sobre la psicología del comportamiento político y si abordan cuestiones candentes, tanto mejor. Es algo que venimos haciendo desde el inicio de nuestra andadura, aunque los artículos de opinión no sean nuestro formato más común.

Dos «genes guerreros» explicarían el 10% de los crímenes

Las ciencias modernas de la conducta no entienden que «naturaleza» y «cultura» sean reinos antagónicos. Según la primera ley de la genética conductual (Turkheimer, 2000), todos los rasgos humanos son heredables. Esto incluye rasgos físicos, como la altura, el color de los ojos o la propensión a contraer enfermedades, pero también rasgos psicológicos como la inteligencia, la empatía o incluso la propensión a convertirse en criminal. Calcular la heredabilidad de cada rasgo e identificar los genes responsables, sin embargo, es una empresa difícil que sólo ha comenzado a prosperar.

De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad

Yuval Noah Harari Traducción: Joan Domenec Ros. Debate. Barcelona, 2014. 496 pp., 23’90 e. Ebook: 11’99 e. El libro del que vamos hablar es un bombazo, un fenómeno editorial. Nos dicen los creadores de opinión que no nos lo debemos perder. Es un best-seller en Israel, se ha traducido a 30 idiomas y se han vendido 300.000 copias por todo el mundo. ¿Qué tienen Yuval Harari, su autor, y De animales a dioses, su libro, para tanto revuelo?

Creencias religiosas y creencias factuales. ¿Se contradicen?

Las “creencias” no constituyen un fenómeno mental homogéneo, según la descripción de los científicos cognitivos. No se trata sólo de que creemos cosas distintas sino que creemos de forma diferente en diferentes dominios de la experiencia humana. A Neil Van Leeuwen le interesa en particular la distinción entre creencias factuales y creencias religiosas, y el resultado de su trabajo se ha publicado en el último volumen de la revista Cognition.

La agresión en los hombres. ¿Roles sociales o raíces evolutivas?

En casi todas las sociedades los hombres son los que se implican mayoritariamente en las guerras, todos los tipos de agresiones entre grupos y homicidios dentro del grupo, se movilizan en violentos ejércitos, bandas criminales, bandas de matones, etc. Estas observaciones son tan viejas como el mundo y nos permiten establecer una clara distinción entre los sexos masculino y femenino con respecto a su predisposición hacia la violencia. Las guerras son un producto biosocial de los hombres y un campo de manifestación masculina (Goldstein, 2001). Lo mismo se puede decir del crimen y la crueldad, muy estrechamente vinculados con la masculinidad.

Genes de genios. Por qué la práctica no lo es todo

Los logros excepcionales de las personas nunca han pasado desapercibidos, especialmente en culturas no lo bastante igualitarias como para mantener a raya a los innovadores y los individuos con características sobresalientes. Para los clásicos, la genialidad procedía del genius, especie de dioseocillo protector que nacía con cada varón influyendo decisivamente en su carácter y capacidades (Juno ejercía la misma función para las mujeres). Por lo visto los ángeles de la guarda cristianos proceden de estos genii romanos.

El jardín de los Qualia

Publicado en Leer – http://revistaleer.com El lector interesado en las neurociencias ha aprendido que uno de sus misterios sigue siendo la cualidad subjetiva de las experiencias individuales, convencionalmente denominado quale, qualias en plural. ¿Es ese rojo que veo y disfruto el mismo que está viendo mi compañero? ¿Lo que experimento cuando me pincho con una rosa y llamo “dolor” es lo mismo que te pasa a ti? El famoso artículo “¿Cómo es ser un murciélago?” de Thomas Nagel (“What is it like to be a bat?”, en Mortal Questions, Cambridge University Press, 1979) fue una entretenida y profunda manera de acercarnos a este salto aún inexplicado entre los matices de lo que percibimos y la supuesta tierra firme de nuestro cerebro.

Escher y la Alhambra

Los grabados del artista holandés M. C. Escher siempre nos sorprenden. Hay dos grandes familias de ellos que resultan intrigantes, la primera es la de imágenes imposibles; por ejemplo esas escaleras que salen de un punto, dan 360º y vuelven al mismo punto, pero siempre descendiendo. Sin duda imposible. La segunda es la de las teselas. En esta familia se completa totalmente el papel con la misma imagen repetida muchas veces. Imagen que tan solo ha sufrido una traslación y/o un giro. Se rellena todo el papel, sin dejar ningún hueco ni que las figuras se superpongan.

El fin de la meritocracia en las universidades

A mediados de los años noventa del siglo pasado, Richard Herrnstein y Charles Murray sostuvieron en The bell curve (libro no traducido al español) la escandalosa idea de que la inteligencia será la fuerza decisiva que dividirá a la sociedad del siglo XXI. Desde esta visión meritocrática, se suponía que las universidades se mantendrían como “imanes para los estudiantes muy brillantes intelectualmente”, provocando una revolución en la educación superior que afectaría a la nueva economía y a toda la estructura de la sociedad. Este proceso segregaría a las élites física y cognitivamente del resto de la población, pero en su conjunto provocaría beneficios sociales al maximizar el talento que necesita una sociedad compleja para sobrevivir y prosperar. Esta revolución cognitiva sin embargo es fuertemente contestada desde instancias pedagógicas y políticas que no depositan tanta confianza en los poderes del intelecto.

5 mitos feministas que se resisten a morir

Christina Hoff Sommers es una antigua profesora de filosofía, actualmente colaboradora del Think Tank American Enterprise Institute. Es autora de siete libros, algunos especialmente críticos con el feminismo contemporáneo y los llamados «estudios de género». Su texto más influyente, Who Stole Feminism?: How Women Have Betrayed Women (1995) aún no ha sido traducido al español.

La violencia masculina en la evolución humana

Eso que llamamos “cultura” influye sin duda en la agresión humana. Son instituciones y normas que varían entre culturas las encargadas de señalar objetivos en la guerra, deshumanizar al enemigo o proporcionar los mecanismos para la paz. Pero la violencia humana también posee un profundo sustrato biológico que arraiga en nuestra evolución paralela con otras especies de primates, como se han encargado de explicar en mayo de este año un panel de expertos reunidos por la universidad de California. Todas las conferencias están disponibles líbremente en internet y contienen material significativo para seguir el rastro a un tema que nos interesa.

¿Buenos salvajes o brutales salvajes?

El estudio de la violencia, la agresión y la guerra entre los pueblos tradicionales no europeos (antes simplemente llamados “primitivos”), e incluso entre los primates no humanos, es algo más que una querella científica. A menudo la discusión pone en juego visiones morales y concepciones ideológicas en conflicto desde hace varios siglos. Pocas áreas de la investigación ilustran mejor lo que Daniel Kahneman llama “el mito de la ciencia perfecta”.

Cómo crear una mente

Ray Kurzweil se une a Google para crear una máquina inteligente. Larry Page, nacido en Michigan en 1973, es un joven creativo, con nuevas ideas sobre buscadores, que junto con un compañero de la universidad de Stanford, Serguéi Mijáilovich Brin, se lanzó a la aventura empresarial que se llama Google. Ray Kurzweil, nacido en Massachussets en 1948, es un personaje extraordinariamente interesante, inventor de unos cuantos programas y aparatos muy originales y de los que casi con seguridad usted ha usado alguno de ellos en algún momento de su vida. Estando en el instituto de enseñanza media se hizo famoso pues desarrolló un software que permitía al ordenador componer música clásica en varios estilos.

Usos amorosos

Publicado en letraslibres.com La vida de Adèle del director franco-tunecino Abdellatif Kechiche es una de las películas que han levantado mayor polémica últimamente. Por su temática, de factura muy realista, que se expresa de forma impactante en una de las más largas y, para algunos, más exasperantes escenas sexuales vistas en las pantallas de nuestros cines. Y no es un fogonazo marginal: este film es el botón más visible de una amplia muestra de indicios que llevan a pensar que estamos asistiendo a una revolución en las costumbres sexuales de muchas señoras y señoritas de la parte más liberal del planeta.

¿Nos librará del sufrimiento la neurociencia del futuro?

Prótesis neurales, interfaces cerebro-ordenador (BCI), dispositivos de estimulación profunda del cerebro de “circuito cerrado”, y un mundo sin desórdenes cerebrales humanos. Las tres primeras de estas cosas ya están aquí. ¿Es posible la última? En el mundo utópico de El imperativo hedonista, un ambicioso y admirable (aunque improbable) manifiesto de 1995 del filósofo David Pearce, el objetivo es “erradicar el sufrimiento de toda vida sintiente” a través de ingeniería del paraíso, lo que implica aplicaciones sofisticadas de nanotecnología, ingeniería genética y psicofarmacología. Y yendo más allá de la erradicación del sufrimiento, “felicidad a lo largo de una larga vida de una intensidad fisiológicamente inimaginable se convertirán en la norma heredable de la salud mental” .

El mito del sexo bonobo

Aunque muchos piensan que los humanos son o deberían ser como los bonobos, deberíamos esperar que no fuera así. De hecho, propiamente entendida, pocos considerarían que la sexualidad de los bonobo es algo deseable. El pasado año conocí probablemente a los dos mayores defensores para el avance del entendimiento público de los bonobo: Frans de Waal y Christopher Ryay. De Waal se ha quejado a menudo con fuerza del vergonzoso tratamiento que reciben los bonobo, que se encuentran entre nuestros más cercanos primos primates, por parte del periodismo científico y quizás de los investigadores en general. Pareciera que ha resultado vergonzoso informar sobre la sociedad pacífica y altamente sexual de los bonobo. En particular a la luz de la obvia homosexualidad y la promiscuidad. A su vez, el superventas de Christopher Ryan Sex at dawn está mayoritariamente basado en la idea de que los humanos se parecen más a los bonobos que a los chimpancés.

La inteligencia es un rasgo de personalidad

La personalidad y el CI se han visto tradicionalmente como distintos dominios del funcionamiento humano. Sin embargo, investigaciones de las pasadas tres décadas sugieren que el CI es un rasgo de personalidad. En un excelente capítulo del libro The Cambridge Handbook of Intelligence (El manual Cambridge de inteligencia), la neurocientífica especialista en personalidad Colin DeYoung señala que muchos rasgos de personalidad implican procesos y capacidades cognitivas. Se trata simplemente de que el CI se mide principalmente con tests de capacidades, mientras que los tests de personalidad se miden principalmente con cuestionarios. Pero esto refleja más una falta de ingenio por parte de los psicólogos que una diferencia real en el dominio del funcionamiento humano.