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Sí, la ideología política también se hereda

La distinción entre izquierda y derecha política es un fenómeno histórico muy reciente, no anterior a la revolución francesa. Como es sabido el origen de los términos es puramente topográfico, teniendo que ver con la posición que ocupaban los diputados franceses en la Asamblea de 1789 durante el debate acerca del veto regio: “a la izquierda del presidente se situaron los jacobinos y los diputados no realistas, y a la derecha los fuldenses”.

Harris Versus Haidt. Nadie convence a nadie

Sam Harris, uno de los llamados “nuevos ateos”, ha desafiado a sus lectores para que cambien sus puntos de vista morales. Ofrece 2000 dólares al mejor ensayo crítico con su propia postura, y 20.000 dólares al autor que lograse persuadirle para que cambiase públicamente de opinión. Harris es partidario del racionalismo moral y considera que la ciencia empírica ayudará a determinar las opiniones morales.

¿Qué idea científica está lista para la jubilación?

Es realmente complicado resumir la miscelánea de respuestas a la pregunta EDGE de este año, o sacar grandes conclusiones, pero hay algo que está bastante claro: los científicos tienen una variedad heterogénea de propuestas sobre qué idea científica está a punto para la jubilación. Al fin y al cabo, la idea de una “comunidad científica” que comparte métodos, presupuestos y quizás conclusiones comunes no siempre ha estado aquí. Sólo se puso de moda en la segunda mitad del siglo XX, por lo visto debido a la influencia de Karl Polanyi, un economista. No sé si es una casualidad que la idea de «comunidad científica» apareciera más o menos en la misma época en la que también lo hacía una de las ideas más absurdas creadas por el ingenio humano: «comunidad internacional». Junto con la idea de “consenso científico”, esta ilusión comunitaria puede hacer que olvidemos o menospreciemos desacuerdos fundamentales entre científicos, que de hecho afectan desde la periferia al “núcleo” de las teorías, para emplear los términos de Lakatos. Desde aquí podríamos proponer otra idea …

La paradoja de la felicidad femenina

Las mujeres tienen un 75% más de probabilidades que los hombres de informar sobre haber sufrido recientemente una depresión. Las mujeres también tienen un 60% más de probabilidades de informar sobre un desorden de ansiedad. Estas claras discrepancias observadas por el profesor de Oxford Daniel Freemen se encontraron en 8 de las 12 naciones que figuraban en las estadísticas. También apoyan un estudio que descubrió que las mujeres afirmaban tener mayores niveles de felicidad que los hombres en los años 60 pero que esa brecha de género hoy se había revertido. ¿A qué se debe el cambio?

El gran experimento monoparental

Las sociedades humanas se distinguen de las demás sociedades de primates en al menos dos rasgos clave: 1) albergan una gran cantidad de hembras menopáusicas y 2) los machos invierten una cantidad inusualmente grande de recursos en sus hijos. Se trata de dos pintorescos rasgos que necesitan una explicación en el marco de la evolución humana.

Nuevas evidencias de que las preferencias políticas están en los genes

Los genes son responsables en distinta medida de construir el color de los ojos, la estatura, el tamaño del dedo índice, la circunferencia de la muñeca, la longitud del antebrazo, la amplitud interpupilar o la anchura de la nariz. En general no tenemos problemas en aceptar estas cosas. Pero cuando se trata de rasgos humanos conductuales y cognitivos complejos, como la inteligencia, los rasgos de personalidad, la propensión al crimen, las intuiciones filosóficas o las preferencias políticas, entonces saltan las alarmas.

¿Y si la personalidad causa nuestras intuiciones filosóficas?

Tradicionalmente “filosofía experimental” venía a ser lo mismo que la filosofía natural, el antecedente histórico de la física y de las ciencias naturales. Pero desde hace unos años “filosofía experimental” se refiere a un movimiento académico específico que intenta “entender cómo piensa la gente normalmente sobre ciertos temas fundamentales de la filosofia”, alejándose del “sillón” intelectual y empleando las herramientas típicas del resto de la ciencia: una metodología experimental, análisis estadístico y publicación en revistas científicas revisadas por pares.

El declive del engaño sexual en Europa

Aparentemente, la infidelidad y en general el sexo fuera del matrimonio no están tan mal vistos en los últimos tiempos, pero los datos mirados de cerca resultan un poco más complicados. Las actitudes culturales hacia las prácticas extramaritales se relajaron en los años sesenta, probablemente como consecuencia de lo que han llamado “revolución sexual”, pero las tendencias empezaron a cambiar rápidamente a partir de los años setenta del siglo pasado, al menos tomando como referencia los datos de Charles Murray, que también constata una fuerte división socioecónomica, siendo las clases altas bastante menos tolerantes con los devaneos sexuales que las más bajas.

¿Qué desean las mujeres?

¿Qué desean las mujeres? Sigmund Freud es famoso por hacer esta pregunta, pero no tenía una respuesta. Incluso hoy, la cuestión de qué motiva el deseo sexual de las mujeres sigue resonando. Se ha probado que las respuestas definitivas son esquivas. Entendemos bastante bien lo que quieren los hombres. En general, su deseo sexual es ordenado, consistente, y estrechamente dirigido. Un hombre heterosexual es heterosexual. Si le muestras sexo heterosexual, su fisiología sexual y su deseo van a la vez. El sexo homosexual le dejará frío tanto física como emocionalmente. En los hombres hay un excelente ajuste entre la excitación fisiológica (medida por la tumescencia del pene) y el nivel de deseo. El éxito de la viagra demuestra la simplicidad del mecanismo masculino. La viagra no se dirige al deseo, pero funciona incrementando el flujo sanguíneo genital y permitiendo la erección. Aparentemente, esto es todo lo que se necesita. Si se alza el pene, el deseo espera.

Racionalidad motivada. Por qué es tan difícil cambiar de creencias o ideología

“Ciencia” y “creencias” no suelen ir parejas. Ambas se contradicen a menudo y, en ocasiones, el conflicto puede ser difícil de resolver, como explica Michael Shermer, una de las luminarias americanas del “movimiento escéptico”. Shermer confiesa en Scientific American cómo su ideología libertaria presuntamente nubló su propia capacidad para analizar la realidad del cambio climático provocado por el hombre y presenta uno de los términos más interesantes de la última ciencia cognitiva: la racionalidad motivada. Naturalmente, Shermer no está sólo en esto. Casi todas las personas somos razonadores motivados.

No hemos dejado de evolucionar

Hasta hace unos pocos años la visión establecida en la intersección entre biología y cultura coincidía en que el ser humano había dejado de evolucionar significativamente en los últimos 50.000 años. Para el influyente Stephen Jay Gould “hemos construído todo lo que llamamos cultura y civilización con el mismo cuerpo y el mismo cerebro” y David Attenborough, recientemente, es de la misma opinión: “Detuvimos la selección natural tan pronto como fuimos capaces de criar al 95-99% de nuestros bebés nacidos”. Esta supuesta detención de la selección natural también es uno de los supuestos de la psicología evolucionista, es decir, de la aplicación de los principios «darwinistas» al estudio de la mente humana. Para los padres fundadores John Tooby y Leda Cosmides (2005) las adaptaciones humanas complejas, relacionadas con aspectos importantes de la conducta y la mente, requieren más tiempo y genes de los que los últimos milenios han podido proporcionar.

Pensar en ciencia podría mejorar el comportamiento moral

Los estudios de priming (en español la traducción varía tortuosamente, desde “primado” a “troquelado” o “impronta”) analizan el efecto que tendría en la memoria implícita humana la exposición a determinados estímulos, en la medida en que son capaces de influir en respuestas posteriores de la conducta. Por ejemplo, en un clásico estudio dirigido en 1996, un equipo de psicólogos de la universidad de Nueva York logró “primar” a un grupo de estudiantes para que caminaran más despacio después de exponerles a palabras que asociamos normalmente con la gente mayor, como (al menos en los EE.UU) “Florida” o “bingo”.

¿Explican los estereotipos sociales las diferencias cognitivas entre sexos?

Los talentos cognitivos naturales no están repartidos proporcionalmente entre sexos. No somos 50% buenos y 50% malos en todo. Existen diferencias. En parte debido a la selección sexual, una de las dos grandes “fuerzas” de la evolución humana descubiertas por Darwin, hay rasgos cognitivos en donde sobresalen usualmente los hombres y otros donde lo hacen las mujeres. Una considerable cantidad de evidencias, por ejemplo, acreditan que los hombres superan a las mujeres en habilidades visuales y espaciales (resumen en Halpern et al., 2007) (PDF). Los psicólogos evolucionistas conjeturan que estas diferencias sexuales podrían estar basadas en especializaciones evolutivas relacionadas con la caza en los hombres y con la recolección en las mujeres (Silverman et al., 2000). Sintetizado por David Buss, “en resumen, la teoría predice que las mujeres serán mejores en memoria de localización espacial, como una adaptación a la recolección, y los hombres serán mejores en habilidades de navegación, lectura de mapas y el tipo de rotaciones mentales que requiere arrojar una lanza para abatir a un animal” («Evolutionary psychology. The new science of …

Darwin y la ciencia económica

Las relaciones entre la ciencia de la evolución y la ciencia de la economía siempre han sido, desde luego, muy estrechas. El mismo Darwin empleó conscientemente el lenguaje de la economía política para dar cuenta de la “economía de la naturaleza”, expresión que emplea varias veces en El origen de las especies, junto con varios términos que parecen sacados de los textos de Smith, Malthus o Ricardo: “competencia por la supervivencia”, “división del trabajo”, “especializadión de funciones”. De hecho, en tiempos de Darwin la “evolución cultural” era un concepto ya conocido en lo que llamaríamos ciencias humanas (desde dos diferentes perspectivas, ver Friedrich Hayek, La fatal arrogancia o Marvin Harris, El desarrollo de la teoría antropológica). Lo que hizo Darwin fue extender esta visión desde el mundo humano al mundo natural, introduciendo el concepto de “selección natural” como fuerza capaz de estabilizar el crecimiento de las poblaciones naturales en un mundo de recursos escasos.

¿El fin de las penas?

Cesare Beccaria (1738-1794) fue uno de los grandes ideólogos de la “ilustración radical” y el autor de un pequeño libro peligroso sobre los delitos y las penas en donde exigía separar los delitos de los pecados, criticaba las “oscurísimas nociones de honor y de virtud”, reprochaba las torturas rutinarias del “antiguo régimen” y cuestionaba la pena capital. Fue uno de los visitantes distinguidos en los salones parisinos donde, según la reflexión de autores como Israeli o Blom, o Pinker, se gestaron verdaderamente los “valores” que alumbraron un mundo moderno más pacífico, próspero y compasivo. En el espíritu de Beccaria, algunos herederos de la ilustración radical proponen hoy ir incluso más lejos: abolir el sistema de la justicia criminal basado en el castigo retributivo.

Malos argumentos en defensa de los “pueblos indígenas”

La conciencia de culpa de los europeos por su presencia en América data prácticamente de los primeros conquistadores y colonizadores. En la América española se escuchó el enérgico sermón del dominico Antonio de Montesinos contra la brutalidad de los encomenderos tan pronto como en 1511, una ocasión que despertó el fervor indigenista de Bartolomé de las Casas, el más famoso “protector de universal de todos los indios”. Aunque una leyenda negra pesa en especial sobre los conquistadores españoles, lo cierto es que la campaña de Las Casas y la polémica subsiguiente resonó fuertemente en la monarquía hispánica, dando origen a las “leyes nuevas” en 1542, que en principio prohibían la esclavitud de los indígenas así como la confiscación forzosa de nuevas tierras. En la América anglosajona también se escucharon voces de denuncia tempranas, como la del ministro protestante Roger Williams (1603-1683) que, como los dominicos españoles, cuestionó el robo de las tierras a los indígenas y abogó porque estos fueran instruidos en el cristianismo.

Innobles salvajes

Probablemente Napoleon Chagnon (nacido en 1938) es el antropólogo vivo más conocido y, a la vez, el más controvertido. Muchos de sus compañeros simplemente no lo soportan. Para poner un ejemplo reciente, Marshal Sahlins dimitó de su puesto este año en la Academia de las Ciencias de Estados Unidos después de que esta aceptara a Chagnon. Sahlins declaró que esta decisión de sus colegas suponía “una metedura de pata moral e intelectual”. Los críticos más acerbos aparentan sorprenderse porque Chagnon sea tomado en serio o incluso leído.

Contra la empatía

En los últimos años se han multiplicado los artículos y libros científicos, columnas periodísticas, etcétera, que hablan sobre la empatía. Por mencionar algunos ejemplos: The science of evil. On empathy and the origins of cruelty, de Simon Baron-Cohen, The empathic civilizacion (La civilización empática, en Paidos) de Jeremy Rifkin, o The age of empathy (La edad de la empatía, en Tusquets editores), de Frans de Waal. Todos estos ejemplos, y aparentemente desde muy diferentes perspectivas (uno se encuentra aquí desde psicólogos a neurocientíficos y politólogos) coinciden en buscar la raíz de todos los males en la carencia de empatía, a la vez que anuncian un mundo mejor basado en una empatía ampliada, primero hacia todas las razas y sociedades humanas y acaso en su fase más resplandeciente, hacia los animales no humanos.

¿Es hostil a los niños la vida en la ciudad?

¿Cuánto importa el derecho a reproducirse? Pronto lo averigüaremos. Las ciudades más avanzadas, como Singapur, Hong Kong y Nueva York ahora son tan hostiles a la crianza de los niños que muchas mujeres han dejado de casarse o tener niños. Anuradha Shroff, una investigadora del Civil Service College de Singapur describe un entorno social en el que resulta preferible permanecer soltero y evitar tener niños. En su lugar, muchas de las jóvenes mujeres de Singapur mantienen amistades a través de redes electrónicas más que a través de sus familias. Se preocupan por sus carreras y por el éxito material excluyendo tener niños.